Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Víctor Cardona Galindo

PÁGINAS DE ATOYAC

* Octaviano Santiago Dionicio
(Cuarta parte)

El comunicado de los Comandos Armados de Guerrero apareció publicado el 13 de enero de 1972 en Excélsior. El mismo día en que los cuerpos policiacos rescataron a Farill Novelo a las 9 de la noche, “sin que hubiera necesidad de pagar los 3 millones de pesos que exigían por ello. Lo tenían en la punta de un cerro de rocas entre los poblados de Pueblo Nuevo y El Veladero”.
Según los periódicos los detenidos por esa acción fueron Cándido Fierro, Guillermo Bello López (José); Francisco Fierro Loza (Chon); Octaviano Santiago Dionicio (Abrahán Molina); Rubén Ramírez Lozano (La Chiquitilla); José Albarrán Pérez, María Ascensión Hernández y la directora de la Escuela Secundaria Progreso de Acapulco, Flora Albarrán.
Nada se dijo de la detención de Guadalupe Fierro, Juan Bahena y su esposa. Así como de María del Rosario Santiago y de su esposo Teódulo Serafín quienes fueron liberados a los tres días después de recibir varias sesiones de tortura.
“No importa nuestra detención. Ninguno de los que forman los 35 grupos que vienen trabajando bajo las órdenes de Lucio Cabañas se arredrará y proseguirá su trabajo señalado”, declaró a Carlos Ortiz un Octaviano Santiago Dionicio de 21 años de edad, quien aceptó formar parte de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres.
Ortiz escribió que Octaviano tenía “dos antecedentes penales porque en los años de 1967 y 1969 fue detenido por dedicarse al reparto de propaganda subversiva y actos contrarios al orden. En ambas ocasiones se le dejó en libertad por tratarse de un menor de edad”.
Excélsior publicaba en su edición del 14 de enero: “El Ejército y policía rescataron esta noche al ingeniero Jaime Farill Novelo, entre Pueblo Nuevo y el Cerro de El Veladero, a veinte kilómetros de este puerto, y capturaron a sus secuestradores, seis hombres y dos mujeres, profesoras”. “Todos los detenidos fueron llevados directamente a los cuarteles de la XXVII zona militar, cuyo comandante el general Joaquín Solano Chagoya, procedió a interrogarlos”. Farill dijo que “sus secuestradores lo trataron bien, pero que desde el miércoles no probaba alimentos”. “Octaviano Santiago Dionisio o Abrahán Molina fue identificado como el autor intelectual del plagio que se atribuyó el grupo Comandos Armados de Guerrero y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres, que se dice jefatura el profesor Lucio Cabañas”.
De regreso a la escuela Farill comenzó a devolver el 50 por ciento de las cuotas. Mientras un movimiento estudiantil se gestó exigiendo la libertad de su dirigente José Albarrán Pérez, hicieron manifestaciones y bloqueos de calles. Y la comunidad universitaria se solidarizó con los recién detenidos. Enrique Díaz Clavel publicó que: “Pocas horas después del retorno del ingeniero Jaime Farill Novelo a su hogar, hubo una manifestación de estudiantes preparatorianos que al principio fue en apoyo para él, pero posteriormente fue aprovechada para lanzar vítores a Jenaro Vázquez y Lucio Cabañas”.

