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Cumplen 100 niños una semana tomando clases en los pasillos de un salón para maestros de Iguala

Más de cien niños llevan una semana tomando clases en los pasillos del Centro para Maestros de Iguala, que fueron habilitados como aulas porque la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) no ha concluido la reconstrucción de la primaria Club de Leones.
Las autoridades les han dicho que en noviembre terminarán los trabajos de la secundaria Samuel Porras Alarcón –ubicada a un lado de la Jurisdicción Sanitaria 2–, ahí alumnos de los seis niveles de educación primaria tomarán clases, mientras concluyen los trabajos de demolición y reconstrucción de la Club de Leones ubicada algunas calles al norte del centro de Iguala, menciona el director Raúl Torres Ortega.
De acuerdo, con Raúl Torres el proceso de enseñanza aprendizaje de los niños se ha visto afectado, porque no han podido integrar todo su material didáctico a los pasillos del Centro para Maestros, donde se improvisaron las aulas con cortinas y hasta una dirección de la primaria, que consta de una mesa de plástico, y un par de sillas dónde despachan el director y su secretaria.
Critica que “afecta, porque tenemos que traer todo el material, y es lo mínimo, ya que acarrear todo representaría usar más espacio del que les fue permitido y que pues tengamos que traer y llevas más cosas”.
En su nueva escuela, los niños esta vez no pudieron observar sus anaqueles y los libros que tenían en su biblioteca, porque “no hubo posibilidades de traer todo nuestro material”, precisó el director.
Ya que el traer todo el material didáctico implica ocupar más espacio del que se les permitió usar dentro del Centro para Maestros, explicó.
A la primaria sólo se le permitió usar los pasillos que rodean la casa, en la que están las instalaciones centrales del centro para docentes de Iguala.
Algunos pasillos se dividieron con cortinas para evitar las distracciones de los alumnos, pero eso no es suficiente: en el recorrido que se hizo la mañana de ayer, se pudo observar que los estudiantes corren por el inmueble.
“Es la primera semana completa, y cuando menos ya no nos mojamos, tenemos techo y agua, y pues tenemos lo mínimo para que nuestros niños no sufran”, asegura Torres Ortega. (Fernando Hernández / Iguala).

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