Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Pérez Aguirre

Los años del 20 por ciento

No amigos lectores no hablaré en este espacio de los acontecimientos ocurridos el siglo pasado cuando los gánsteres asolaban e imponían su ley en el vecino país del norte, pues aunque existe un cierto paralelismo entre la violencia de esa época con la que aqueja a nuestro país y a la entidad, el tema no es ese.

El título más bien refleja lo que ya es una corriente de malestar entre los proveedores y contratistas que atienden al gobierno del estado y que tienen la desgracia de no pertenecer al clan familiar del triunvirato que medra con los recursos de la entidad. De hecho ya es un corrillo muy difundido el que señala que la entidad está viviendo en los años de los veintes, pero al parecer el mote se refiere a un cociente porcentual.

Tal magnitud ha alcanzado esa anomalía, que incluso la llamada delincuencia organizada la utilizó como pretexto para extorsionar a funcionarios aguirristas exigiéndoles en una acción agresiva, como lo publicó la revista Proceso: “…díganles a esos …que queremos el 10% de los 20% que le cobran a los proveedores…”.

Dos han sido las acusaciones de corrupción que ese equipo ha enfrentado en sus dos periodos de gobierno, uno el del 20 por ciento y ahora se le ha sumado el de la creación de empresas al vapor que realizan las adquisiciones y la prestación de servicios, empresas propiedad de sobrinos, hijos, ahijados, etc, como se ha denunciado con la empresa que confecciona los uniformes, las proveedoras de artículos en el DIF y el gobierno del estado,el Hospital del Niño y la Madre, la SEG y la seguridad pública, por mencionar algunos ejemplos.

Esta nociva práctica evita que una gran cantidad de recursos lleguen con la calidad en el tiempo y sobre todo en las cuantías que los presupuestos autorizan, y al formarse una red de complicidades, desde las licitaciones amañadas, las cotizaciones con sobreprecios y los artículos fuera de normas, la aplicación de recursos se ve seriamente limitadas. Como bien lo plasmaron nuestros compañeros caricaturistas Alex y Otero, el jueves, mientras asoma de nueva cuenta la mano represora del gobierno contra maestros que reclaman seguridad, a los corruptos familiares y amigos no se les toca ni con una declaración.

Era de esperarse en este mismo sentido que la demagogia gubernamental respecto al llamado a cuentas a Zeferino y a los zeferinistas sólo quedó en bravata de bajo nivel, seguramente la información con que cuenta el anterior gobierno “disuadió” al actual de actuar. Por otra parte es todo un tema la aseveración que realizó el gobernador al encontrarse con sus compinches de siempre, “Somos los mismos” declaró a micrófono abierto, dejando ver de manera abierta su juego de sombras que había estado armando y cuidando para engañar a la población, pues de todos es conocido su doble actitud de fomentar grupos afines a su persona en los distintos partidos, fundamentalmente el PRI y PRD sin que se salven MC, PT, PVEM, PANAL y ahora un proyecto de nuevo partidito que quiere hacer pasar por sociedad civil.

Mediante esta corrupta estrategia ha creado caballos de Troya para apuntalar sobre todo al cuestionado presidente ungido por el TRIFE; además de ser los mismos, también debió de haber dicho tienen las mismas costumbres y mañas, solo faltó en ese cuadro excepcional Manuel Añorve.

Titishando: Los maestros de Acapulco están de nueva cuenta preocupados por los graves acontecimientos e inseguridad que campea en ese municipio, aunque debemos decir que no se restringe sólo a Acapulco sino a toda la entidad. No me cansaré de insistir que el Estado tiene como primera responsabilidad garantizar la vida, la seguridad y los bienes de la ciudadanía y esto en Guerrero no está aconteciendo. La PFP debe revisar el caso de los universitarios detenidos, todo parece indicar que cometieron una inaceptable equivocación y ya existe por este hecho y por muchos otros una seria inconformidad entre la población de la entidad.

 

 

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