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En el abandono, secundaria en honor de Armando Chavarría en Chilapa

Luis Daniel Nava

San Ángel, Chilapa

La secundaria técnica con el nombre del político del PRD asesinado hace tres años, Armando Chavarría Barrera, ubicada en la comunidad San Ángel, funciona en pésimas condiciones de infraestructura por el abandono de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) y de los mismos profesores.
La secundaria Armando Chavarría fue fundada en junio de 2010, diez meses después del asesinato del entonces líder del Congreso local, por gestión de los pobladores y del actual diputado perredista Esteban García García, y se encuentra en una comunidad de mil 186 habitantes, considerada oficialmente en el grado “muy alto” de marginación.
No obstante, a más de dos años de haber sido instalada con la clave de centro de trabajo 12DST0305F, la escuela se encuentra en un terreno a campo abierto, al fondo de la población y con una infraestructura deplorable.
Los tres salones para los grupos de primero, segundo y tercer grado fueron hechos por los propios padres de familia. Las paredes son de carrizo, el techo de lámina de aluminio y las puertas son pedazos de madera.
En el ciclo escolar que terminó, en el primer grado, los 25 alumnos tuvieron que traer cada uno su silla de casa para poder tomar clase, y todos los días la cargaron, para guardarla en el salón de tercer grado; hay dos grandes mesas de madera donde escriben, además de sus sillas de plástico.
Para comprar el nuevo pintarrón que sustituyó a un viejo pizarrón para gis, los alumnos tuvieron que desembolsar cada uno 45 pesos.
En el segundo grado, cursaron 24 alumnos en otro salón de carrizo, ya con su puerta de madera despegada. No obstante, cuentan con butacas nuevas.
El aseo de los salones, con piso de tierra, es hecho por los propios alumnos que se organizan en equipos y se van turnando los días.
Entre los salones de primero y segundo grado, con el de tercero, en esa lomita que oficialmente es una escuela, se encuentra amarrado a una planta un burro mientras los niños caminan, corren y las niñas platican sentadas sobre una enorme roca; en el recreo todos sin excepción tienen que buscar el almuerzo hasta sus domicilios, muchos de ellos a más de un kilometro de distancia, que tienen que recorrer de ida y vuelta caminando. La vuelta la dan dos veces al día.
El salón de tercer grado es el más grande de espacio, aproximadamente mide 12 por 6 metros de ancho, por lo que también es utilizado como bodega, pues cuenta con un candado en la puerta. En el interior, aún en periodo escolar, se guardan el pintarrón de segundo grado, las mesas de primero y funciona con 20 butacas color naranja que el gobierno municipal del priista Sergio Dolores donó y que invariablemente tienen en el respaldo impreso el logotipo y eslogan de su gobierno: “Chilapa Avanza. Administración 2009-2012”. En esa aula también hay mesabancos viejos e inservibles.
A unos metros del salón del tercer grado, hay una angosta, trunca y abandonada construcción de cuatro paredes de tabicón. Esta construcción pretendía ser la dirección de la escuela. En el otro extremo de esta construcción al aire libre, hay dos letrinas inservibles.
La entrada del terreno a la escuela colinda con la casa y tienda de la señora Emiliana Santiago, identificada por letreros de Coca Cola, Sprite y una placa de Pisos Firmes del gobierno federal. Su corredor ha sido habilitado como la dirección de la escuela, y en uno de sus cuartos se resguardan algunos documentos de la institución.
Para este nuevo ciclo escolar, se esperan alrededor de 30 alumnos para el primer grado. La escuela seguirá funcionando, sin que se vislumbre ningún trabajo o gestión de su director para mejorarla y sin que la SEG voltee hacia este plantel al que se le dio el nombre del dirigente político de la izquierda guerrerense asesinado hace exactamente tres años.

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