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Recibe el obispo Raúl Vera la presea Sentimientos del Pueblo de manos de Pablo Sandoval; nos une el ser humano, declara

Rosendo Betancourt Radilla

Chilpancingo

Integrantes de los movimientos populares más representativos del país corearon al unísono “¡la Patria no se vende, se ama y se defiende!” grito durante el cual se fundieron, en un intenso abrazo, el histórico luchador social Pablo Sandoval Cruz y el obispo de Saltillo, Raúl Vera López.
“Comunistas e iglesia es posible, lo que parece antagónico es posible porque nos interesa el hombre, la dignidad, el respeto a los derechos humanos, nos une el ser humano. Nadie sobra, todos somos partícipes de la condición social del hombre”, consignó en su discurso el religioso, luego de que recibió la presea Sentimientos del Pueblo que le entregó la Asamblea Popular de los Pueblos Guerrero (APPG).
En el Zócalo de Chilpancingo, frente al bronce de la estatua del héroe de la Patria, José María Morelos y Pavón se reunieron unas mil personas, unos del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco, otros más del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota (Cecop), Egresados de la Normal Rural de Ayotzinapa, del Sindicato Nacional de Mineros, de la Asociación de Familiares de Desaparecidos y Víctimas de Violación de los Derechos Humanos en México (Afadem), de la Red Solidaria Década contra la Impunidad y estudiantes de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG).
Algunos curiosos también pasaron al lugar y se quedaron porque el llamado pausado, religioso y en contra de violencia que resonaba en todo el zócalo les llamaba la atención, porque el tema de la violencia está a diario en los medios de comunicación y ha afectado a todos en su persona, en su familia o en su comunidad con más de 70 mil muertos en el país sólo en este sexenio.
Y eso denunció en su discurso Raúl Vera López quien calificó a Guerrero como a uno de los estados más afectados por la violencia en todo el país, además de que tiene los municipios más pobres de América Latina, “de los estados con más impunidad e injusticia que de hecho son los que más están padeciendo la situación de violencia que se vive en el país”.
El monseñor originario de Acámbaro, Guanajuato saldría, ayer, del país a una visita a Roma, Italia, por eso se le entregó ayer la presea que normalmente entrega la APPG el 13 de septiembre desde el año 2007 de manera paralela al máximo reconocimiento de la entidad, a cargo del Congreso del Estado.
El 14 de septiembre se cumplen 199 años desde que el prócer de la patria José María Morelos y Pavón proclamó Los Sentimientos de la Nación, texto que es reconocido como la primera Constitución Política de América.
Por eso la ceremonia, por eso los luchadores sociales alzaron en conjunto su voz de resistencia, por eso el líder de Atenco, Ignacio del Valle Medina, entró ayer a la histórica catedral de La Asunción de María del centro de Chilpancingo y leyó el texto promulgado por el héroe de la patria.
Aunque el antiguo edificio está en remodelación porque una de sus dos torres está demolida por el azote de los temblores, en su interior, del Valle Medina en el papel de Morelos reprodujo el acto ancestral que en esa ocasión marcaba la independencia de México respecto del coloniaje español.
Ahí escuchó atento el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Alejo Zavala Castro, junto al galardonado, y cuando salieron, en un templete en la plaza Primer Congreso de Anáhuac comenzaron los discursos.
La bienvenida del maestro de ceremonias, Sergio Ocampo Arista, fue “después de un sexenio de sangre y de meses de politiquería es un honor tenerlo aquí para escuchar un mensaje de solidaridad con las organizaciones sociales de Guerrero”.
Cedió la palabra al octogenario luchador social Pablo Sandoval, quien calificó a Raúl Vera como “uno de los grandes poseedores del evangelio con la Teología de la Liberación”, lo comparó con el cura Miguel Hidalgo y Costilla y con el fray Servando Teresa de Mier.
Le agradeció que en entre sus travesías por todo el país haya sido solidario con mineros, indígenas y luchadores sociales.
Su discurso tuvo especial mención para los mineros, que serían unos 400 entre el público “los hombres más explotados, que sufren las peores catástrofes y mueren debajo de la tierra, en 2006 tuvimos la desgracia de contemplar a los hermanos de Pasta de Conchos, cuando 63 de ellos quedaron sepultados”.
Recordó “el gobierno de derecha de Chile salvó a sus 33 mineros sepultados, no así en México”.
En ese sentido lanzó “le pedimos a Raúl Vera que no se olvide que en Guerrero tenemos cientos de mineros” y expresó respecto del proyecto de la presa hidroeléctrica de La Parota que “tenemos la gran amenaza de la construcción de una hidroeléctrica que será desgracia de la región en donde hay cinco municipios. Sólo sería para darle gusto a potentados que no son mexicanos”.
Acusó al ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo de que impulsó el proyecto a costa de la decisión de los ejidatarios del lugar “dijo que no le interesaban las vidas ni las tierras, sino el dinero que se va a emplear en La Parota y el derroche de poder para apoderarse de los frutos de esa hidroeléctrica”.
Por eso lanzó un llamado “estamos aquí para decirnos que la esperanza no debe morir, si nos derrotan hoy, si nos derrotan mañana, un día vamos a ondear la bandera del hombre nuevo, la que nos hará felices. El material lo tenemos, son ustedes quienes lograrán la vida de las naciones futuras y nuestros gobiernos nos están negando, por eso hoy estamos felices”. Y cerró su intervención con vivas a Guerrero y a México que fueron coreados por los asistentes.
Mientras Pablo Sandoval hablaba los dos obispos a su lado, Raúl Vera y Alejo Zavala lo miraban y sonreían, asentían a sus declaraciones y corearon los vivas.

