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Marcial Rodríguez Saldaña

Un año de la victoria de Ángel Aguirre

Este 30 de enero se cumplió un año de la victoria electoral del actual gobernador del estado Ángel Aguirre Rivero y de las fuerzas políticas que integraron la coalición Guerrero nos Une compuesta por los partidos de la Revolución Democrática, Convergencia y del Trabajo, así como de una multitud de organizaciones sociales, políticas y sobre todo del voto mayoritario de l@sciudadan@s quienes definieron la formación de un nuevo gobierno.
1.- A un año de distancia de esa histórica jornada electoral, con la mente y el corazón más fríos, distantes de la pasión que provoca naturalmente una contienda por el poder político, resulta interesante hacer un balance de los efectos que produjo el resultado de esa elección en la sociedad guerrerense, en su proceso histórico social, en la recomposición de sus fuerzas políticas y en la formación de la cultura democrática.
2.- En términos de la formación del poder político, en la historia electoral de Guerrero no había existido un proceso electoral, como la sucesión de la gubernatura del 2011, de mayor dimensión que desembocara en la recomposición de los grupos de poder y partidos políticos. En el 2005 se dio la primera alternancia, pero no hubo una restructuración de las fuerzas del poder, puesto que se integró un gabinete, un gobierno, que en su gran mayoría no provenía, no representaba a las fuerzas políticas ganadoras y no tenía compromiso con los electores que votaron por un cambio de políticas públicas.
3.- El gobierno formado en la primera alternancia política estatal (2005), se integró por personajes que habían sido adversarios de la plataforma electoral, del programa de gobierno de la coalición Guerrero será Mejor, adversarios cotidianos en cada proceso electoral de los partidos competidores y ganadores (PRD, Convergencia y PT), pero sobre todo, adversarios ideológicos y políticos de las fuerzas democráticas de Guerrero; otros más, comodinos políticos, llegaron a tomar posiciones de poder y decisiones relevantes, sin haber votado en la elección, sin ningún vínculo con la movilización ciudadana democrática. Cuanta razón tenía el gran jurisconsulto romano Cicerón, cuando afirmaba que “la historia es el testigo de los tiempos, la antorcha de la verdad, la vida de la memoria, el maestro de la vida, el mensajero de la antigüedad”.
4.- La jornada electoral del 30 de enero del 2011 trajo la configuración de un nuevo gobierno, naturalmente heterogéneo, tan plural y diverso como lo fue la coalición Guerrero nos Une pero con un rasgo fundamental que es definitorio de las políticas públicas, que consiste en que los integrantes del nuevo gabinete fueron copartícipes de la plataforma electoral, del programa de gobierno, fueron actores directos del triunfo en las urnas y en consecuencia asumieron el compromiso con los electores que votaron nuevamente por avanzar hacia la transición democrática.
5.- En el contexto de la historia del subsistema político de Guerrero, la elección del 30 de enero del año pasado que concluyó con la victoria electoral de Aguirre Rivero, tuvo como un elemento importante la unidad de los partidos y fuerzas políticas de izquierda, democráticas y progresistas, pero una variable fundamental: fue la ruptura en el partido y agrupamientos políticos del viejo régimen, quienes se rebelaron ante una decisión autoritaria de imponerles un candidato a gobernador y decidieron formar una nueva coalición de poder en el estado, al lado de las históricas fuerzas políticas de izquierda, democráticas y progresistas, la cual tendrá un impacto determinante en la configuración del poder político en nuestra entidad en la jornada electoral del próximo primero de julio.

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Twitter: @marcialRS60

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