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Las autoridades tratan de cubrir al mínimo las necesidades educativas de los indígenas: Tlachinollan

Lourdes Chávez

Chilpancingo

El director del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollán, Abel Barrera Hernández, llamó a las autoridades educativas a ser muy honestas, para decir que sólo están tratando de cubrir lo mínimo que demandan los pueblos originarios, porque con una estrategia de mayor cobertura de maestros, sólo estarían atendiendo 10 por ciento de lo que realmente necesita esa población.
El luchador social consideró que si mantienen el mismo modelo educativo –que ahonda más en la desigualdad social– no sólo no se va a revertir el rezago, también se le niega la posibilidad a la niñez de acceder a una educación digna y apropiada.
Mediante un comunicado, la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) informó sobre una estrategia para cubrir la necesidad de docentes en todo el estado, en particular en las comunidades indígenas de La Montaña, donde según datos oficiales faltan alrededor de mil maestros y existen un número sin precisar de escuelas cerradas.
En este sentido, Barrera Hernández señaló que la atención educativa de los pueblos originarios ha sido demasiado desigual, porque las políticas nunca han priorizado una atención apropiada a sus necesidades culturales y lingüísticas; al contrario, se le ha tomado como una cuestión irrelevante, un apéndice de la educación formal.
Aseguró que no existe una política de estado que responda a las situaciones socioculturales y de las especificidades étnicas de los pueblos originarios; “dicen que existe una Dirección de Educación Indígena y un sin número de programas, pero siguen utilizando los mismos materiales didácticos, sólo hacen una traducción mecánica de sus contenidos”.
Subrayó que al niño indígena se le enseña lo que es la vida en la ciudad, sin tomar en cuenta el contexto rural, porque no hay un compromiso para hacer un trabajo apropiado a las condiciones socioculturales y lingüísticas de los pueblos.
Sobre la atención de la niñez de La Montaña, cuestionó que ésta traduce a lo que dicen las leyes secundarias, donde las comunidades pequeñas no merecen tener un maestro de tiempo completo; “casi siempre se cubre esta necesidad con jóvenes de Conafe, que sin conocer la lengua tienen que improvisar a ser docentes a cambio de una beca y cargan la responsabilidad a la comunidad de su alimentación y hospedaje”.
“Vemos cómo el Estado evade su responsabilidad, sobre todo en los lugares más recónditos y más necesitados, donde está más arraigado el rezago educativo, no invierte lo que se requiere para que revierta ese rezago, más bien envían el menos idóneos, al que menos costo tiene; esto es una política discriminatoria e inequitativa”.
Asimismo, dijo que la SEG tiende a crear escuelas unitarias, de un solo maestro, que da clases a niños de distintos grados, y las autoridades se justifican porque la localidad no tiene el número de niños para que se invierta en más docentes; en otros casos, los alumnos tienen que caminar largas distancias para llegar a la escuela más cercana.
En términos de cobertura, Barrera Hernández indicó que hay un gran déficit en parte de Cochoapa, con unas 25 escuelas de primaria y preescolar que permanentemente están solicitando más personal. Igualmente en Acatepec, otro de los municipios con mayor marginación, con unos 15 centros educativos que no tienen maestros suficientes. Estimó que sólo en esas regiones faltan unos 600 docentes.
Coincidió con las autoridades de la SEG en que la ausencia de maestros está relacionada a cuestiones político-sindicales: se van comisionados a una delegación sindical, a una supervisión, dirección o tienen cargos de educación indígena.
El defensor de derechos humanos consideró que las autoridades estatales no tienen un conocimiento real de educación en La Montaña, no tienen una radiografía más objetiva y profunda en las raíces del problema; tienen datos muy generales, porque no están en el campo para recoger el pulso de la vida comunitaria.
Consideró que ese es un factor que desalienta a los padres, más preocupados por la sobrevivencia, que por la educación. “La falta de apoyo, de maestros y de escuelas, de algún modo contribuye a que muchos los padres no le den prioridad al tema educativo”.
Sin embargo, destacó que pueblos como Buena Vista, municipio de Tlixtac, exigen de manera permanente educación, a pesar de tantas vueltas en la región estatal y el trato despótico y discriminatorio de las autoridades. Esta comunidad exigió durante 10 años la construcción de un jardín de niños, que sólo fue posible luego de la presentación de un amparo federal.
Opinó que la política educativa en Guerrero demanda la constitución de una Subsecretaria de Educación indígena –que las autoridades han ignorado–, para el diseño de un modelo educativo acorde a las necesidades de los pueblos, más acorde a las formas de transmisión de conocimientos, que quite ese modelo de escuela cárcel, la relación vertical entre alumnos y maestros.
“Necesitamos insistir en un modelo que no está hecho, que hay que armarlo con los pueblos, con la participación de los pueblos, que es muy complicado, pero posible”.
Sobre la cobertura completa que ha prometido la SEG, declaró: “Que no nos quieran vender la idea de que en verdad van a revertir este rezago, con el mismo modelo educativo seguiremos en el rezago, ahondar más la desigualdad”.

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