Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Toledo Manzur

Icacos, primera playa limpia
certificada en Acapulco

Después de una gran cantidad de esfuerzos realizados por una coordinación de instituciones gubernamentales de los tres órdenes de gobierno y un conjunto importante de actores de la sociedad, entre los que destacan los hoteles, restaurantes y prestadores de servicios, se lograron reunir los múltiples y complejos requisitos, así como las condiciones para que la instancia certificadora autorizara que la playa Icacos se certificara como la primera Playa Limpia de Acapulco. Esto representa una formidable noticia y un logro sin duda de carácter histórico por tres principales razones. Primero por la trascendencia que tiene para el mejoramiento del medio ambiente de nuestro hermoso puerto. Segundo por la importancia de la perspectiva de tener playas y bahía limpias para la reactivación del turismo. Finalmente, por el cambio en las actitudes y formas de vida, de producción y de consumo de la población involucrada.
Para nadie es un secreto que las condiciones ambientales de uno de nuestros principales atractivos turísticos, las playas y la bahía de Santa Lucía, se han venido deteriorando significativamente en los últimos lustros y que este deterioro ha sido parte del decaimiento general que el puerto ha sufrido. Por ello resulta tan significativo haber conseguido esta certificación, aunque se trate de sólo una pequeña parte del universo que hay que componer. Constituye, en efecto, sólo un primer paso, pero nos llena de optimismo y demuestra que cuando se tiene voluntad decidida los avances pueden ser logrados.
En este caso fue fundamental la voluntad y la instrucción del gobernador Aguirre para llevar a cabo estos esfuerzos que se suman a otras acciones que el actual gobierno estatal está llevando a cabo para el mejoramiento de Acapulco. Aunque participaron múltiples dependencias, vale la pena reconocer el importante papel de liderazgo y seguimiento que llevó a cabo el ingeniero Arturo Palma de la Capaseg, quien junto con la Conagua, la Semarnat y otros, coordinaron el esfuerzo y lo llevaron al éxito con la participación fundamental del consultor Guillermo Wolf.
Para lograr la certificación se requiere atender múltiples aspectos que son revisados con gran detalle y minuciosidad. Éstos abarcan un espacio que comprende la propia playa, una franja del mar y para algunos temas, una buena porción tierra adentro. Estos aspectos incluyen la revisión de la calidad del agua marina, que se hace a través de muestreos y análisis de laboratorio en múltiples ocasiones a lo largo del periodo de revisión y se debe asegurar la perfecta limpieza de la arena, que se evalúa con gran cuidado. Asimismo, se debe garantizar la protección de la biodiversidad en la playa, el mar y la zona contigua para lo que, de entrada, se debe contar con un inventario de las especies de flora y fauna terrestre y acuática, así como diseñar las medidas para su conservación. Se requieren programas de manejo de residuos sólidos en la playa y en los establecimientos contiguos; así como hacer un programa de educación ambiental y de cuidado de la playa.  De igual manera, los aspectos de seguridad son muy relevantes entre un nutrido conjunto de puntos que afortunadamente se lograron cubrir a satisfacción de la instancia certificadora.
Además de los beneficios medioambientales y turísticos que implica, la certificación de una Playa Limpia representa también una forma de transformar y mejorar el entorno social y territorial de dicha playa, ya que conseguir los estándares exigidos por la norma requiere de cambios importantes en hábitos, en maneras de organizarse, en patrones de producción y consumo, en estrategias de manejo de aguas y residuos sólidos e incluso en la propia conciencia de los dueños de hoteles, restaurantes, prestadores de servicios y hasta los visitantes, quienes deben adoptar costumbres y comportamientos diferentes a las prácticas irresponsables y contaminantes en las que muchas veces incurren. Así como ocurre en otros ámbitos de la vida social y económica, la adopción de criterios ambientales constituye un factor de cambio radical del comportamiento social, lo que en la medida en que se sistematice genera procesos de transformación social que pueden ser de gran profundidad.
Ahora se está a la espera de que sea formalmente entregada esta certificación al gobernador Ángel Aguirre y también en la expectativa de lograr que la mayoría de las playas de la Bahía de Acapulco sean Playas Limpias.

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