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Exigen ONG a la Cofepris que etiquete refrescos para advertir de su riesgo

Staff / Agencia Reforma

Ciudad de México

La botarga de un oso polar con una prótesis en un pie por la diabetes y con una bolsa de diálisis llegó caminando con dificultad a las instalaciones de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), en la colonia Roma, y frente a una manta con la leyenda “En el sexenio de Calderón, 500 mil muertos por diabetes”, abrió una botella de refresco de cola y vació el líquido en un bote de basura.
El personaje fue creado por las asociaciones que integran la Alianza por la Salud Alimentaria para protestar por lo que denominaron como omisiones por parte de la Cofepris en la verificación del cumplimiento de la NOM 051 que regula el etiquetado de los productos.
“Estamos exigiendo que haya un etiquetado que advierta a los consumidores del riesgo de tomar este tipo de productos, estamos exigiendo que se regule la publicidad de este tipo de productos”, dijo Alejandro Calvillo, de El Poder del Consumidor, a través de un altavoz.
“Exigimos también que se pongan impuestos a los refrescos y que se destinen estos recursos para la introducción de agua potable en las escuelas y en los espacios públicos y para enfrentar esta epidemia de sobrepeso, obesidad y diabetes”.
Según información difundida por la Alianza por la Salud Alimentaria, México es el mayor consumidor de refresco del mundo con un promedio de 163 litros por persona al año, a la vez que su población representa uno de los mayores índices de obesidad y diabetes a nivel internacional.
Como parte del esfuerzo de concientización sobre las consecuencias del consumo excesivo de bebidas azucaradas, los activistas presentaron un video en el que se indica que una bebida azucarada aumenta cada día el riesgo de obesidad en niños en un 60 por ciento, incrementa el riesgo de padecer diabetes y de ser sujeto de una de las 60 mil amputaciones que se realizan al año por complicaciones de pie diabético.
“El gobierno debe desarrollar una serie de políticas públicas para disminuir el consumo de estas bebidas y entre ellas están las medidas fiscales. Que no sólo pueden disminuir su consumo, sino también aportar recursos para la introducción de agua potable de calidad en escuelas y espacios públicos, también para enfrentar los costos que está generando la epidemia de obesidad y diabetes”, expuso Constanza Gómez Mont, directora de Fundación Mídete.

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