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Se reúnen Peña Nieto y Calderón; hablan sobre la política presidencial anticrimen

Antonio Baranda / Agencia Reforma

Ciudad de México

Por cuarta ocasión tras las elecciones, el presidente Felipe Calderón y el mandatario electo, Enrique Peña Nieto, se reunieron ayer en Los Pinos para trabajar en la transición de administración.
En esta ocasión se trató de un intercambio de “información e ideas” sobre la criminalidad en el país y las prospectivas de la política de anticrimen.
Durante el encuentro privado, que se extendió más de cuatro horas y al cual asistió el gabinete de seguridad del gobierno federal y parte del equipo de transición del priista, el presidente Calderón habló de los logros que su administración ha alcanzado como resultado de la Estrategia Nacional de Seguridad.
La Oficina de la Presidencia informó en un comunicado que el Jefe del Ejecutivo también hizo una exposición detallada sobre los antecedentes del fenómeno delictivo nacional, así como los retos que se tienen en esa materia.
En tanto, operadores de Peña Nieto revelaron que el gobierno federal refrendó su reconocimiento a la Policía Federal y a las Fuerzas Armadas, además de compartir datos y diagnósticos sobre la situación que guarda el país.
“Saliendo de reunión en Los Pinos con @FelipeCalderon <https://twitter.com/felipecalderon>, @epn <https://twitter.com/epn> y el gabinete de seguridad. Muy productivo intercambio de información e ideas”, escribió en su cuenta de Twitter el coordinador general para la Transición Gubernamental, Luis Videgaray, al término de la reunión, que duró más de cuatro horas y media.
En días recientes, Peña Nieto deslizó su decisión de retomar los “elementos positivos” de la estrategia de seguridad de Calderón, pero haciendo los ajustes necesarios para lograr mejores resultados.
El martes, por ejemplo, anticipó que una de las directrices de su política de seguridad será optimizar la coordinación de las corporaciones, con el objetivo básico de disminuir los índices de criminalidad y revertir los escenarios de violencia. También ha expresado su interés por crear una Gendarmería Nacional.
Esta fue la tercera ocasión -desde la calificación de la elección presidencial- que Calderón y Peña se reunieron en Los Pinos para aterrizar los distintos temas de la transición gubernamental; dos de ellas han versado específicamente sobre seguridad y combate al crimen.
De parte del Ejecutivo asistieron la Procuradora, Marisela Morales, y los secretarios de Gobernación, Alejandro Poiré; Defensa Nacional, Guillermo Galván; Marina, Mariano Francisco Saynez; Seguridad Pública, Genaro García Luna; y Hacienda, José Antonio Meade.
También el director del Cisen, Jaime Domingo López; el secretario particular de la Presidencia, Tarcisio Rodríguez; la coordinadora de Comunicación Social, Alejandra Sota; la secretaria técnica del Consejo de Seguridad, Jessica Duque; y el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, Oscar Vega Marín.
Del equipo de transición de Peña estuvieron presentes Videgaray; el coordinador general de Política y Seguridad, Miguel Ángel Osorio Chong; el vicecoordinador de Seguridad y Justicia, Jorge Carlos Ramírez Marín; el coordinador de Seguridad, Roberto Campa Cifrián; y el coordinador de Justicia, Alfredo Castillo Cervantes.

Desborda en elogios Calderón en homenaje a Lujambio

Para homenajear a otro amigo y colaborador muerto durante su sexenio, el presidente Felipe Calderón Hinojosa, escogió esta vez el Palacio Nacional, donde citó a la clase política de su partido y dispuso la parafernalia: luto riguroso hasta en la corbata presidencial; arreglos florales y una fotografía enorme de Alonso Lujambio Irazábal, el senador por unos días, que fue secretario de Educación y hace una semana murió de cáncer.
Así, Felipe Calderón despidió a su ex colaborador, quien participaba en las reuniones de campaña del ahora presidente aún siendo miembro de un organismo autónomo, y luego de ser consejero ciudadano del Instituto Federal Electoral (IFE), se afilió al PAN, encumbrado ya y con miras a la sucesión presidencial.
Como nunca en los gabinetes presidenciales de la historia reciente, en el de Calderón la muerte rondó hasta el equipo de colaboradores: los secretarios de Gobernación, Juan Camilo Mouriño Terrazo, en 2008, y José Francisco Blake Mora, en 2011. Luego, Lujambio, por cáncer de médula.
A los tres, aunque Lujambio ya no estaba en funciones, les ha dado despedida de Estado, utilizado como escenario los espacios públicos más emblemáticos del Estado mexicano: Campo Marte para los primeros dos, y el Palacio Nacional, para el tercero.
Claro que las aspiraciones presidenciales de Lujambio no escaparon al discurso de Calderón, que hasta se lanzó con reflexiones sobre la vida, la muerte y el más allá: “Pero no dejo de pensar, puedo emitirlo hoy ¿cómo es que habiendo tanta gente perversa, tanta gente negativa, la muerte se lleve a los mejores y a los más queridos?
“Tampoco pienso que la bondad divina puede infligir dolor  así nada más, porque sí, de puro gusto…”.
Las expresiones del mandatario iban de un lado a otro: las probabilidades de enfermedades y accidentes existen, y se concretan en circunstancias demostrables, dijo muy estadístico, para aludir a los muertos de su gabinete.
Pero luego, añadió una casi plegaria: “Espero y deseo, fervientemente, que donde quiera que estén, estén bien, estén en paz y cuiden de nosotros.”
Calderón se soltó hablando del papel de Lujambio en la SEP, en lo tocante a los acuerdos con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y en los festejos del Bicentenario.
El presidente que declaró una guerra contra el narco, en la que han perdido la vida alrededor de 80 mil personas, además de contabilizar decenas de miles de desaparecidos, y desplazados, hoy hasta lamentó la crispación política producto de muchos años de siembra de odio en el tiempo en que Lujambio estaba al frente de los dichosos festejos.
“La crispación política provocada casi deliberadamente por las ambiciones políticas ya entonces desatadas y corriendo desaforadamente ya rumbo a la sucesión presidencial. Todo ello confabulaba y hacía todo lo posible para contraponer odio y reyerta a la unión patriótica que el momento ameritaba”, dijo.
Naturalmente, para Calderón, Lujambio no fue político de reyertas.
Luego justificó el estancamiento en las preferencias electorales para Lujambio, lo que lo llevó a abandonar la búsqueda de la candidatura, pues prefirió, según Calderón, seguir al frente de su responsabilidad.
Ahí estaban sus adversarios en la interna panista, Ernesto Cordero y Josefina Vázquez Mota, ésta última quien ganó la contienda pero perdió la elección constitucional y que hasta hoy había evitado apariciones públicas.
Como sea, era el momento de Lujambio y para eso el Calderón no sólo justificó que no haya sido candidato, sino que lo calificó como “un intelectual que le hará falta al PAN”.
Al homenaje acudió también la presidenta del IFAI, Jacqueline Peschard Mariscal, quien recordó el papel de su antecesor en el puesto, en especial, mencionando los escándalos de corrupción Amigos de Fox y Pemexgate, en los que dijo, fue imparcial.
La viuda de Lujambio, Teresa Toca, también acudió al acto y pronunció un mensaje, en el que dijo que su marido fue un alma buena (Arturo Rodríguez/ Agencia Proceso).

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