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Cuantiosas pérdidas sufren los comerciantes afectados por el incendio en el mercado

Yee Trujillo

A casi dos meses del incendio ocurrido en la nave de ropa del Mercado Central, los locatarios que se encuentran en los puestos temporales se quejaron porque sus ventas se redujeron en más de 50 por ciento y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se niega a dar de baja temporalmente sus contratos.
En el estacionamiento de la calle Diego Hurtado de Mendoza, donde la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas (SDUOP) construyó los locales temporales, el comerciante José Monroy explicó que las ventas de la mayoría de los comerciantes se redujeron en más del 50 por ciento, además de que son afectados por las inclemencias del tiempo y la inseguridad, “porque estamos pues al aire libre”, por lo que pidió que el gobierno del estado agilice la reconstrucción.
Pero para comerciantes como María de los Ángeles Hernández Salinas, que se dedican a la venta de uniformes escolares, ésta fue la peor temporada de regreso a clases, porque vendió apenas un 5 por ciento de lo que vendía normalmente en su local, y aunque hace unos días el titular de la SDUOP, Jorge Díaz Jiménez, informó que los nuevos locales concluirán las obras tanto en la nave de ropa como en la nave de carnes, Hernández Salinas dudó que esto ocurra y lamentó que “entre más les decimos, más lo hacen más calmado”.
“Sinceramente nos ha ido muy mal, porque para nosotros la temporada era de agosto y principios de este mes; aquí la venta fue como del 5 por ciento, nada más, de todo los años que hemos trabajado”, explicó con tristeza al contar que ella también fue locataria “en el mercado viejo” que se ubicaba en El Parazal y que estaba en contra de que sacaran a los comerciantes de la nave porque “aquí es mi vida, todo aquí en el mercado”.
“Mis ventas bajaron en más del 50 por ciento, estoy trabajando al 20 o 30 por ciento de mi nivel regular, así de grande es la diferencia”, comentó el comerciante René Dorantes, aunque dijo que éste “de por sí es el tiempo de malas ventas” y el cambio de lugar hizo que sus clientes no los ubiquen fácilmente.
En el lugar se observó que al menos unos 30 locales temporales se encuentran cerrados, porque según lo dicho por los propios comerciantes, “el que pudo se fue a rentar a otro lado, porque aquí está muerto”.
Aunado a estas bajas en las ventas y en los ingresos para sus hogares, los comerciantes denunciaron que la CFE no quiere dar de baja algunos de los contratos que tenían en la nave que se incendió el 16 de julio, porque únicamente “nos siguen dando largas” sin explicarles el motivo, y la paraestatal continúa cobrándoles un servicio que no reciben, por lo que pidieron la intervención de la alcaldesa Verónica Escobar Romo y del gobernador Ángel Aguirre Rivero.
“No podemos pagar algo que no hayamos nosotros usado; nos cobraron cuando todavía no sucedía lo del incendio, pero están anexando un mes más porque lo cobran por dos meses, entonces pues les pedimos que nos cobren el finiquito que se adeuda, el tiempo que estuvimos ahí hasta el día del accidente, no nos negamos a pagar”, comentó José Monroy.

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