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Críticas del presidente egipcio al gobierno sirio empañan la cumbre de los No Alineados

DPA

Teherán

Por primera vez en más de 30 años se reunieron ayer en Teherán los jefes de Estado de Irán y de Egipto. Sin embargo, el encuentro entre Mahmud Ahmadineyad y Mohamed Mursi se vio ensombrecido por las duras críticas del egipcio al régimen sirio, estrecho aliado de Irán.
Mursi causó malestar a su anfitrión durante su primera visita a Irán al defender a los rebeldes sirios en su discurso durante la inauguración de la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de los No Alineados (NOAL).
El apoyo a la revolución en Siria es “un deber moral, así como una necesidad política y estratégica”, aseguró. Además, calificó a la cúpula siria, una estrecha aliada de Irán, como un régimen represor que ha perdido toda legitimidad.
Siria acusó poco después a Mursi de “incitar al derramamiento de sangre”. El ministro del Exterior sirio, Walid al Mualem, aseguró que su delegación abandonó la sala de la conferencia como protesta por el discurso del mandatario egipcio, que denunció “una interferencia en los asuntos internos sirios”.
La visita de Mursi es la primera de un presidente egipcio a Irán desde la Revolución Islámica en 1979, y ambos países tienen frías relaciones por el tratado de paz que Egipto firmó con Israel.
Tras el encuentro de Ahmadineyad y Mursi, el presidente iraní intentó aliviar la tensión: “Irán ve en Egipto un socio estratégico y cree que la cooperación de ambos sería de interés para todos los Estados”, señaló.
Sin embargo, las declaraciones de Mursi durante la inauguración de la cumbre fueron censuradas por los medios iraníes, que también callaron las exigencias del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a Irán de llegar a un acuerdo con Occidente en el marco de la disputa nuclear.
Ban, quien asiste a la reunión en la capital iraní pese a las protestas de Estados Unidos e Israel, instó a Irán a alcanzar rápidamente un acuerdo diplomático con Occidente en el conflicto por su programa nuclear, al tiempo que criticó a las autoridades de Teherán por sus reiteradas declaraciones antiisraelíes.
“Afirmar que otro país miembro de la ONU no tiene el derecho a existir, o describirlo en términos racistas, no sólo es absolutamente equivocado, sino que socava principios que todos nos hemos comprometido a respetar”, afirmó Ban.
En su discurso ante la asamblea, el máximo representante de la ONU consideró que en interés de la paz y la seguridad Irán debe ganarse la confianza de la comunidad internacional demostrando que su programa nuclear sólo persigue fines pacíficos.

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