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Sacude Metallica la estructura del Palacio de los Deportes en el DF

Staff / Agencia Reforma

Ciudad de México

La estructura en tono cobrizo del Palacio de los Deportes pareció despedazarse con las primeras municiones disparadas por Metallica y su arsenal completo, las cuales se transformaron en energía pura, desencadenada por las voces de los casi 23 mil fans reunidos.
A pesar de estar alejados del escenario, los asistentes que ocuparon los asientos de las secciones D y E se entregaron en cuerpo y alma a James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Robert Trujillo desde que aparecieron en el escenario.
Entre ellos estuvo Abraham Quintero, de 38 años y quien se quedó dormido media hora, antes de salir Metallica, por beber cerveza en exceso, según dijo; sin embargo, al irrumpir el grupo en escena y tocar Fuel, resucitó por completo.
“No tengo cabello, carnal, pero igual agito la cabeza como pin… loco”, explicó el fan, quien se entregó al headbanging (sacudida frenética de la cabeza) al igual que los jóvenes que movieron sus largas cabelleras con la misma agresividad con la que Trujillo entregaba el poder de su bajo en el escenario.
Hetfield consideró oportuno que las llamas emanadas en escena por el combustible durante Fuel tenían que mantenerse vivas en el ánimo del público, así que continuó la descarga con Ride the lightning. Miles de puños se alzaron en el aire al son de la batería de Ulrich y la guitarra de Hammett, mientras las gargantas no dejaban de interpretar el coro de la canción.
La vista desde arriba impresionaba gracias a los miles de presentes y al escenario en el centro de la pista. El calor de las flamas disparadas desde la tarima hizo sudar a la gente, que no dejaba de rockear.
“Vi al grupo en 1993 tocar Wherever I may roam’ aquí mismo, y ahora, al oírlos de nuevo, sentí rejuvenecer”, afirmó Marcelo Munguía, de 35 años.

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