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Transgreden algunos usos y costumbres los derechos de las mujeres, reconoce la CRAC

Lourdes Chávez

Chilpancingo

La coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, Felicitas Martínez Solano señaló que las mujeres tienen que impugnar con argumentos algunos de los usos y costumbres por los que se rige la impartición de justicia de los pueblos originarios, porque con ellos también se transgreden los derechos humanos de las mujeres, como el hecho de que las piden en matrimonio “de ojo”, o que las compren como en Metlatonoc.
En entrevista durante un encuentro de mujeres indígenas en Chilpancingo, la dirigente me’phaa de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) en la sede de San Luis Acatlán, recordó que trascurrieron diez años antes de que las mujeres fueran incorporadas a la organización de justicia, cuando siempre participaron al frente de las marchas y movilizaciones, incluso desalojos, “porque los policías, supuestamente se detenía un poco antes agredir al contingente”.
Indicó que en febrero de 2006, ellas dijeron, “aquí estamos las mujeres”, y cuando se determinó que los coordinadores debían ser civiles, y no comisarios municipales que, aunque tienen fuero constitucional estaban que desatendiendo a sus pueblos, las mujeres fueron incorporadas a la CRAC.
Recordó que después se incorporaron Carmela Ramírez Aburto, Teofila García Rodríguez y Catalina García Castillo, mujeres me’phaa, así como Asunción Ponce Ramos, na savi, que ya tiene tres años como coordinadora en San Luis Acatlán.
Señaló que como mujeres enfrentan dificultades muy grandes, porque hay usos y costumbres con las que ellas no están de acuerdo, y por los que se acusa a las mujeres, y en esos casos, dijo que las coordinadoras tienen que desechar esas acusaciones y proponer una alternativa a los usos y costumbres que afectan sus derechos como seres humanos y como mujeres, y la asamblea las tiene que escuchar con argumentos.
Indicó, por ejemplo que en 2006 una joven de Metlatónoc, siendo pedida en matrimonio, rompió el protocolo que tienen por usos y costumbres y se fue con otra persona que ella quería, sin embargo, su familia ya había recibido regalos (como chocolate y otros alimentos) de quien la pidió en matrimonio como prenda.
Aunque no estuvo de acuerdo, señaló que la asamblea obligó a la pareja de la joven pagar los gastos que hizo la otra familia, “ahí, platiqué con el papá que la pidió, porque era como una demanda la que se suscitó por esta situación; y a ella la felicité, porque tuvo la valentía de decir yo rompo ese protocolo, con todo lo que implicaba”.
Por otro lado, señaló que antes no era necesario que los comisarios municipales supieran leer o escribir, como ahora, pero los problemas son más grandes; asimismo, en la CRAC, consideró que las cosas han cambiado, “antes sólo hacíamos recorridos de caminos para hacer vigilancia por la inseguridad, hoy, cada día es más difícil atender los casos, necesitamos a gente más capacitada para resolver con agilidad”.
Porque señaló que los pueblos originarios reclamaban que en el Ministerio Público y en los juzgados no hay agilidad, “tenemos que esperar a que llegue un abogado, o el secretario en turno pone lo que quiere en la declaración, a pesar de que los acusados no hablan castellano, o ya no reciben los casos de delitos después de las 2 de la tarde, porque se acabó el turno”.
Subrayó que la violencia no tiene hora, fecha, ni sistema, y en la CRAC, los coordinadores tampoco tienen sábados, domingos ni horarios de descanso, “es corrido, los trabajos tienen que salir aún cuando sean las 11 de la noche, si algo paso, hay que subir a las comunidades, es muy distinto al Poder Judicial”.
Martínez Solano, una joven y menudita,  aseguró que los coordinadores están mandatados por los pueblos para darles resultados, lo que es más complejo siendo mujer.
Por ejemplo, señaló que la procuradora estatal, tiene un equipo de trabajo a su alrededor, “nosotros tomamos declaraciones firmamos los documentos, hacemos investigación más a fondo, tenemos que ir con el comisario municipal o citarlo a que baje, porque él conoce a sus vecinos, y escuchamos las partes en conflicto”.

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