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Temen por la integridad de Benito Agustín Chavarría; le impiden a su familia verlo

Rosendo Betancourt Radilla

Chilpancingo

La familia del joven preso en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) de Matamoros, Tamaulipas, Benito Agustín Chavarría, informó que no ha tenido comunicación con él desde el pasado 14 de julio, por lo que temen por su seguridad.
Benito Agustín, de 27 años, fue detenido y después torturado el nueve de julio pasado por efectivos de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), que le dijeron que sería descuartizado y lo dejarían en una calle con un narcomensaje, y que sería entregado a sus “contras” para que se encargaran de esa brutal tarea, informó el 15 de julio su madre Azucena Chavarría Barrera.
Benito Agustín es sobrino de Armando Chavarría Barrera, quien era el presidente del Congreso del estado cuando fue asesinado el 20 de agosto de 2009 afuera de su casa, durante el gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo.
Está preso por el cargo de portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército mexicano. Lo detuvieron con otros dos jóvenes, que ya fueron liberados por falta de pruebas.
De acuerdo a los familiares, el peritaje médico dice que le dieron de golpes con las armas, lo patearon, le fracturaron la nariz, le dieron toques eléctricos en todo el cuerpo e intentaron ahogarlo.
Ayer en entrevista, una tía del joven, Mirna Chavarría, informó que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) no les ha dado el apoyo que han requerido para poder visitarlo y que puede enfrentar el procedimiento penal desde Chilpancingo, donde radica.
“Al momento no hay avances en el caso, ni siquiera se ha informado a la familia si el magistrado que lo revisará ya lo está haciendo, sólo sabemos que ya se presentaron los agravios y el magistrado tiene el caso”, informó.
La última vez que lo vieron, recordó, fue el 14 de julio, cuando se le permitió a su madre Azucena entrar al penal federal en Tamaulipas, y todavía mostraba las marcas de la golpiza que recibió por los agentes.
De los trámites que desde la fecha han hecho, dijo, la única respuesta que tuvo la familia fue que dejaran un número local que sería entregado al preso para que él se comunicara, pero no lo ha hecho.
“Pidieron documentación, la regresaron que porque tenía un error, se volvió a enviar. La documentación que piden es excesiva, credencial de elector, nacimiento, referencias de tres personas, cartas de recomendación de tres personas, te hacen una evaluación personal y te hacen llenar dos solicitudes que luego revisan”, detalló.
También les han informado que en caso de que se les permita ver al joven será cada 10 días y por una hora, “por eso seguimos exigiendo que lo traigan a Guerrero, pero también en eso nos han puesto muchas trabas”.

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