Las aprehensiones

En ese tiempo María del Rosario Santiago Dionicio, Chayo vivía por el lugar conocido como El Pasito en la ciudad de Acapulco. El día que su martirio comenzó, llegaron a su casa Francisco Fierro Loza y José Albarrán a quienes les invitó un café. Mientras Fierro escribía en una máquina un documento, Albarrán salió. Como a las 2 horas que se fue Albarrán y un poquito después que Fierro abandonara el lugar, agentes judiciales que se movían en 15 coches rodearon la vecindad. Ella no sabía qué estaba pasando. Había recibido a Fierro Loza con gusto porque era su vecino en el ejido de El Porvenir donde todos los años acudía a cortar la huerta de café y era amigo de su esposo Teódulo Serafín quien al llegar a las 9 de la noche de trabajar también fue aprehendido y se los llevaron en automóviles separados.
Los judiciales en el camino interrogaron a Chayo. Le preguntaron si conocía a Francisco Fierro Loza y dijo que sí. Pero cuando le preguntaron por Abrahán Molina ella no supo. “Yo solo oí que se iban a juntar con ese tal Abrahán Molina en el Cine Bahía”. Eso les explicó a los policías porque escuchó que Francisco Fierro le había hecho ese comentario a su acompañante. Allá la llevaron y la colocaron como carnada.
Ahí en el Cine Bahía la tuvieron hasta las 4 de la mañana para ver si alguien aparecía. Después la llevaron atrás de la Cocacola a una casa donde torturaban a los detenidos. Estaban ahí como 15 personas, entre ellos Romana Martínez, hermana de Francisco Fierro Loza y sus hijos.
Los sacaban uno a uno a interrogar. Llevaron a Chayo a una huerta y apagaron las luces para que no viera como llevaban a Albarrán que iba gritando “por favor no me torturen ya” y se lo sentaron a un lado. Mientras le ponían una pistola en la nuca le preguntaron por Abrahán Molina, ella no sabía que ese era el seudónimo de su hermano Octaviano Santiago Dionicio y dijo que no lo conocía. Entonces le preguntaron a Albarrán como era que la conocía y él contestó que había ido a su casa con Abrahán Molina: “Luego me preguntaban ¿Dónde está Abrahán Molina? Y yo contestaba a ése no lo conozco. Yo soy Rosario Santiago Dionicio y antes de que me maten vayan y pregunten en Atoyac”. De ahí ya no hubo interrogatorios y la regresaron donde estaban los demás.
Como a las 5 de la mañana trajeron a Francisco Fierro Loza con dos costillas rotas, por eso se quejaba. Como a las dos horas de que llegó detenido Fierro, trajeron también a Octaviano lleno de sangre venía  golpeado de la cabeza: “al aventarlo para subirlo al coche se golpeó y le abrieron la frente por eso sangraba. A Albarrán lo metían a la pileta y descubrió todo. Le tocó la peor tortura porque fue el primero que agarraron. Cuando agarraron al último entonces los fue a ver Farill y les dijo a los judiciales ‘por favor no quiero que torturen a estos muchachos, ellos me trataron bien”. Rosario estuvo tres días detenida, salió después de llenar muchos papeles.
El ingeniero Guadalupe Fierro recuerda que tenía 17 años cuando fue detenido por ir a visitar a su madre que era hermana de Francisco Fierro. Coincidió en el encierro con su madre Romana Martínez, Teódulo Serafín, Cándido Fierro, su padrastro Juan Juárez Bahena y Rosario Santiago Dionicio. A Francisco Fierro lo torturaron delante de todos. Finalmente los familiares salieron sólo quedaron los cinco que integraban el comando, quienes fueron llevados a la cárcel de Hogar Moderno.
En el libro del Partido de los Pobres se cuenta acerca de “La forma de cómo detectó la policía a los compañeros, fue como sigue: a José Albarrán Pérez le dan la comisión de ir a entregar un comunicado a la familia Farill de parte del comando nuestro. Para esto llamó por teléfono a la familia desde una paletería que se encuentra frente al cine Río en la avenida Cuauhtémoc y Vallarta. El dueño de la paletería escuchó la comunicación e inmediatamente llamó a la policía. Al terminar la llamada Albarrán tomó el camión y ahí lo detuvieron policías uniformados”.
Los uniformados lo entregaron al comandante Wilfrido Castro Contreras, “quien hizo hablar a Albarrán y dio la cita que tenía con Fierro Loza en una panadería que está junto al cine Terraza Bahía en Acapulco”, donde detuvieron a Fierro Loza y lo llevaron a una casa de tortura. “En cuanto a Rubén Ramírez lo detuvieron al llegar a la casa de Fierro Loza, que había sido entregada por Albarrán”. Así se cortó el suministro de alimentos y de información a los dos guerrilleros que cuidaban a Farill y se neutralizó la comisión de negociación y el pago del rescate.
