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Playas llenas de basura arrastrada por la lluvia fue lo que encontraron ayer los turistas

Mariana Labastida

Con basura flotando y en la arena fue como familias de turistas de San Luis Potosí y Monterrey disfrutaron ayer de las playas de Acapulco, unas horas después de que se registrara una fuerte lluvia.
En la playa se observó a dos trabajadores de la Promotora y Administradora de Playas limpiando la arena, mientras que algunos prestadores de deportes acuáticos se quejaron de que en un día como ayer miércoles, que el mar se veía sucio por el arrastre de basura, no estuviera trabajando la barredora marina.
Al llegar a la playa El Morro lo primero que llama la atención es la línea negra a la orilla del mar, pues las olas sacaron la basura que arrastró la lluvia de la madrugada. Flotando hay residuos de palmeras e incluso y un pedazo de malla naranja, la que se usa para delimitar las áreas en el proyecto de remodelación de la Costera.
A pesar de la suciedad del mar, los 12 integrantes de la familia Ramos, que viajó en avión de Monterrey a Acapulco, disfrutan del sol debajo de dos sombrillas. Sobre dos camastros unidos y una silla está sentada Cointa Salazar Ramos, de 82 años, una de las 11 mujeres que viajaron; el único hombre es uno de sus nietos.
Para Cointa es la segunda ocasión que visita Acapulco. La primera vez que vino fue hace 15 años. Para el resto de su familia es la primera vez.
Los turistas relataron que llegaron el lunes al mediodía y la única playa que conocieron fue la que está en frente de su hotel, El Morro; ahí pasaron  sus horas en el puerto y decidieron no moverse por los niños, quienes disfrutan del mar, aun cuando ayer las olas llevaban una capa de basura que al romper dejaban una línea de residuos sobre la arena.
Como bienvenida a Acapulco, Cointa y dos de sus nietos fueron revolcados por una ola; “nada más vi cómo les dio la vuelta y los pesqué, pero me llevó la ola con bolsa y todo”, recordó la mujer, quien solamente se había ido a parar a la orilla del mar y no pensaba ni siquiera mojarse.
El siguiente día no fue diferente con el mar, el cual nuevamente revolcó a la señora de la tercera edad, quien permanecía sentada debajo de una sombrilla y rodeada de sus hijas Yolanda, Nelly, Miriam y sus nietos Iris Yolanda, Tessa, Alexa, Azened, Priscila y David.
Las mujeres dicen estar encantadas con Acapulco, “es muy bonito”, y que la gente a sido amable.
Sonríen cuando les preguntan por los vendedores ambulantes: “son muy insistentes”, dice una de ellas, mientras doña Cointa reprochó que uno de ellos la haya regañado porque no quiso comprar lo que le ofreció.
Con excepción de los niños que “están negritos” y así lucen después de pasar tantas horas bajo el sol –el rojo de su piel blanca se ha tornado oscuro– los adultos están menos quemados por el bloqueador que se puede ver en su piel.
A diferencia de los Ramos, la familia Fayad prefirió llevar a los niños a divertirse en la alberca del hotel; “me encanta Acapulco pero la playa está muy sucia, nos encontramos con mucha basura”, indicó Jazmín, mientras guiaba a uno de los niños a la hospedería.
Los nueve integrantes de la familia viajaron de San Luis Potosí para pasar unos días en Acapulco, sin embargo no les agradó encontrar el mar “tan sucio”.
A lo lejos se pueden ver dos trabajadores de la Promotora de Playas con su uniforme verde limpiando la arena, dos más van caminando; “qué les importa, como ya viene el cambio de turno”, reprochó uno de los prestadores de servicios acuáticos, quien junto con otros de sus compañeros limpian el área de playa que ocupan para embarque y desembarque de quienes usan moto acuáticas, las bananas o subir al paracaídas.
Se quejaron de que no haya gente suficiente para la limpieza de la playa, y pidieron al gobernador Ángel Aguirre Rivero “que contrate más trabajadores si quiere dar una buena impresión de Acapulco, más salvavidas”, dijo uno de los integrantes de la Deportiva Tabachines.

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