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Recrea artista la magia de Cri Cri ante más de mil niños y sus padres en el Sentimientos de la Nación

Anarsis Pacheco Pólito

 

Chilpancingo

 

Mario Iván Martínez presentó la noche de este viernes el espectáculo Descubriendo a Cri Cri, con el que compartió la herencia de una época en donde los niños usaban más la imaginación para crear mundos paralelos y vivir aventuras al lado de los personajes que cobraban vida con cada canción, como El ratón vaquero, La patita, Papa elefante entre otros.

El Auditorio Estatal Sentimientos de la Nación recibió a más de mil niños con sus respectivos padres, quienes eran los que lucían más emocionados por compartir esa noche las historias escritas por el compositor veracruzano, quien creó a El Grillo Cantor en 1934.

Al analizar cada una de las canciones, 200 en total, presentan mensajes sociales que se vivan en ese momento en el país y en el mundo entero, rasgos sociales como el racismo, la pobreza en la que se encontraba México y que no a cambiado al paso de los años.

Gabilondo Soler inició un proyecto radial el 15 de octubre de 1934; un programa en la XEW, que no duraba más de 15 minutos y no contaba con patrocinador alguno, en el que narraba historias sobre animales y otros personajes, y fue ahí donde adoptó el nombre de Cri- Cri El grillo cantor, además de que ahí interpretó por primera vez las canciones El Chorrito, Batallón de plomo, Bombón Primero y El ropero. El programa se mantuvo al aire durante 27 años, y realizó su última emisión el 30 de julio de 1961.

Mario Iván Martínez, valiéndose de sus conocimientos histriónicos, logra construir castillos de algodón, bajar estrellas y dar vida a una abuelita que comparte sus recuerdos guardados en un viejo ropero.

En tan sólo una hora de espectáculo el artista no deja ni un minuto de recordar el valor de cada nota musical escrita por este compositor que no ha recibido el reconocimiento merecido, y que además no ha sido difundido suficientemente su trabajo en esta época, en donde los niños cuentan con otro tipo de material que no ayuda a estimular la imaginación y a despertar el interés de conocer otros mundos.

El espectáculo en todo momento fue participativo, pues involucró a la gente que entusiasmada se prestó y se unió al juego con lo que aquello se convirtió en un jolgorio no apto para amargados o serios y formales, y en el que se logró ver que la mayoría de los padres se sabían más las letras de las canciones que sus propios hijos.

En el escenario se montaron cinco diferentes baúles de colores, que guardaban el sombrero de El ratón vaquero, la llave de El Ropero, El gato del barrio, Los ratones bomberos, además de guardar mariposas de diferentes colores.

El artista mostró tal facilidad de narrar las historias, que lograba que con un poquito de imaginación los asistentes pudieran casi ver de manera real las reacciones de los personajes.

El público en todo momento aprovechó para acompañar con aplausos las canciones como El negrito bailarín o Los tres cochinitos.

Algunas de las historias hacen recordar y reafirmar los sentimientos proletarios al recordar a quien proviene de un barrio pobre y trabajador, o de una madre que no cuenta con el apoyo de su marido para alimentar a sus patitos.

Saltando, corriendo, bailando, contando, cantando, narrando, Mario Iván Martínez va así Descubriendo a Cri Cri, y no duda en seguir recordándonoslo, haciendo magia sobre el escenario que se nos aparezca de nuevo y nos lleve allá, a esos mundos que no son ignorados pero que si hemos perdido por, muchas veces, haber perdido nuestra capacidad de juego, nuestra capacidad de soñar, de imaginar o simplemente de vivir.

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