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Encubren violaciones y grupos armados al servicio de los líderes en Nueva Jerusalén

Adán García / Agencia Reforma

Morelia

Nueva Jerusalén, el pueblo que demolió y quemó dos escuelas laicas por supuesto mandato divino, pasa sus días entre la fe y escándalos por delitos cometidos en contra de la población por parte de sus líderes religiosos.
Aunque en el lugar se promueve el celibato, algunos de sus líderes religiosos enfrentan antecedentes penales por presuntas violaciones sexuales, asesinatos, lesiones y amenazas.
Uno de los mayores escándalos se registró en 1998, cuando se llevó a prisión al cura Agapito Gómez, quien tenía reconocimiento como “vidente”.
El jerarca fue acusado de violar a varias feligreses, una de las cuales resultó embarazada, por lo que fue expulsada del pueblo junto con sus padres Alejo Cruz y Georgina Vigueras, según documentos a los que Grupo Reforma tuvo acceso.
“Esta violación no es la única que hizo (el presunto vidente); hay por lo menos otras 10 más”, dice un relato de hechos elaborado por sacerdotes disidentes, entre ellos su líder, Santiago Mayor.
“Las (demás jóvenes presuntamente) afectadas nunca denunciaron por las amenazas que les hacían”.
De acuerdo con esta versión, en Nueva Jerusalén existe además un grupo armado al servicio de los jerarcas religiosos.
Dicho grupo se hace llamar La Guardia de Jesús y María, cuyos integrantes son acusados de asesinar a balazos a Bartolo Eugenio Cruz, el 15 de mayo del 2005.
Según los curas disidentes, en este crimen participaron Mario Rodríguez, Ramón Lucas, Ausencio Lucas, Vidal Ávila, Urbano Telis, Guillermo Ginés, Roberto Juárez, Valente Vargas y Carmelo Juárez, presuntos guardias.
Tres semanas antes la víctima había formulado una denuncia por amenazas de muerte ante la Procuraduría General de Justicia en el Estado.
Por mucho tiempo las armas de La Guardia de Jesús y María fueron guardadas en el Seminario Mayor del pueblo, de acuerdo con la denuncia escrita de los sacerdotes.
En ese documento, el grupo disidente advierte que quienes se han opuesto a los designios de la jerarquía religiosa, han pagado con su vida.
Tal es el caso del encargado del orden Ausencio Vázquez Huerta, y Jesús Cruz, acribillados a tiros en 1999 por sujetos desconocidos.
Entre los sacerdotes rebeldes se encuentra Abel Espinoza Arce, a quien hombres armados también intentaron matar el 15 de febrero del 2006.
Las denuncias por amenazas implican al propio Martín de Tours, actual líder de la congregación ubicada en el municipio de Turicato.
El 25 de abril de 2005, un seminarista de nombre Yahveth Pintor Velázquez acusó penalmente a Tours y a otros tres sacerdotes de amenazarlo de muerte, supuestamente por conspirar contra el gobierno religioso del lugar.
Tres años después, Martín de Tours fue nombrado sucesor de Papá Nabor, quien por 35 años lideró ese poblado.
Bajo este nuevo régimen, el pasado 6 de julio fieles de la Virgen del Rosario –santa patrona de La Nueva Jerusalén– demolieron la escuela primaria que el Gobierno del estado había abierto en 2007 para hijos de familias disidentes.
El jardín de niños también fue incendiado y desde la semana pasada el grupo religioso ha impedido el inicio del ciclo escolar.

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