Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Humberto Musacchio

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

La degradación de Bellas Artes

El Palacio de Bellas Artes, que se inauguró con una puesta en escena de La verdad sospechosa, de Alarcón, hace muchos años dejó de ser, como esperaríamos, el principal escenario del teatro, pues tiene rato en que sólo ofrece una función al año. En cambio, el Ballet Folklórico de México ocupa la quinta parte del tiempo en que el escenario principal se abre al público. La música sinfónica y la ópera sumadas ocupan 31 por ciento, y la danza tiene algo así como un 16.5 por ciento del tiempo escénico, lo que en conjunto ocupa las dos terceras partes del principal foro del país. Un diez por ciento es para actividades internacionales y más de la quinta parte del tiempo se destina a actividades diversas, no fijas (nota de Luis Carlos Sánchez en Excélsior, 13/VIII/2012). ¿Y cuáles son esas actividades “no fijas”? Pues pachangas de firmas comerciales, festivales de escuelas particulares y la presentación de cantantes y otros personajes de la industria disquera o de la televisión mercantil, todo lo cual deja dinero, pues el neoliberalismo considera indeseable todo aquello que no arroja ganancia.

Un consejo que no aconseja

Como es sabido, en este sexenio se modificó la sala principal del palacio. Edgar Ceballos, un atento observador de lo que ocurre en Bellas Artes, considera que los cambios que se hicieron al escenario “alteraron la isóptica y la acústica”, lo que en buena medida se debe a que le quitaron la inclinación que le daba visibilidad desde cualquier lugar del butaquerío y servía para proyectar el sonido, aspectos que ya se habían señalado desde 2010, cuando fue reabierto el albo inmueble. En medio del desastre que significó la “remodelación”, como le llamaron los funcionarios del INBA, se creó un consejo consultivo dizque para opinar sobre los usos del palacio. Pero no debe pesar mucho su opinión, pues tiene un representante de música, otro de danza y uno de más de teatro que no han logrado hacer algo en favor de las representaciones dramáticas, que son, como ya se dijo, apenas una cada año. En suma, Bellas Artes es zona de desastre en el ámbito cultural y con el cambio de gobierno más de un funcionario del INBA será llamado a rendir cuentas. Así de grave es el asunto.

Hidalgo: matar toros es cultura

El “gobernador” priista de Hidalgo, José Francisco Olvera Ruiz, tuvo la infeliz ocurrencia de decretar que los espectáculos taurinos son cultura. Y en el amplio sentido que le da la antropología al término cultura, pues sí, sí lo son, pues muestran la relación que ha establecido la humanidad con los seres que considera irracionales, una relación de dominio, de sometimiento a cualquier precio y por supuesto de abuso. Así eran y en buena medida son en todo el mundo las relaciones entre los seres humanos fuertes y los débiles: los primeros usan y abusan de sus congéneres más débiles y esa conducta se reproduce entre las especies. Es nuestra herencia zoológica, forma parte de lo que somos, pero eso no significa que así deba seguir siendo. Lo que ha hecho el señor Olvera Ruiz es convalidar el maltrato, la tortura y la muerte de un ser vivo y sensible por mera diversión, y no forma parte de una cultura deseable. Pero eso sí, para algunos vivos es muy buen negocio, y al parecer eso es lo único que importa.

El PEN-EU premia Ivory Black

Ivory Black, la traducción al inglés realizada por Jen Hofer de Negro marfil, poemario de Myriam Moscona, recibirá en Nueva York el Award for Poetry in Translation que otorga el PEN American Center. La versión de Hofer a la misma obra de Moscona obtuvo hace dos meses el Harold Morton Landon Translation Award otorgado por la Academy of American Poets, por considerarlo el mejor libro de poesía traducido al inglés desde cualquier lengua. El Award for Poetry in Translation está considerado el premio más prestigioso que se otorga en Estados Unidos a la traducción poética. En años anteriores lo han recibido personalidades como la canadiense Anne Carson, excelente poeta y traductora, o el ya desaparecido Guy Davenport. Negro marfil se publicó por primera vez en México en el año 2000.
Tercera Semana del Sonido

Empezó el pasado viernes y seguirá hasta el domingo 9 la tercera Semana del Sonido que organiza la Fonoteca Nacional bajo el lema de “Silencio y ruido en las sociedades contemporáneas”. Las jornadas de este año están dedicadas a Colombia y en las mesas participan figuras del mundo sonoro como Sergio Vela, la compositora Marcela Rodríguez, el crítico Juan Arturo Brennan, el escritor Antonio Tenorio, director de Radio Eduación, y el anfitrión de estas actividades, Álvaro Hegewich, director de la Fonoteca Nacional. Son varios los conferencistas nacionales y extranjeros que hablarán del ruido y el silencio, incluso sobre aspectos médicos. Los capitalinos tenemos que estar atentos a lo que ahí se diga, pues el ruido ha llegado a ser altamente dañino en muchos lugares del Dis-trito Federal: por ejemplo, en el Centro Histórico es insoportable el volumen con el que funcionan los aparatos de los vendedores ambulantes y de no poco negocios establecidos, sin que haya autoridad capaz de poner orden. Igualmente, en la puerta de llegada de vuelos extranjeros del aeropuerto, las autoridades respectivas permiten que un bar tenga música viva que impide escuchar lo que se informa por los altavoces. ¡Y la Ssa?

Breviario…

El jueves de esta semana, a las 19 horas, en la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica (Benjamín Hill y Tamaulipas, colonia Condesa) Beatriz Rivas y Nicolás Alvarado presentarán el libro Heridas de agua, de Claudia Marcucetti. Leerán fragmentos de la obra Mónica Garza y Edith González. @@@ Llegó a esta república el número 26 de Folios, la revista que edita el Instituto Electoral de Jalisco, la que está dedicada a “Cine y política”, dúo temático que se aborda con diversos enfoques. Uno de los textos versa sobre el Conde Drácula y no queda claro si se refiere al PRI, partido que ahora regresa a chupar sangre y recursos públicos. @@@ El Fondo de Cultura Económica nos envía el libro Vivir del teatro, de Vicente Leñero. En esas páginas, el autor cuenta la historia que rodea cada puesta en escena, lo que conforma una especie de autobiografía del dramaturgo.

468 ad