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Confirma el Dream Team su supremacía en el basquetbol olímpico; plata para España

DPA

Londres

La selección española de baloncesto arañó ayer la hazaña en Londres 2012 pero tuvo que conformarse con la medalla de plata tras perder la final olímpica por 107-100 contra Estados Unidos.
El equipo dirigido por Sergio Scariolo logró estar en ventaja en el tercer cuarto y llevó la definición hasta el último minuto contra un Dream Team que reposó en la calidad de sus estrellas y defendió con éxito el oro conseguido cuatro años atrás en Pekín.
España también repitió la medalla de plata alcanzada en 2008 y así sumó su tercera presea olímpica, después de la plata ganada en Los Ángeles 1984.
El equipo dirigido por Mike Krzyzewski ganó su decimocuarto oro en el baloncesto olímpico e impidió que un nuevo integrante se sume al grupo de élite. Hasta ahora, sólo los norteamericanos, Yugoslavia, Unión Soviética y Argentina pudieron consagrarse campeones olímpicos.
En la final entre los dos equipos más poderosos del torneo, Kevin Durant fue la figura y máximo anotador de la final con 30 puntos, mientras que en España brillaron Pau Gasol, con 24 puntos, ocho rebotes y siete asistencias, y Juan Carlos Navarro, con 21 tantos.
A lo largo de la primera mitad, España dio una exhibición de cómo se le puede hacer frente a Estados Unidos con un equipo inferior y nublar las virtudes más fuertes del Dream Team.
El equipo de Scariolo logró reconciliarse definitivamente con el tiro exterior en la primera parte, algo que no había conseguido hasta ayer, el partido más importante del torneo.
Navarro sacó finalmente a relucir su capacidad anotadora y finalizó el primer cuarto con 14 puntos y tres triples.
Mientras tanto, los hermanos Gasol presentaron la primera oposición real en la zona pintada a jugadores como Tyson Chandler o Kevin Love.
Así, los estadunidenses apostaron a sus lanzamientos desde el perímetro en el primer parcial.
La táctica le resultó exitosa en un principio: siete triples fueron suficientes como para que cerraran el cuarto inicial con una ventaja de 35-27.
España volvió a deslumbrar en el segundo cuarto con su capacidad de recrearse ante problemas importantes en su estrategia.
En apenas 15 minutos de partido, Marc Gasol sumó su cuarta falta y quedó a una infracción de ser expulsado. Por ende, el pivot debió sentarse en el banquillo y la responsabilidad recayó en Felipe Reyes y Serge Ibaka.
La protección española de la zona pintada se mantuvo tan organizada que el campeón de Europa no sólo controló el ataque estadunidense, sino que también redujo la distancia en el marcador.
El Dream Team comenzó a exponer nerviosismo por primera vez en el certamen. Apenas metió un triple en todo el segundo parcial y se marchó al descanso con una falta antideportiva de Andre Iguodala sobre Rudy Fernández, después de que el español le robara la pelota.
España llevó el partido al entretiempo con una desventaja de 59-58 y con la sensación de que la proeza era posible.
El inicio del tercer cuarto fue una continuación del segundo parcial. Un Pau Gasol gigante anotó los 13 primeros puntos españoles y su equipo llegó a la mitad del parcial con una ventaja de 71-70.
España hizo enojar a las estrellas norteamericanas Bryant y Durant, que desde entonces se repartieron los 13 puntos siguientes de su equipo.
Ya a punto de entrar en el último parcial, el Dream Team ya no era el Dream Team y España tenía la moral por las nubes. Los norteamericanos terminaron el parcial con una ventaja de apenas un punto y, por primera vez, con la incógnita de perder esa medalla de oro tan exclusiva.
Así y todo, Estados Unidos hace pagar al rival cualquier mínimo instante de inspiración.
Cinco puntos de Chris Paul y dos de LeBron James hicieron escaparse a los norteamericanos a seis tantos en apenas 47 segundos.
España mantuvo esa distancia hasta los dos últimos minutos, pero James volvió a castigar con sus penetraciones.
Ya con el partido definido, los estadunidenses se abrazorn en un gesto más de alivio que de alegría por el oro. España había estado a un paso de batir a los invencibles.

Shved devuelve a Rusia al podio olímpico 24 años después

Rusia volvió a un podio olímpico 24 años después tras ganar a Argentina por 77-81 y conseguir la medalla de bronce, gracias a la gran actuación de Kirilenko y, sobre todo, de Alexey Shved, mientras que Argentina no pudo completar su triple olímpico.
Veinticuatro años fuera del podio olímpico es demasiado tiempo para un equipo como el de Rusia, que bajo diferentes denominaciones fue un fijo en los cajones de los campeones, pero Shved y Kirilenko acudieron a su rescate ante una selección Argentina que luchó, se fajó, pese a no estar afortunada en muchos momentos y que no pudo completar su triple olímpico tras ser oro en Atenas 2004 y bronce en Pakín 2008.
Andrei Kirilenko, autor de los cinco primeros puntos de los rusos y Emanuel Ginobili, con 8 puntos en los primeros seis minutos para Argentina, fueron los encargados, desde la experiencia y el liderazgo, de señalar el camino a sus compañeros.
Leves ventajas para uno y otro equipo con un juego controlado en defensa y elaborado en ataque dejó claro que ninguno de los dos estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad de subir al podio olímpico.
Argentina, que se quejó amargamente del arbitraje en los instantes finales, no pudo completar su triple olímpico tras haber subido a lo más alto del podio en Atenas 2004, y ser bronce en Pekín 2008.
Rusia, por su parte, vuelve al podio olímpico 24 años después.
La extinta URSS fue campeona olímpica en Seúl 1988 y desde entonces, la nada.
Shved y Kirilenko le dieron a Rusia la medalla de bronce en Londres. (EFE / Londres).

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