Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza

El buen juez no ha de torcer las leyes a su condición,

sino torcer su condición conforme a las leyes

Fray Antonio de Guevara

 
Reflexión

 

 
Sin duda perder el gobierno federal es una derrota luego de 12 años de haberlo ejercido, pero igual con esa derrota los panistas estamos ante la posibilidad de ganar el partido, porque si bien después de 60 años de haber sido el partido más importante de oposición al régimen autoritario más exitoso del siglo 20 en el mundo, después de haberlo derrotado en el año 2000 el panismo se centró en la administración y ejercicio del poder dejando de lado al partido en la transformación, democratización y generación de los cambios que necesita el país, caso contrario ocurrió en el siglo XX con la dictadura perfecta en la cual el partido y gobierno eran uno solo, el gobierno se debía al partido y el partido al gobierno.
Hoy los panistas debemos sacar fuerzas del aprendizaje de la derrota, de las fallas, omisiones y errores, estamos ante la posibilidad de rehacernos y convertirnos en poco tiempo en el mejor partido que haya tenido el país en tanto que en las otras fuerzas políticas tardarán en su festín y triunfalismos, regresando al pasado con los mismos personajes disputándose cupularmente espacios y privilegios.
La dirigencia nacional del PAN está convocando a una reflexión democrática que incluir a las bases, incluyente en la que se escuchen todas las voces, institucional, es decir que se lleve a cabo con las instancias y método, y constructiva que de pauta para una nueva militancia y construcción de ciudadanía.
Una reflexión que más que refundar lleve al PAN a retomar la lucha democratizadora de sus fundadores y su compromiso con la formación de ciudadanía como guía, que ha sido lo que el panismo olvidó en 12 años de detentar el poder federal, de ganar espacios en la cámara de diputados, en congresos locales y presidencias municipales.
Para el dirigente nacional Gustavo Madero el partido no deber refundarse porque sus cimientos son los mejores, lo que se necesita es reencontrarnos y corregir errores, como es el de dejar de ser partido por empezar a ser gobierno.
Uno de los retos que ha marcado la dirigencia nacional es el de reestructurar nuevamente los vínculos con la sociedad, socavar el viejo sistema autoritario, sobre todo en las entidades federativas donde hay gran opacidad,  como en Guerrero, donde no hay rendición de cuentas y donde todavía hay grandes controles feudales.
Esa es una dirección en la que los panistas vamos a seguir dando la lucha por la verdadera democratización del país, en el de la verdadera transparencia y rendición de cuentas; en esa en la que en estos 12 años el país, la administración federal, avanzó en comparación con la forma cerrada y secreta de administrar y ejercer el gobierno por parte del PRI.
El PAN tiene que regresar a la sociedad, dejar de ser un partido electorero, en donde el principal interés sean las causas de la sociedad y no ganar cargos de elección popular o estar dentro del presupuesto, cultura política priísta que en lugar de combatir en muchos casos caímos en la imitación.
Tenemos que fortalecer la afiliación, la aplicación de la normatividad, fortalecer comités estatales y municipales, y establecer nuevos procesos de formación y capacitación, formar cuadros doctrinal e ideológicamente sólidos, pero también con experiencia práctica, tecnológica, científica.
La reflexión a la que se está convocando a los panistas es en cuatro niveles: sustantiva, sobre la identidad; funcional, para mejorar la forma de afiliar militantes; programática, para retomar agenda democratizadora; y estrategias electorales para identificación de oportunidades. Así como cuatro niveles de reflexión: el democrático, el incluyente, el institucional y el constructivo.
Coincido con el dirigente nacional cuando sostiene que ni  catastrofismos, ni parálisis, ni complacencia, pues el PAN está vivo, fuerte, con dinámica y dispuesto a corregir el rumbo, aunque para relanzarse con nuevos bríos como el partido de la sociedad y la ciudadanía, se requiere sin duda la presencia y acción de Josefina Vázquez Mota, hoy por hoy la panista que más reconocimiento y afecto tiene en la sociedad mexicana por haber dado su alma, vida y corazón al objetivo de retener la Presidencia de la república.

 
Josefina Vázquez Mota es sin duda el ícono del panismo moderno, ciudadano, ético y de valores con el que tenemos que superar la derrota cultural que sufrimos el pasado primero de julio cuando se impuso en el ánimo del electorado la cultura de la compra de voto, del intercambio de votos por prebendas, de la trampa con el uso del dinero, una cultura que los panistas a lo largo de 12 años en la Presidencia de la República no pudimos ni combatimos para desterrar la vieja instrucción política, clientelar y autoritaria del antiguo sistema.
En Guerrero tenemos que arrancar esa reflexión, que se dé en todos los municipios, en todas las regiones, para ir a la Asamblea Nacional Extraordinaria en el mes de marzo próximo con ideas y propuestas claras para retomar el camino hacia el partido de la sociedad y los ciudadanos de este país que se diferencie de los partidos clientelares, corporativistas y sectarios que están nuevamente controlando la vida política del país.
Hacia este objetivo nos estamos ya preparando para regresar a la tierra suriana para dar la lucha, primero, por los espacios que le tocan en el PAN en el Congreso del Estado, y de ahí para motivar esa reflexión con la que reencausemos al partido en la vida política del estado, con el propósito de hacerlo el partido de las causas sociales, de la participación ciudadana en los asuntos públicos y de gobierno, con el que el pueblo pueda reclamar al gobierno sus derechos, transparencia y rendición de cuentas.
Vuela vuela palomita: Y ve y dile a todos esos magistrados y consejeros que ya dejen de estar haciendo ese triste y público espectáculo de torcer las leyes en beneficio personal.

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