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Se “crucifican” rechazados de la UAG en Acapulco en su quinto día de protestas

Karla Galarce Sosa

En su quinto día de protestas, aspirantes rechazados para cursar las carreras de Enfermería y Medicina de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) se crucificaron durante seis horas en el quiosco del Zócalo para exigir su admisión en las aulas universitarias.
A pesar del anuncio que hicieron integrantes de la Federación Estudiantil Universitaria Guerrerense (FEUG), de que se abrirá un grupo más en la unidad académica de Enfermería número 1 en Chilpancingo, las y los jóvenes en Acapulco, descartaron trasladarse a esa ciudad para cursar allá sus estudios si las autoridades universitarias les ofrecen un espacio.
En la crucifixión participaron 12 personas, entre los que se hallaban padres de familia y jóvenes rechazados que hicieron el examen en más de dos ocasiones y que participaron en las protestas del año pasado; también encabezadas por MASAS.
Los inconformes colocaron tres cruces de madera en las escaleras del quiosco, simularon, con un telar blanco, portar una túnica; además de que colocaron en sus cabezas guirnaldas de flores elaboradas con papel.
La protesta comenzó a las 8 de la mañana, y en ella se pudieron observar pancartas con mensajes contra la privatización de la educación y el respeto al artículo tercero constitucional.
Explicaron que, aunque en las protestas participan apenas una decena de rechazados, muchos de ellos aportan cooperaciones para la compra de materiales que utilizan en las movilizaciones o sus tutores asisten.
A pregunta expresa de si aceptarían estudiar en Chilpancingo, la aspirante tres veces rechazada de la unidad académica de enfermería, Yuleni Lazareno Abarca indicó que sería impensable que ella viva en Chilpancingo.
“Mi mamá es ama de casa y mi papá maneja un tractor, apenas alcanza el dinero para pagar pasajes, y pagar traslados de viajes o renta allá sería imposible”, declaró Lazareno Abarca.

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