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Convierten Kiss y Mötley Crüe en un manicomio el Foro Sol

Manuel Tejeda / Agencia Reforma

Ciudad de México

Kiss convirtió en un manicomio el Foro Sol, a pesar de que la fuerte lluvia que azotó el lugar puso a prueba la fidelidad de 51 mil fanáticos reunidos.
En punto de las 23:45 horas del sábado, las penumbras asaltaron el campo de béisbol para darle la bienvenida a Gene Simmons, bajo; Paul Stanley, voz y guitarra: Tommy Thayer, guitarra; y Eric Singer.
Tras su explosiva interpretación de Detroit rock city, en la que Simmons mostró por primera vez su larga lengua, y Stanley no paró de interactuar con su ejército de seguidores, éstos quedaron sorprendidos por la fastuosa producción, llena de lásers, humo y bengalas.
“Hola México. Esta noche ¡es la noche! No hablo español muy bien pero comprendo sus sentimientos y mi corazón es suyo”, gritó para ser, de inmediato, objeto de aplausos después de Shout it out loud y antes de I love it loud.
La velada no sólo estuvo engalanada por los máximos éxitos del grupo, ya que Kiss se dio tiempo de presentar Hell or hallelujah, sencillo de Monster, su más reciente álbum, a la venta desde el 9 de octubre.
Pese a que ya había escupido fuego al término de Firehouse, Simmons causó sensación cuando el demonio del rock poseyó su cuerpo, haciéndolo emanar sangre.
Como si fuera una competencia de osadía, Stanley, quien había cantado un pedacito de Guantanamera, fue quien estuvo más cerca de sus seguidores al alzarse sobre sus cabezas impulsado por unos cables.
En la recta final de su show, Kiss mostró una bandera nacional de México y descargó toda su artillería: Black diamond, I was made for loving you, Cold gin y Rock and Roll all night, para terminar a las 01:10 del domingo.
Y no por tocar un turno antes que Kiss, los integrantes de Mötley Crüe (Vince Neil, voz; Mick Mars, guitarra; Nikki Sixx, bajo; y Tommy Lee, batería) se intimidaron.
Desde Saint of Los Angeles, pieza que abrió su participación, a las 21:55 horas, los ídolos del glam no pararon de hacer ruido y pedirles a sus incondicionales que lo hicieran con ellos.
“¡Hagan maldito ruido! No sé si lo sepan pero me acabo de romper un pie y traigo una bota, como las de mis amigos de Kiss, para estar aquí con ustedes”, confesó el cantante, al término de Shout at the devil.
Luego, Lee regaló un baño de champaña a las primeras filas de pista, al más puro estilo rockstar.
El baterista, además, tocó al piano Home sweet home, golpeó su instrumento con fuerza mientras giraba en 360 grados sobre un riel instalado a su alrededor.
Girls, girls, girls y Kickstart my heart cerraron su espectáculo, a las 23:10 horas.

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