Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Rosa María Gómez Saavedra

Recordando a Octaviano

Cómo no recordar cuando escuché tu nombre por primera vez. Era septiembre del año de 1978, y estaba yo en una reunión sindical de la Preparatoria 17 en el local que hoy ocupa el Colegio Español, cerca de la avenida Cuauhtémoc. Serían aproximadamente las 10 de la noche, cuando un abogado llegó a informarnos que habías sido detenido en Querétaro y que te encontrabas en calidad de desaparecido.
Cómo no recordar las movilizaciones que se hicieron para exigir tu presentación y la de los compañeros Carlos Díaz Frías y Luis Armando Cabañas, y la de tu compañera María Concepción Jiménez Rendón también desaparecidos meses antes de tu detención.
Cómo no recordar el valor que tuviste pese a la tortura física y psicológica de que fuiste objeto en los días de cautiverio que precedieron a tu presentación ante el Ministerio Público desmintiendo la acusación que el entonces procurador Ulises Acosta Viques  y Arturo Acosta Chaparro habían presentado ante la prensa acusándote de la muerte de Obdulio Ceballos.
Cómo no recordar tu imagen desgarradora por los tormentos cometidos en tu contra y que después se presentaron en un documento testimonial que fue entregado a la señora Rosario Ibarra de Piedra quien presidía el Comité Nacional por la presentación de los desaparecidos políticos  y la libertad de los presos políticos enviándolo a Amnistía Internacional para que este organismo exigiera tu libertad y protección ante cualquier atentado contra tu vida.
Cómo no recordar las interminables visitas a la cárcel que se ubicaba en la colonia Hogar Moderno no sólo para verte a ti y a los demás compañeros presos políticos, sino para compartir la información del acontecer en la vida universitaria, y comentar el desarrollo del movimiento popular que se iba gestando en el anfiteatro de Acapulco producto de la amenaza de desalojo por parte del gobierno de Rubén Figueroa Figueroa.
Cómo no recordar que aun en la cárcel tu liderazgo se expresó en el apoyo incondicional que diste para la creación del Consejo General de Colonias Populares de Acapulco, organización que aglutinó a miles de hombres y mujeres que lucharon por mantener sus viviendas en los cerros de este puerto y que pudieron obtener el triunfo gracias a la gran movilización y apoyo que dieron los amplios contingentes de la Universidad Autónoma de Guerrero.
Cómo no recordar los documento enviados a congresos, marchas, mítines, o a diferentes  eventos, convocando siempre a mantenerse en la lucha contra el mal gobierno , por la unidad de la izquierda, por un frente común contra la represión, por la exigencia de la presentación de los desaparecidos, por la libertad de los presos políticos.
Cómo no recordar que gracias a ti, viví la hospitalidad de tu familia al alojarme en El Porvenir, en la sierra de Atoyac, en diciembre del 1979 en donde la Unión Estudiantil Guerrerense, organización en la cual militaba,  me había destacado para desarrollar la labor de apoyar el trabajo con los familiares de los desaparecidos políticos y que con tu mensaje me recibieron los familiares de los Pastor en La Remonta; la familia de Zohelio Jaimes en San Francisco del Tibor; los Cabañas en San Vicente ; los familiares de El Paraíso, en Rio Santiago, Las Parotas y  por el lado de Cacalutla, El Quemado.
Cómo no recordar que entre el caminar en los pueblos recogiendo testimonios, pude comer los suculentos platos de arroz con frijoles acompañados de una exquisita taza de café lo que me hizo sentir desde entonces el cariño y la afinidad no solo a tu familia, a la cual hoy me une una profunda amistad, sino a todo lo que se refería a la sierra de Guerrero.
Cómo no recordar la alegría que compartimos en septiembre de 1982 al obtener tu libertad junto con Juan García Costilla, Arturo Gallegos Nájera, Juan Islas y Aquilino García  a través de la amnistía promulgada por el gobierno de José López Portillo.
Cómo no recordar nuestra asistencia al Palacio de los Deportes en mayo del 89 cuando se funda el Partido de la Revolución Democrática sintiendo que se cumplía el anhelo de la unidad de la izquierda.
Cómo no recordar tu valor como legislador de nuestro partido al dar respuesta al Informe del entonces gobernador René Juárez Cisneros y ante la presencia del ex gobernador Rubén Figueroa y en un documento histórico haces un recuento de la represión vivida en nuestro estado y la violación sistemática de los derechos humanos expresada en la desaparición forzada de cientos de guerrerenses.
Cómo no recordar tu vida de lucha tenaz y persistente y aun minado por tu enfermedad diste una última batalla: la constitución de la Comisión de la Verdad como respuesta a los años de silencio e impunidad que mantienen indignados a los familiares que muchos de ellos llegan a la muerte sin ver la luz de la esperanza de que se haga justicia.
Por todos esos recuerdos y otros tantos más, mi vida se vio ligada a la tuya por una amistad y por la convicción de construir una Patria Nueva .
Descansa en paz, compañero Octaviano Santiago Dionicio.

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