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Excluir la violencia de todo tipo en sus campañas, pide Garfias a candidatos

Mariana Labastida

El arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, llamó a los candidatos de los diferentes partidos políticos a excluir de las campañas electorales la violencia verbal, institucional o física como método de proselitismo político, y que se incluya en los proyectos la construcción de la paz.
A la advertencia de los maestros de parar nuevamente labores por la violencia, el prelado católico pidió a las autoridades que se atienda de manera particular cada caso para evitar “acciones que perjudiquen a todo la sociedad”.
En el comunicado que leyó Garfias Merlos en conferencia de prensa, dijo que el proceso electoral de este año es una oportunidad para la paz “en este país desangrado por tantas heridas causadas por la violencia”, por lo que consideró que los candidatos como los partidos políticos deben de tener como centro de sus propuestas de gobierno la construcción de la paz.
El arzobispo llamó a los partidos políticos y a los candidatos a no tener un retroceso democrático, sino a actuar a favor de la paz para que haya una mayor participación ciudadana en las elecciones, así como “pensar en campañas electorales que excluyan la violencia, ya sea verbal, institucional o física, como método de proselitismos político”.
Resaltó que la Iglesia llamará de manera constante a que el proceso electoral se realice en un ambiente de cordialidad y propuestas que busquen “por sobre todas las cosas e intereses el bien del pueblo y la construcción de la civilidad de la paz y del amor”.
De la elección de los candidatos, Garfias Merlos indicó que los partidos deben de escoger métodos adecuados para seleccionar a sus candidatos, donde los ciudadanos puedan expresar su opinión.
Consideró importante que los precandidatos tengan actitud de madurez cívica y que de no ser electos se sumen a los elegidos y “no se provoque divisiones ni haya rupturas ni fracciones que en lugar de beneficiar al pueblo y a la comunidad generen más violencia y más conflictos”.
En relación a la advertencia de los docentes de volver a parar labores por la violencia, el arzobispo dijo que se debe de aprender a distinguir los casos particulares y personales y que en ellos en trabajen las autoridades y la sociedad, “pero no por eso tomar acciones que perjudiquen a toda la sociedad”.
El prelado católico resaltó que si hay casos de maestros y escuelas que han sido violentadas allí hay que apoyar, dar seguridad, pero no hacer manifestaciones que dañen y perjudiquen a la sociedad; “con el dispositivo que ha habido se tuvo una disminución de la violencia pero no ha desaparecido, que no se puede aspirar a que desaparezca de golpe”.
Garfias Merlos reiteró que su llamado en el caso de los maestros es a que se especifiquen los casos en particular y se les den atención, y que en el caso de la Iglesia trabaja para que cada una de las 81 parroquias de Acapulco, Costa Grande y Costa Chica se conviertan en un espacio de paz.
Explicó que se trabaja en las parroquias con las necesidades locales para construir estrategias a mediano y largo plazo para la construcción de la paz, mismas que van desde hacer vigilias de oración por la paz y las víctimas de la violencia, rosarios, visitas y atención pastoral a las familias afectadas, así como talleres para la exhortación pastoral.
“Queremos construir una estrategia eclesial a largo plazo que incida en la organización interna de la iglesia y de la sociedad civil, capaz de dar respuestas a la emergencia, de contribuir a la reconstrucción del tejido social y al desarrollo integral de las personas y de los pueblos”, indicó.
A pregunta expresa de una reportera de las declaraciones de la secretaria de Educación, Silvia Romero Suárez, de que se dan las condiciones para reanudar clases en la normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, el arzobispo lo consideró como un camino a la solución del conflicto que se tiene en dicha escuela.
Agregó que se ve “un camino de acuerdo y de solución que sea para beneficio de todos que la normal de Ayotzinapa pueda continuar cumpliendo con su deber de formar, capacitar, educar a los futuros maestros y en la sociedad se pueda desarrollar en la vida cotidiana, siempre sin dejar de insistir en que se pueda conocer la verdad de los conocimientos que ocurrieron el pasado diciembre”.

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