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Vigilan militares y policías desde las azoteas la ceremonia de El Grito en Atoyac

Francisco Magaña

Atoyac

Enmarcada por un dispositivo de seguridad con militares apostados en lo alto de los edificios del primer cuadro de la ciudad y la policía municipal –algunos de civiles–, transcurrió sin novedad la ceremonia de El Grito de Independencia en el Zócalo de Atoyac que dio el presidente municipal Armando Bello, solo, sin la presencia de ningún regidor ni síndico.
El Zócalo no lució abarrotado como en años anteriores, pese a que se informó en los medios locales que la ceremonia sería más temprano, debido a la inseguridad, la presencia de los ciudadanos fue poca.
En la plancha del Zócalo se concentraron no más de 600 personas, aun cuando había indicios de lluvias comenzaron a llegar a las 8:30 de la noche. La plaza lucía austera en comparación con otros años, y en esta ocasión no se instaló el templete para la ceremonia protocolaria en la que participa el cabildo, ni se montó el palo encabado ni el castillo, que fueron excluidos igual que los tradicionales toritos y cuches encebados.
El alcalde Armando Bello Gómez sólo fue acompañado a la hora del grito por el teniente coronel de la 27 Zona Militar Héctor Sánchez Solares.
La Noche Mexicana fue austera, no hubo verbena popular con venta de platillos típicos ni convivencia al interior del salón de El Grito. El edil sólo estuvo 15 minutos y se retiró.
En entrevista dijo que el saldo fue blanco y que se habían invitado a todo el cabildo pero no asistieron, “no quisimos hacerla solemne como se hace cada año, para hacerlo más rápido, también por las cuestiones de seguridad y ya hemos concluido con El Grito de Independencia, afortunadamente hasta este momento con saldo blanco”.
Al término de la ceremonia un grupo musical alegró la estancia de las casi 200 personas que se quedaron a bailar hasta la media noche.
Asimismo el desfile cívico-militar del 16 de septiembre transcurrió de manera tranquila, sin protestas de trabajadores de limpia que habían anunciado inconformarse, igual que algunos campesinos.
El presidente municipal Armando Bello Gómez fue acompañado sólo por dos regidores del PRI, Fidelina Basilio Dionisio y Margarito Pérez Ocampo.
El desfile inició a las 8:30 de la mañana y duró hora y media, fue encabezado por militares de la 27 zona militar acompañados por la policía municipal y doce planteles escolares de nivel prescolar, primaria y secundaria.
Causó molestia en algunos maestros y padres de familia el que los marchistas tuvieron que desfilar por la avenida principal Juan Álvarez, donde hay una fuga de drenaje a la altura de la terminal de autobuses.
El único incidente fue en El Ciruelar por el uso de la cancha de la comunidad. El comisario del lugar, Arturo Laurel Zúñiga, explicó que no se celebró El Grito de Independencia porque los integrantes de un comité deportivo que, dijo, no es reconocido en el lugar, les negaron usar el inmueble porque tenían un torneo relámpago, “que se lo sacaron de la manga para impedir que usáramos la cancha; el torneo reconocido del pueblo es el que celebramos en diciembre”.
Abundó que hubo un ambiente tenso, el cual no llego a mayores por la intervención de la policía municipal y estatal que acudieron a la comunidad cuando discutían los vecinos del lugar.
Al final la cancha no se uso ni por el comité deportivo ni para dar El Grito, porque estuvieron los dos grupos de vecinos del lugar, custodiándolo, dijo.

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