¿Quién es Raúl Vera?

Raúl Vera López nació en 1945, es graduado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) como ingeniero químico, estudio Filosofía en la Ciudad de México y teología en Bolonia, Italia.
En 1987 fue nombrado obispo de Ciudad Altamirano por el papa Juan Pablo II, ahí fundó el centro social Juan Navarro de atención a los pobres de esa diócesis. Fue miembro de la comisión episcopal para la paz en Chiapas el 10 de enero de 1994 por el conflicto armado en la zona de influencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Fue nombrado obispo de Saltillo, Coahuila el 30 de diciembre de 1999 y ahí fundó el Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios en donde ayuda y acompaña en la defensa de sus derechos laborales a los mineros de la zona y apoya a las viudas y huérfanos de los 65 mineros sepultados en la mina de Pasta de Conchos.
Asumió la denuncia de sexoservidoras violadas por soldados el 11 de julio de 2006 en Castaños, Coahuila cuando iniciaron acción penal en contra del Ejército mexicano y el estado.
En Long Beach, California participó en un acto con la Asociación Nacional de Ministerios Católicos Diocesanos Lésbicos y Gays de Estados Unidos.
Lo anterior es un resumen del currículo que se repartió por los organizadores al acto en el que se le entregó la presea Sentimientos del Pueblo.

“Me formé en Guerrero, porque en ustedes brilla la luz”

Su discurso frente a la muchedumbre comenzó con una impresión con que se quedó luego de que el líder de Atenco, Ignacio del Valle leyera Los Sentimientos de la Nación al interior de la catedral de la Asunción, “cuando escuché Los Sentimientos de la Nación vi a Jesús en el corazón de José María Morelos”.
Luego tomó en sus manos una biblia y leyó un evangelio: “Jesús, al ver toda aquella muchedumbre, subió al monte. Se sentó y sus discípulos se reunieron a su alrededor. Entonces comenzó a hablar y les enseñaba diciendo: Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Felices los que lloran, porque recibirán consuelo…”
Cerró la biblia, sonrió y agradeció a los guerrerenses que considera le enseñaron el valor de una sociedad organizada para la lucha en defensa de los derechos humanos “Ciudad Altamirano me dio una gran lección, organizamos una iglesia desarticulada, ese proyecto pastoral, después de tres obispos sigue funcionando, después me fui con la etnia maya que se levantó contra el gobierno en Chiapas”.
“Pero fue en Guerrero donde aprendí la evangelización de manera organizada, hoy veo que si algo distinguió a Morelos fue su capacidad de organizar al país con una Constitución, con los principios y una mística que hoy resuena en la patria. Todo pueblo es soberano para asumir el mandato de su territorio”.
“Todos somos iguales, desaparecen los privilegios y las castas. Ahora está la ley de derechos humanos, le da rango de ley constitucional a todos los acuerdos que ha firmado México en el mundo”.
“Si no quieren escucharnos las autoridades tenemos derecho de acudir a tribunales internacionales, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ya llevamos el caso de El Charco”.
“Pero este reconocimiento no es para mí, es para todos los que defendemos los derechos que dios nos ha dado ‘benditos cuando los persigan por causa de la justicia’ Jesús propagaba que todos somos hijos de dios”.
Mientras dictaba su discurso, el religioso sonreía y sacudía las manos frente a los asistentes, atrás la observaban los dirigentes Tita Radilla, Ignacio del Valle, Roberto Hernández de los mineros de Taxco y Ricardo Flores del SME, quienes también sonreían.
El discurso del Raúl Vera continuó “dichosos ustedes que entienden la justicia, la verdad, los derechos humanos, la dignidad humana, ustedes son quienes reciben la soberanía y los principios en que pensaba Morelos, que debía decidir nuestra condición de nación mexicana”.
“Ustedes igual que el Movimiento por la Paz de Javier Sicilia, como el movimiento #Yosoy132, como la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca”.
“Esto que me dan es una fuerza, un símbolo de energía espiritual que me dan, que me cargan. Aprendí a ser pastor con ustedes en uno de los estados con más impunidad e injusticia, con los más pobres. Hoy ustedes están en la parte más violenta del país. Quiero agradecerles”.
“Esta medalla está cerca del corazón, lo que me han dado desde Guerrero está en mi corazón y me ha guiado y me ha dado una luz. Esa luz que encendieron en mi me ha llevado a trabajar por la pacificación de México y por la dignidad de los hombres y por la verdadera libertad que es por lo que trabajaron los primeros padres de esta patria. Es una carga espiritual muy fuerte”.
Y soltó, “estoy ante un luchador social, algunos se preguntan cómo comunistas e Iglesia es posible. Lo que parece antagónico es posible porque nos interesa el hombre, la dignidad, el respeto, nos une el ser humano. Nadie sobra, somos partícipes de la condición social”.
El religioso mantuvo su sonrisa, se emocionó y dio las gracias. La gente le aplaudió de pie, “bravo” le gritaron.
El obispo Alejo Zavala tomó el micrófono y le dijo “tu presencia nos hace recordar los buenos sentimientos que dejaste cuando pasaste por Guerrero, gracias a la APPG. La arquidiócesis cumple 150 años y tu visita es de mucha alegría, déjame darte un abrazo” y ambos se abrazaron.
Luego Pablo Sandoval le entregó la presea de plata y se abrazaron fuerte, ambos sonreían.
Como recuerdo de ayer, Vera López se llevó la medalla, aplausos, abrazos y una pintura en manta del pintor indígena Nicolás de Jesús en donde se ven los rostros de Miguel Hidalgo y Costilla y de José María Morelos y Pavón que flanquean al religioso galardonado.

