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Desde Semana Santa ocupan vendedores ambulantes pasillos y accesos del Zócalo

Yee Trujillo

Desde la pasada temporada vacacional de Semana Santa, todos los pasillos del Zócalo se encuentran ocupados por puestos semifijos que, además de causar una pésima imagen al puerto, ponen en riesgo la integridad física de turistas y acapulqueños porque en muchos se utilizan anafres para freír o hervir alimentos.
En un recorrido realizado por la Plaza Álvarez a las 7:30 de la noche de ayer se observaron unos 60 puestos de semifijos, de los cuales al menos en 25 se venden plátanos fritos, esquites y elotes que se preparan en anafres colocados sobre pequeñas mesitas o viejos huacales de madera, lo que podría causar un accidente porque las personas caminan entre estos anafres mal colocados porque los pasillos están obstruidos.
Tan sólo frente al busto del general Juan N. Álvarez se colocan a diario siete vendedoras de esquites, elotes y plátanos fritos que solamente dejan libre unos tres metros de espacio de los escalones de acceso a la plaza principal, mientras que los demás vendedores se encuentran casi en todas las esquinas de los pasillos.
Los vendedores de otros 10 puestos utilizan estos anafres para freír carne o calentar ollas de tamales.
Además, estos comerciantes semifijos extienden cables de electricidad viejos y deteriorados en el piso de casi toda la plaza para alumbrar sus puestos colocando diablitos hacia los postes de alumbrado público, principalmente en los accesos de Jesús Carranza y La Paz, y ayer los charcos de agua que dejó la lluvia no fueron obstáculo para colocarlos, lo que podría causar un cortocircuito.
De estos 60 puestos, menos de 10 vendían artesanías ya que la mayoría eran de comida, bisutería, ropa, discos piratas, raspados, libros, arreglos de flores artificiales, tatuajes temporales, y hasta había juegos inflables para niños y de azar.
El único lugar en el que las personas podían caminar libremente o sentarse en las bancas se encuentra en medio del Zócalo, en los pasillos que rodean la fuente, con jardineras y áreas verdes en pésimas condiciones, además de papeleras rebasadas por la basura que la gente apila hasta encima de sus tapaderas.
Aparte de esta obstrucción de pasillos las personas que acuden a comer en los restaurantes ubicados en la plaza en mesas al aire libre son molestadas por decenas de ambulantes que venden desde abanicos de hoja de palma hasta joyería, así como personas que piden dinero presentando viejas recetas médicas o “para un taco”.
Al respecto, uno de los encargados de los restaurantes, Manuel Gómez Huerta, opinó que esta situación “es una vergüenza” para los comerciantes formalmente establecidos, y que además es “insalubre y de muy mal aspecto”.
En este sentido, criticó que las autoridades municipales solamente pasen a recoger “sus cuotas” con estos comerciantes y no pongan orden, y explicó que este problema se salió de control desde hace tres años y medio, porque los gobiernos anteriores tenían “más controlado”.
“Estaba más controlado, creo que los fines de semana eran los días en los que lo permitían, sábado y domingo, pero ahorita ya es cualquier día de la semana, cualquier hora; tienen desde Semana Santa más o menos que no se han quitado”, aseguró.
En el lugar se observó a la turista proveniente de Hidalgo, Rosario Olvera, quien era acompañada por su familia y recorría la plaza con mucha dificultad porque además de que los pasillos estaban obstruidos ella utilizaba una silla de ruedas.
“Claro que es difícil desplazarse y no nada más para mí, yo creo que sí es un punto más en contra porque tienes que andar con cuidado, pero sí es bastante complicado pasar por los lugares”, indicó.
Pidió que la alcaldesa Verónica Escobar Romo que intervenga para retirar a estos vendedores.

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