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Clausuran de forma simbólica el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía

Staff / Agencia Reforma

Ciudad de México

Trabajadores del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez (INNN) se manifiestan clausurando simbólicamente su entrada principal acusando represalias por denunciar las deficiencias y supuesta corrupción al interior del nosocomio.
El grupo está conformado por 27 trabajadores, entre enfermeras, médicos, administrativos, empleados del departamento de almacenes e inventarios y de radiología, que se encuentran en horario no laborable.
Los inconformes reparten y portan listones rojos con la leyenda “Alto al abuso de poder”.
Mantas en las que se lee “Clausurado” han sido colocadas en la entrada del Instituto, sin embargo, los pacientes y personal médico que labora en el mismo pueden ingresar libremente porque los quejosos afirman que su intención no es perjudicar a los pacientes ni a sus propios compañeros.
Declararon que hoy harán llegar al secretario de Salud, Salomón Chertorivski, al presidente Felipe Calderón y al virtual ganador de la elección presidencial, Enrique Peña Nieto, una carta en la que denuncian la “incompetencia técnica y falta de honorabilidad” de las autoridades que se encuentran al frente del INNN desde 1998.
En la misiva firmada por 409 de los 800 empleados con base del Instituto se exige el cese de Teresita Corona Vázquez como directora general.
Después de la protesta del 23 de julio, en que se denunciaron deficiencias por la falta de enfermeras, equipo e insumos médicos, desvío de recursos del presupuesto, atraso en los pagos a proveedores y corrupción, principalmente, en el área de Investigación, muchos de los empleados acusan que sufrieron acoso laboral de sus superiores.
Guadalupe Contreras Cortés, enfermera con 22 años de antigüedad, denunció que fue obligada a cambiarse de área por apoyar la protesta y por supuestamente resguardar en su departamento las mantas que se utilizaron en el paro de labores simbólico del 23 de julio.
“Tengo siete (años) laborando en el servicio de epidemiología y por orden de la licenciada Páramo a partir del 15 de agosto me desplazaré al servicio más pesado con descansos rotatorios, pese a que en el servicio de neurocirugía hay horario especial a mí se me va a rotar por apoyar la causa aunque ni siquiera me vieron aquí”, dijo mientras sostenía una manta en la entrada del Instituto.
Guadalupe aseguró que teme no sólo por su trabajo y el de su esposo, quien también labora en el Instituto, sino por el bien de su familia y por su propia vida.
Otros empleados como Raúl Gaytán, empleado del departamento de almacenes e inventarios, y Concepción Gaytán, enfermera del quirófano, también han denunciado acoso por medio de actas administrativas que estipulan supuestas faltas en días que eran de vacaciones o con engaños para persuadirlos de que dejen su trabajo.

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