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A 15 años del Paulina vecinos afectados aún habitan en la misma zona devastada

Yee Trujillo

A 15 años del paso del huracán Paulina, miles de acapulqueños siguen habitando en zonas de alto riesgo, en cauces como el río El Camarón, barrancas, laderas inestables, rodeados de enormes rocas  o en áreas inundables, mientras que aquellos que resultaron damnificados y recuerdan la muerte de sus vecinos consideran que los gobiernos municipales y estatales poco han hecho para evitar que esta tragedia se repita, como reubicarlos o impedir que lleguen nuevos habitantes a esas zonas.
Durante la madrugada del 9 de octubre de 1997, el huracán Paulina, de categoría 2, golpeó al puerto dejando a su paso desolación y muerte, con una precipitación histórica de 411 milímetros de lluvia acumulados en menos de 24 horas que provocaron el desbordamiento de cauces, severos deslaves, deslizamientos de enormes rocas e inundaciones, así como vientos de hasta 200 kilómetros por hora, convirtiéndose en el fenómeno meteorológico más mortífero y uno de los más destructivos en la historia del país.
“Fue muy triste, yo cuando me acuerdo la verdad me duele mucho porque mi casa estaba allí y se la llevó toda, y luego a mi hijo lo alcanzaron a sacar del río porque se atoró en una piedra, lo arrastró con sus dos niños y su esposa pero como el colchón apenas lo habían comprado y tenía el hule flotó, ya nada más cuando oímos los gritos nos dimos cuenta”, recordó con voz entrecortada la señora Merenciana de la Cruz Flores, habitante de la colonia Zapotillo, en la parte alta de la colonia Palma Sola, donde cruzan dos vertientes del río de El Camarón, uno de los cauces en donde falleció el mayor número de personas.
Dijo que esa noche nació su nieta, que hoy cumple 15 años, además de que entre los colonos y familiares tuvieron que entrar a su vivienda destrozada para rescatar a uno de sus hijos que tiene capacidades diferentes.
Lamentó que la mayoría de sus vecinos murieron al ser arrastrados por la corriente.
Indicó que aunque el gobierno municipal le entregó a su familia una vivienda en el fraccionamiento Alejo Peralta, en la zona de Llano Largo, ésta se inundaba cada año y cuando llovía sus hijos tenían que ir por ella y su esposo para que se resguardaran en sus casas ubicadas en Zapotillo, donde continúan habitando.
“Desde que pasó el Paulina estamos olvidados”, contó una de sus vecinas, la señora Amalia Urbina Díaz, de una de las cinco familias sobrevivientes que continúan en Zapotillo, porque varios colonos fueron reubicados pero ellos no.
En entrevista, en el patio de su casa de madera y lámina de cartón ubicada dentro del cauce del río, la señora Amalia explicó que su casa quedó enmedio de ambos arroyos y ella, su esposo y sus dos hijos no podían salirse y quedaron incomunicados, mientras que la casa de su vecina fue destruida por la corriente del río.
Dijo que 15 familias completas fallecieron y en otros casos los niños quedaron huérfanos.
En este sentido, reprochó que los gobiernos actúen “a su conveniencia” porque aunque sí han recibido notificaciones de la Dirección de Protección Civil y Bomberos por vivir en zona de alto riesgo, ahora el Instituto de Vivienda y Suelo Urbano de Guerrero (Invisur) ya les notificó “que nos vamos a quedar aquí” y que ya cuentan con documentos para comenzar a pagar sus terrenos.
Aunque la Comisión Nacional del Agua (Conagua) indica que no deben haber viviendas dentro de los márgenes de ríos y barrancas, los gobiernos municipales son los encargados de revisar que esto no ocurra porque los ayuntamientos expiden los permisos de construcción y lo permite, además de los organismos reguladores de la tenencia de la tierra como el Invisur y el Fideicomiso para el Desarrollo Económico y Social de Acapulco (Fideaca).
Río abajo, en el andador Del tanque, entre el cauce y la colonia Palma Sola Fovisste, la señora Hermelinda Casarrubias narró que sus vecinos tuvieron que resguardarse en su casa porque las viviendas también fueron arrastradas por la corriente, y en el lugar dentro del cauce todavía se observan unas diez estructuras destrozadas y deshabitadas, aunque muchas más se encuentran ocupadas por nuevas familias que no recuerdan la tragedia que ocurrió en esta zona.
“El gobierno no ha hecho nada, ni un gobierno hace algo para arreglar aquí”, lamentó la vecina y aseguró que solamente la ex regidora Brígida Trani Torralba les ayudó a pavimentar el andador e hizo un puente hacia la colonia Santa Cruz, sobre el río.
“Los gobiernos no han hecho nada porque ahora sí que por lo menos pusieran más atención en los ríos, por decir el puente este que pasa quedó igual, no han puesto nada, no han arreglado para que si llega a llover así que no se vaya el agua por ahí sino que tenga cauce, pero no, no han hecho nada”, señaló una de las locatarias del centro comercial La Parroquia, de la avenida Constituyentes, Minerva Ramírez Evaristo.
En el lugar, la comerciante recordó que decenas de personas murieron y muchas más desaparecieron en esta zona del río, entre las colonias Santa Cruz y Vista Alegre, donde vehículos y enormes rocas fueron arrastrados por la corriente hacia las casas, hacia la colonia Progreso y la bahía de Santa Lucía.
Durante el recorrido por la parte alta del río El Camarón se observaron varios letreros en los que se leyó: “Zona de Alto Riesgo, terreno no apto para habitar, rocas y laderas inestables, barrancas. Parque El Veladero”, a tan sólo unos metros de las viviendas.
En la misma situación habitan miles de acapulqueños que se encuentran asentados en cauces, barrancas, laderas inestables, rodeados de rocas o en áreas inundables ubicadas en todo el puerto, porque diariamente se construyen nuevas viviendas y en nuevas colonias, sin que ninguna autoridad municipal, estatal o federal lo impida.

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