Al no tener noticias de sus compañeros en la ciudad Octaviano Santiago Dionicio bajó del cerro en donde estaba cuidando al secuestrado y lo detuvieron al llegar a la casa de su hermana Rosario. Lo torturaron y como no decía nada comenzaron a torturar delante de él a Fierro y a Rubén. Para evitar que los siguieran torturando Octaviano dijo el lugar donde tenían a Farill.
Del balance que hizo el Partido de los Pobres de esa acción considera: “que de las exigencias que puso el comando que secuestró a Farill sólo no se cumplió el pago de los 3 millones”, la lectura del comunicado se hizo y la publicación también y se les devolvió el 50 por ciento de las cuotas de inscripción a los alumnos. “En la primera entrevista que le hicieron a Octaviano recuerdo que dijo esta frase: hemos perdido una batalla solamente, no la guerra”.
Estando Octaviano Santiago en el penal de Acapulco, cayeron presos 15 campesinos de San Francisco del Tibor acusados de la primera emboscada que Lucio les puso a los soldados el 25 de junio de 1972 y más de 40 campesinos de El Quemado que fueron responsabilizados del segundo ataque que se dio el 23 de agosto en el Arroyo Oscuro. Los campesinos no estaban politizados y llegando al penal con la dirección de los presos políticos adquirieron una formación política. Así nació parte de esa estructura indómita que en Atoyac durante muchos años le ha dado vida a la izquierda.
Los cinco presos políticos: Octaviano Santiago Dionicio, Guillermo Bello López, José Albarrán Pérez, Rubén Ramírez Lozano y Francisco Fierro Loza aprovechando la cobertura que les daba estar en la cárcel se dedicaron a denunciar las arbitrariedades de los cuerpos represivos en la sierra de Atoyac, principalmente en la revista Por qué? Uno de esos textos fue publicado el 9 de noviembre de 1972, dice: “A raíz de las enérgicas respuestas de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres a los actos brutales del gobierno, cientos de hogares campesinos han sido cateados con el habitual lujo de violencia; cientos de campesinos de todos los ejidos de la Sierra de Atoyac han sido brutalmente torturados para que se declaren culpables de participar en las emboscadas tendidas a miembros del ejército por el grupo guerrillero del Partido de los Pobres”.
“Las humildes escuelas construidas por el pueblo para educar a sus hijos, han sido convertidas en verdaderos cuarteles y en infernales centros de tortura”, dice el comunicado.
El 24 de mayo de 1973, también en la revista Por qué?, mediante una carta denuncian el fusilamiento público de seis campesinos en Los Piloncillos. “Aunque el gobernador y el procurador traten de cuidar el honor de su criminal instituto armado, el pueblo sabe que fueron militares los que el día 24 de abril de 1973 fusilaron a Saturnino Sánchez G. de 65 años (inválido); a Toribio Peralta y Eleazar Álvarez, ambos de 17 años; a Santín Álvarez, de 18 años y al anciano de 70 años de edad Crescencio Reyes”. Como se ve en el texto sólo dan el nombre de cinco campesinos el sexto acribillado fue Santos Álvarez Ocampo.
Al llegar a la cárcel pública los presos políticos se encontraron con que había muchos enfermos de tuberculosis que convivían con la población sana y la alimentación era pésima. Les daban una o dos tortillas con comida a veces descompuesta, había maltrato a los familiares que iban de visita y muchos encarcelados sin proceso.
Otro frente de lucha fue mejorar las condiciones del penal. Se organizó un movimiento y Octaviano Santiago se convirtió en asesor de la población carcelaria. Nicomedes Fuentes recuerda que se comenzaron a hacer movimientos para que se separaran a los enfermos de la población sana y que les dieran atención. También pedían respeto para los familiares que iban de visita. Se organizó el trabajo de los internos mediante las artesanías, se le dio orden a la actividad productiva y se constituyeron en una sociedad cooperativa.
“Hicimos una huelga de hambre con 30 gentes, estaban los presos políticos respaldados por los campesinos”, recuerda Zohelio Jaimes Chávez que estaba preso con los campesinos de San Francisco del Tibor. Tardaron tres días en la huelga de hambre y se logró mejor alimentación, se les dio uniformes a los deportistas del penal. A los presos enfermos los llevaron a una clínica y se les consiguió un médico de planta. Lograron que salieran más de 40 presos que estaban encerrados sin tener delito.
En el libro Lucio Cabañas. El guerrillero sin esperanza, Luis Suárez reproduce un discurso en donde Lucio habla de los presos: “Que Octaviano, del Partido de los Pobres, se junta con los presos comunes y no se aparta, y se pone al servicio de ellos, los ve como hermanos y los politiza. Y a los presos comunes, los vuelve presos políticos y los dirige, y acaba de ganar una huelga o dos huelgas acaba de ganar este Octaviano”.

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