Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

El velódromo, terreno british; conquista Reino Unido dos de oro

DPA

Londres

Los dos oros conquistados ayer por Reino Unido confirmaron un día más que el velódromo es terreno british en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, aunque las palabras de uno de sus ciclistas hayan puesto en entredicho su honradez deportiva.
La polémica surgió el jueves cuando el local Philip Hindes, nacido en Alemania pero de padre británico, aseguró que se dejó caer a propósito para repetir una serie clasificatoria al tener una mala salida.
“Dijimos que si teníamos una mala salida necesitábamos una caída para empezar otra vez. Yo me caí, lo hice a propósito. Todo estaba planeado”, soltó el ciclista, de 19 años, a los reporteros en el centro del óvalo.
El equipo británico se defendió diciendo que se trató de un problema de dominio del idioma por parte de Hindes, que se mudó hace 18 meses a Manchester.
“No hubo protesta y el oro está entregado”, dijo ayer el portavoz de la Unión Ciclista Internacional (UCI), Enrico Carpani.
Nadie quitará por tanto el quinto oro olímpico a Chris Hoy, cuyo fabuloso equipo ganó luego la final con récord del mundo. Pero el daño a la fama británica de fair-play estaba hecho.
Victoria Pendleton en el keirin y el cuarteto masculino de persecución se encargaron ayer de enterrar la polémica bajo otra nueva montaña de oro.
Pendleton, la gran estrella del ciclismo en pista, se resarció ayer de su descalificación el jueves en el sprint por equipo al imponerse en la final de keirin a la china Guo Shuang, plata, y a la hongkonesa Lee Wai-Sze, bronce.
Pocos minutos antes, el equipo masculino de persecución de cuatro kilómetros había ganado en la final a Australia con un nuevo récord del mundo de 3:51.659 minutos. El bronce fue para Nueva Zelanda.
El cuento de hadas del ciclismo británico continúa. Después del Tour de France de Bradley Wiggins, de su oro en la contrarreloj en ruta y de la victoria de Hoy y sus chicos en el sprint por equipos, las bicicletas volvieron ayer a dar más éxitos al Reino Unido.
El óvalo fue de nuevo una fiesta de orgullo patriótico. Wiggins, tres veces campeón olímpico en pista, participó como uno más en la grada.
La casi totalidad de los 6.000 espectadores que llenaron el recinto cantaron al unísono el himno nacional. El “God save the Queen” se está convirtiendo en banda sonora del estilizado velódromo londinense.
“Nunca había oído un ruido así. Es gigante, tenía la piel de gallina”, dijo el campeón del mundo en carretera, el británico Mark Cavendish, que el sábado fracasó en su intento de ser también campeón olímpico.
“Brillante”, escribió por su parte Hoy en su Twitter. “Son todos leyenda”.a

468 ad