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Pueden desaparecer los conocimientos de los pueblos originarios, advierte investigador

Karla Galarce Sosa

Están en riesgo de desaparecer los conocimientos orales de los pueblos originarios y está en peligro la conservación de los microclimas en Guerrero, advirtió el investigador de la UNAM, David Espinoza Organista, durante su participación en el taller temático sobre salud, ambiente y recursos naturales, que fue convocado por investigadores para integrar el plan maestro del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias en Acapulco.
“La formación disciplinaria, que es una tendencia de la educación superior; una formación flexible con la característica de la individualización del currículum, parece que convierte a los nuevos profesionistas en especialistas, pero hay una parte del currículum que tiene que desarrollarse, también se les debe formar para interactuar con otras áreas, que reconozcan la incapacidad de abordar el problema de manera transdisciplinaria”, dijo el especialista en biogeografía y docente de la facultad de Biología de la UNAM.
Consideró importante dotar de un método el conocimiento empírico a quienes cada día trabajan en el campo.
Expuso que falta “documentar lo que la gente conoce de ciclos de vida porque lo que los investigadores hacen es formalizar lo que ellos saben, y que la gente ha pasado de generación en generación a través de muchos años”.
Explicó que falta sistematizar el conocimiento para mantenerlo vigente y entender cómo la gente lo asocia con su propia cosmología.
Aseguró que “hay mucho del conocimiento que aún está por describirse, lo tiene la gente y el problema que es una carrera contra reloj, porque no necesariamente se está transmitiendo el conocimiento a las nuevas generaciones debido a las migraciones”.
En Olinalá, continuó, les está costando trabajo convencer a los jóvenes de de ser artesanos y llevar a cabo todo lo que ellos hacen sobre tradición artesanal ancestral.
Explicó que la influencia que tiene el libre mercado en la conservación del conocimiento es que el mercado ha sido invadido por un reducido número de productos que modifican las tradiciones culinarias, de manejo de especies, “dentro de las nuevas generaciones, algunos que quizás ya no consuma por ejemplo chapulines porque uno de los problemas de la globalización es que el patrón de alimentación es a veces estándar a nivel mundial y eso provoca la pérdida de costumbres”.
Dio como ejemplo de la pérdida de recursos gastronómicos, como “el uso de guajes en algunos guisos ya no se utilizan en las nuevas generaciones, en cambio fue una fuente de alimentación muy recurrida en otras generaciones no hace mucho”.
Durante su exposición ante unos 30 investigadores que participaron en el taller temático sobre salud, ambiente y recursos naturales para integrar el Plan Maestro del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias, desarrollado en el hotel Avalon de Acapulco, habló de la historia evolutiva y adaptaciones de las diferentes especies de copal.
Posteriormente abundó que el movimiento de las placas tectónicas se ha relacionado con la velocidad con que se forman nuevas especies vegetales en la cañada del Zopilote, en la región Centro de la entidad.
“El caso del cañón del zopilote, donde existen múltiples microclimas propicia la variedad de especies endémicas en esa zona. Aún faltan muchas cosas por trabajar porque conociendo sus propiedades podrían trabajar con especies que forman parte de las mismas familias”, finalizó el investigador.

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