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Retiene la jamaiquina Shelly-Ann Fraser-Pryce su cetro y gana el oro olímpico en los 100 metros

DPA

Londres

La jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce retuvo su cetro de reina de la velocidad al revalidar su título olímpico de los 100 metros, pero fue un somalí nacionalizado británico quien llevó ayer al éxtasis al estadio en Londres.
El triunfo de Mo Farah en los 10 mil metros completó un día inolvidable para el atletismo británico, que sumó tres oros con apenas unos minutos de diferencia.
La primera victoria local la logró Jessica Ennis en el héptatlon. La segunda cayó gracias Greg Rutherford en el salto de longitud. Pero la más emotiva fue la de Farah, el niño que llego a los ocho años al Reino Unido después de crecer en Djibouti y se forjó un nombre corriendo.
El británico de las largas piernas celebró el oro sobre la pista, envuelto en una bandera, junto a su hija y su esposa, embarazada de gemelos.
Con esos precedentes, no es de extrañar que los 80 mil  espectadores que llenaron ayer el estadio olímpico londinense terminaran cantando el “All you need is love” de los Beatles.
En una noche fresca, ideal para las pruebas de fondo, Farah ganó los 10.000 con un tiempo de 27:30.42 minutos, por delante del estadounidense Galen Rupp (27:30.90) y del etíope Tariku Bekele (27:31.43).
El campeón olímpico en 2008 y 2012, Kenenisa Bekele, tuvo que conformarse con el cuarto puesto.
Fue un triunfo rotundo para el entrenador estadounidense de origen cubano Alberto Salazar, artífice del salto de calidad dado por Farah y Rupp, que ayer derrotaron al que parecía invencible ejército de fondistas africanos.
Poco antes, Rutherford se había convertido en el primer británico desde Lynn Davies en 1964 en ganar el oro en el salto largo. Su mejor brinco fue de 8,31 metros. La plata fue para el australiano Michael Watt (8.16) y el bronce para el estadounidense Will Claye (8.12).
El éxtasis en el estadio olímpico había empezado sólo unos minutos antes, cuando Ennis ganó el héptatlon con un récord nacional de 6.955 puntos, por delante de la alemana Lilli Schwarzkopf, plata con 6.649 puntos, y de la rusa Tatyana Chernova, bronce con 6.628.
La campeona mundial de 2009 lloró de alegría después de cruzar la meta de la prueba final de 800 metros, durante los cuales fue acompañada por miles de flashes y un ensordecedor ruido desde las gradas.
Tras su triunfo, la heptatleta se enfundó en una bandera británica en la que se podía leer “Jessica Ennis Olympic champion” (campeona olímpica).
Entre tanta pasión británica, el triunfo en el lanzamiento de disco de la croata Sandra Perkovic, que hace un año cumplió seis meses de sanción por doping, pasó inadvertido.
Algo más de ruido hizo la victoria de Fraser-Pryce en los 100 metros, donde se impuso con un tiempo de 10.75 segundos, por delante de la estadunidense Carmelita Jeter (plata con 10.78) y de su compatriota Veronica Campbell-Brown (10.81).
Jamaica ganó así el primer asalto de su duelo en el sprint con Estados Unidos, que tendrá su continuación mañana con la final masculina de los 100 metros, uno de los momentos más esperados de los Juegos.
El final de la carrera fue ayer tan ajustado que la campeona tuvo que esperar unos segundos que seguro que le parecieron años antes de ver su nombre apareciendo en primer lugar en la pantalla del estadio olímpico.
Fraser-Pryce se dejó entonces caer sobre la pista, consciente de haber hecho lo que sólo las estadunidense Wyomia Tyus y Gail Devers hicieron antes: colgarse dos oros ol ímpicos en los 100 metros.
“En Pekín era joven e inexperta. Aquí estaba un poco nerviosa, pero creo en dios y confiaba en que me llevaría”, dijo la campeona, que también cumplió seis meses de sanción por doping en 2010.
Los tiempos de las medallas de plata y bronce fueron los más rápidos en una final olímpica y seis de las corredoras estuvieron ayer por debajo de los 11 segundos.

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