La presea de plata

La presea fue hecha por artesanos de Taxco y la trajeron los mineros de ese municipio, los grabados que tiene se hacen en un taller especializado, luego se moldea la pieza y se le da un finísimo terminado que incluye que sea pulida, lo que le da un intenso brillo, después se le pone otra cubierta de plata pura.
El minero Roberto Hernández Mojica explicó que la plata que se usa es calidad 9.99 que es la que se usa para la hechura de monedas, cuando la plata comercial es ley 9.25.
Una de las caras tiene grabado el busto del héroe de la patria José María Morelos y Pavón, bajo el prócer se lee “5 años de resistencia, mineros de Taxco” y alrededor dice “Presea Bicentenario 1810-2010 APPG”.
La otra cara tiene el escudo nacional mexicano: un águila devorando una serpiente sobre un nopal, y alrededor una frase célebre del guerrillero de Atoyac de Álvarez, Lucio Cabañas Barrientos “Ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo”.
Los mineros de la sección 17 del Sindicato Nacional de Mineros, aglutinados a la APPG llevan una lucha de cinco años y un mes porque la empresa minera Industrial Nueva México, de Grupo México propiedad Germán Larrea Mota Velázquez, el tercer hombre más rico del país, les cerró su espacio de trabajo.
La empresa les ha dicho que cerró la mina en Taxco, donde laboraban 398 personas, todos jefes de familia, porque se acabaron los recursos minerales, pero de acuerdo a un peritaje hecho por los mineros en huelga aún hay recursos que pueden ser explotados.
Algunos mineros abandonaron la huelga por necesidad económica y la empresa les dio liquidaciones que el dirigente sindical califica como ridículas “el que alcanzó más fue un compañero que tenía 30 años trabajando y le dieron 300 mil pesos”. La mayoría recibió, en promedio, entre 50 y 80 mil pesos, detalló.
Ahora exigen que se les pague el 100 porciento de los salarios caídos, lo cual es posible pues hay un antecedente en Guanajuato, donde trabajadores de la mina El Cubo pararon por nueve meses y al reincorporarse a sus actividades les pagaron los salarios caídos al 100 por ciento.
“Nosotros sabemos para quién trabajamos, es una empresa multimillonaria a la que no le cuesta pagarnos lo que nos adeuda por ley”. Al momento siguen 200 mineros en huelga.
La presea oficial, que se obsequia a una persona con reconocida trayectoria en el país o en el mundo, será para el perredista Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano, mientras que el acto popular continuará hoy y mañana, cuando se homenajeará a los sobrevivientes de la masacre de El Charco, cometida el 7 de junio de 1998 por soldados en contra de campesinos, a quienes acusaron de que pertenecían a la guerrilla.
Mientras, esta tarde-noche hay música y comida en el zócalo de Chilpancingo, en donde la APPG instaló un campamento para pasar la noche.

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