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Oran por el restablecimiento de la paz unos 350 vecinos de la colonia La Laja

Yee Trujillo

Unos 350 vecinos, estudiantes, niños, adultos mayores, deportistas y comerciantes de la colonia La Laja se reunieron en el parque de la colonia para orar por la paz, unir lazos y rescatar este espacio público ubicado en una de las áreas en las que se han registrado un mayor número de asesinatos durante los últimos años.
A tan sólo unos metros de la avenida Ruiz Cortines, sitio donde han ocurrido varios asesinatos a choferes y chalanes de camiones urbanos, vecinos, comerciantes y jóvenes, los vecinos encabezados por el padre Jesús Mendoza Zaragoza de la Parroquia de San Nicolás de Bari, organizaron una oración para celebrar la colocación de una enorme cruz que dará esperanza a decenas de vecinos que han perdido a sus familiares por la violencia que se vive en el puerto.
Durante la eucaristía, los familiares de 36 personas pasaron al frente, sosteniendo veladoras encendidas para orar por hijos, hermanos o padres que fueron asesinados “sin razón”, mientras integrantes de la parroquia soltaron globos blancos al aire y dos habitantes de la colonia hablaron presentaron sus testimonios como víctimas de la violencia.
La señora María de los Ángeles narró con tristeza que su hermano fue asesinado durante la madrugada del 11 de mayo, porque después de celebrar a su abuelita decidió continuar con el festejo del día de las madres, y a las 3 de la madrugada su sobrina le avisó sobre su muerte.
Con voz entrecortada explicó que acompañada por su esposo acudió al hospital, al Ministerio Público y al Servicio Médico Forense (Semefo), en donde encontró a su hermano tirado en el piso; “porque allá adentro ya no había lugar para más gentes, estaba lleno, se olía mortandad ahí”, expresó.
También contó que ella sabía quién mató a su hermano, pero por desconfianza en las autoridades y para proteger a su familia, decidió no denunciar al responsable. Afirmó que gracias a la intervención de los integrantes de la parroquia, “mis hermanos de la comunidad”, abandonó la idea de vengar su muerte, y ahora apoya a otras personas que han sido víctimas de la violencia como integrante del grupo de de justicia y paz de la parroquia.
“Ha sido también de gran ayuda para aliviar mi dolor, el ver que hay otras familias también que sufren como ahorita, el ver que tantos seres queridos se nos han ido, he estado trabajando todo ese dolor, todo ese rencor, ya no siento coraje, ya no siento odio, lo estoy trabajando, no digo que ya sané la pérdida de mi hermano, lo extraño, lloro por su ausencia, me duele todavía pero yo quiero que esto termine, quiero paz para mi familia, quiero paz para mi comunidad, quiero paz para mi país, entonces tengo que contribuir en algo”, concluyó.
Por su parte, otro de los vecinos llamado Carlos, dijo que aunque él no ha perdido a un familiar cercano, sí conoce casos cercanos de violencia y ha sido testigo de mucho dolor, por lo que decidió integrar un grupo de personas que tratan de construir la paz, porque en un futuro, cuando sus dos hijas le pregunten qué hizo en esta parte de la historia del puerto, no quiere sentirse avergonzado de no haber hecho nada, decirles que tuvo miedo y prefirió esconderse y quedarse callado.
“Nunca estoy seguro si lo que hago y lo que hacemos con nuestros compañeros tenga algún resultado verdadero o real, pero creo que uno nunca puede estar seguro de eso, lo que sí tenemos que hacer es involucrarnos, participar, ser sensibles al dolor ajeno, y no esperar a sufrir en carne propia para decidirnos a participar”, consideró.
“Aquí alrededor ha habido muchas señales de violencia, de muerte, y queremos que juntos imploremos a Dios que nos conceda el que juntos podamos trabajar para que la paz reine no solamente en este lugar, sino en cada familia, en esta colonia, en las demás colonias, en toda nuestra ciudad y en todo nuestro México”, expresó el padre Mendoza al inicio de la eucaristía.
Recordó que también han colocado cruces en otras partes de la colonia como las glorietas de las calles Victoria, 13 de junio, Chilpancingo, y en la colonia Ampliación Altamira, en donde además de ser espacios públicos utilizados por los habitantes como puntos de reunión, “se han visto disminuidos sobre todo por la violencia que ha habido en estos lugares”, y enfatizó la gran cantidad de cruces colocadas sobre la avenida Ruiz Cortines, donde “cayeron hermanos y hermanas”.
Dijo que estas acciones se realizan con la esperanza de que este lugar se convierta en un espacio para fortalecer la unión de la comunidad, para que el miedo y la desconfianza puedan ser vencidos y los vecinos se conviertan en constructores de la paz, porque no pueden vivir derrotados por la violencia y el crimen.
Cerca de las 8 de la noche, casi a oscuras porque el alumbrado público sólo funciona en la cancha de futbol, antes de unir sus manos para cantar el Padre Nuestro los vecinos pidieron a Dios por la paz, porque las nuevas autoridades que ayer tomaron protesta en el estado cumplan con rectitud sus funciones, que la ciudad deje de estar “tan lastimada por la violencia”, y que el parque se convierta en un espacio que haga crecer la fraternidad.

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