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Conmemoran en la explanada del Fuerte de San Diego la llegada de la Nao de China

Salvador Serna

Historiadores, autoridades estatales y municipales así como público en general, conmemoraron ayer en la explanada del museo Fuerte de San Diego la llegada del Galeón de Manila al puerto de Acapulco.
Durante la ceremonia conmemorativa se dio a conocer que el galeón fue la prolongación, en el Pacífico, de la flota de la Nueva España, con la que estaba interrelacionado.
La conquista y colonización de Filipinas y el posterior descubrimiento de la ruta marítima que conectaba dicho archipiélago con América (siguiendo la corriente marítima de Kuro Shivo), el llamado tornaviaje, logró cristalizar el viejo sueño de Cristóbal Colón de conectar a Europa con el mundo asiático para realizar un comercio lucrativo.
En la ruta Manila-Acapulco se transportaba mercancía valorada entre los 3 mil y 2 mil 500 pesos plata. Su primer viaje se realizó en 1565 y el último data de 1821. La embarcación, con capacidad para 250 personas a bordo, se construía usualmente en Bagatao, Filipinas, y llevaba una dotación de soldados.
El galeón, arribaba a América en el cabo Mendocino,  en la costa norte de California, desde donde bajaba costeando hasta el puerto de Acapulco. Lo complicado de la ruta obligaba a salir de Manila en julio, si bien podía demorarse hasta agosto. Después de este mes era casi imposible realizar la travesía, que había que postergar durante un año. El tornaviaje demoraba de cinco a seis meses y por ello la llegada a Acapulco se efectuaba en diciembre o hasta enero.
En esa época, los puertos de Manila y Acapulco fueron los emporios comerciales de artículos exóticos. En Manila se cargaban bellísimos marfiles y piedras preciosas hindúes, sedas y porcelanas chinas, sándalo de Timor, canela de Ceilán, alcanfor de Borneo, jengibre de Malabar, damascos, lacas, tibores, tapices y perfumes. En la feria de Acapulco se vendían los géneros orientales y se cargaba cacao, vainilla, tintes, zarzaparrilla, cueros y, sobre todo, la plata mexicana, que era considerada el artículo más preciado porque tenía un precio muy alto en Asia, ya que el coeficiente bimetálico favorecía su relación con el oro. En Asia la plata era más escasa que en Europa. Esto permitía comprar con ella casi todos los artículos suntuosos fabricados en Asia, a un precio muy barato y venderlos luego en América y en Europa con un gran margen de ganancia.
En el acto conmemorativo estuvieron presentes, la directora del Instituto Guerrerense de la Cultura (IGC), Alejandra Frausto Guerrero, el alcalde de Acapulco, Luis Walton Aburto, el cronista de la ciudad Anituy Rebolledo Ayerdi, el cónsul honorario de las Filipinas en México, Mario de la O Almazán, el comandante de la novena zona militar, Guillermo Moreno Serrano y el secretario de Turismo Municipal, Netza Peralta Radilla.

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