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Permitirá Cuba a sus ciudadanos viajar sin permiso al exterior a partir de 2013

DPA

La Habana

Cuba anunció ayer la esperada reforma migratoria que permitirá viajar a sus ciudadanos sin tramitar un permiso de salida. A partir del 14 de enero, los cubanos sólo necesitarán un pasaporte y el visado del país de destino para salir de la isla, anunció el gobierno de Raúl Castro.
La reforma migratoria, uno de los cambios más anhelados desde que el menor de los Castro llegó al poder en 2006, elimina la presentación de una carta de invitación y la tramitación de la llamada “carta blanca” que los cubanos necesitan desde hace décadas para viajar al exterior.
La reforma, sin embargo, apunta también a restricciones para determinados grupos. Sobre todo médicos y otros profesionales seguirán sin poder salir previsiblemente de la isla. También disidentes políticos podrían verse afectados por las prohibiciones.
Después de la confusión y la alegría de primera hora, opositores y observadores internacionales se mostraron escépticos respecto al alcance real de la medida.
“Esto es ciertamente un paso, pero aconsejaría que, incluso en este paso, esperemos a tener más información (…). Necesitamos ver cómo se implementa”, señaló la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Victoria Nuland, en una primera reacción. “La cuestión será ver si esos otros requerimientos van a seguir restringiendo la capacidad de los cubanos de aprovechar este cambio”, subrayó.
La reforma anunciada ayer en los medios oficiales cubanos entrará en vigor en 90 días. “A partir del 14 de enero del 2013 solo se exigirá la presentación del pasaporte corriente actualizado y la visa del país de destino, en los casos que la misma se requiera”, detalló el texto del gobierno de La Habana.
La actual reforma amplía también de 11 a 24 meses el permiso de estancia en el extranjero. Los cubanos que quieren extender la estancia deberán tramitarlo en un consulado de su país.
Las leyes migratorias prohíben hasta ahora a los cubanos permanecer de forma ininterrumpida en el extranjero bajo pena de perder sus bienes en la isla, así como la posibilidad de retorno.
El gobierno de Raúl Castro anunció a mediados de 2011 la reforma migratoria en el marco de una serie de profundos ajustes económicos para “actualizar” el modelo cubano con elementos de mercado. La medida busca ajustar las política migratoria a “las condiciones del presente y el futuro previsible”, señaló Granma.
Al mismo tiempo, el régimen cubano dejó entrever restricciones para grupos profesionales como los médicos. “Se mantendrán medidas para preservar el capital humano creado por la Revolución”, detalló el texto publicado en la portada del diario Granma.
Los detalles de la ley publicada en la Gaceta Oficial apuntaban a las posibles restricciones. Dos artículos determinan que las autoridades pueden negar la autorización para obtener el pasaporte o salir de la isla a personas “en virtud de las normas dirigidas a preservar la fuerza de trabajo calificada para el desarrollo económico, social y científico-técnico del país”.
Asimismo, los “filtros” recogen que algunos ciudadanos no podrán obtener el pasaporte ni dejar el país “cuando razones de Defensa y Seguridad Nacional así lo aconsejen”. Tanto disidentes como médicos u otros profesionales podrían hacer así frente a restricciones.
La oposición se mostró escéptica al comentar luego la medida. “Habrá que esperar a ver a (la bloguera disidente) Yoani Sánchez viajando a recoger todos sus premios”, dijo a DPA Elizardo Sánchez, líder de Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
No queda claro hasta ahora cuál será la magnitud real de la reforma. “Hay que esperar para leer la letra pequeña”, subrayó Elizardo Sánchez. La bloguera Sánchez apuntó a posibles nuevas barreras: “Parece que el ‘filtro’ va a estar en el proceso de dar el pasaporte y no en la llamada ‘tarjeta blanca’”.
Uno de los aspectos más interesantes es la relación con Estados Unidos. La Habana acusa desde hace años a Washington de fomentar la emigración ilegal de la isla y justifica las prohibiciones con las “agresiones” de las leyes de acogida a refugiados cubanos en el poderoso vecino del norte.
“La actualización de la política migratoria tiene en cuenta el derecho del Estado revolucionario de defenderse de los planes injerencistas y subversivos del gobierno norteamericano y sus aliados”, anunció La Habana. “Cualquier análisis que se haga de la problemática migratoria cubana pasa inexorablemente por la política de hostilidad del gobierno de los EU”, agregó un editorial de Granma.
Nuland, por su parte, se pronunció con cautela. La portavoz estadunidense manifestó sus dudas de que la eliminación de la “carta blanca” cubana vaya a cambiar las leyes estadounidenses, pero agregó de inmediato que Washington estará atento a la evolución.
“Tenemos que ver cómo afecta el flujo de viajes. Siempre urgimos a las familias cubanas a usar la reunificación familiar legal y otros mecanismos migratorios que ya están en marcha”, recordó.
La Ley de Ajuste cubano y la llamada política de “pies secos, pies mojados” estadounidense permiten obtener automáticamente residencia a los cubanos que pisen suelo norteamericano, aun si no entraron al país de forma legal.
La situación ha causado graves crisis migratorias entre ambos países en el último medio siglo, como la ola de “balseros” de 1994 y el éxodo masivo de Mariel en 1980, cuando Cuba permitió temporalmente que exiliados recogieran a sus familiares en el puerto de ese nombre.
Estados Unidos es el país con la principal colonia del exilio cubano, con millones de personas asentadas sobre todo en Florida. La prohibición de viaje ha impedido a miles de familias verse a menudo durante años, pese a la corta distancia de 90 millas (145 kilómetros) que separa Cuba de las costas de Florida.

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