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Muere un niño enfermo de leucemia en Cancerología tras falta de sangre y donadores

Muere un niño enfermo de leucemia  en Cancerología por falta de sangre

Karla Galarce Sosa

Luis Gustavo Hernández de 12 años murió ayer en el Instituto Estatal de Cancerología (Iecan) luego de una recaída de leucemia que lo mantuvo al borde de la muerte durante más de un mes.
Durante ese tiempo luchó por mantenerse con vida frente al cáncer luego de una recaída, pero no logró sobrevivir debido a la falta de donadores de sangre y plaquetas.
Después de seis horas en coma, Luis Gustavo murió a las 4 de la tarde en la cama 113 del Iecan.
En las paredes de su pequeña habitación, cuyas paredes eran cortinas, había recados de sus familiares que daban ánimo al jovencito.
Tres niños más están en peligro de morir en esa institución porque no hay donadores de sangre o plaquetas, componente insustituible y fundamental para continuar con sus tratamientos.
Todavía ayer al mediodía, la madre de Luis Gustavo, Neili Soriano Harrison explicó que el niño padecía leucemia desde hace un año, dijo que llevaba un mes internado y que su estancia en ese hospital se había prolongado por la falta de donadores.
“Lo urgente para él es suministrarle plaquetas y sangre para sacarlo de donde está porque ya está en coma y le dieron tres convulsiones”, contó Neili Soriano en entrevista efectuada ayer al mediodía.
Comentó que los donadores de su hijo, los cuatro que tenía Gustavo, son amigos de sus hermanas, sin embargo las donaciones fueron insuficientes para salvarle vida. Sus familiares contaron que estaba deprimido.
La garganta de Luis Gustavo era invadida por una sonda por donde le suministraban alimento, no tenía cabello, su color de piel era casi amarillo y estaba sumamente delgado.
“Aurora, dame una pastilla no me quiero morir”, fueron las palabras que expresó Luis Gustavo el jueves por la tarde, según contó una trabajadora del Iecan. Ayer por la mañana entró en coma porque no le han transfundido sangre o plaquetas. No hubo donadores. Los niños que son sometidos a quimioterapias se desangran, informó la oncóloga pediatra, Ana Bertha Rivera Ramírez quien días antes habló sobre la crítica situación por la que atraviesan los pacientes de cáncer ante la falta de cultura de donación.
Desnudo en su cama, Gustavo dejó de hablar ayer mismo antes de entrar en coma. Llevaba un mes internado y no hubo donadores de plaquetas y sangre para él, a pesar de que tenía el tipo de sangre universal, la del tipo O.

Los casos

La pequeña Paola Fiscal Gatica vive una situación similar a la que vivió Luis Gustavo. Ella lleva un mese internada y postrada en la cama con número 112, tiene dos años de edad y también fue diagnosticada con leucemia linfoblástica. Es originaria de Zotoltitlán, municipio de Mártir de Cuilapan, ubicado en la región Centro del estado.
Su madre, Lorena Gatica Álvarez, de 26 años, explicó que los síntomas del cáncer comenzaron en octubre del año pasado con fiebres y dolor e hinchazón en sus pies.
Su padre, Pablo Fiscal Chauteco, quien se dedica al campo ha buscado entre familiares y amigos radicados en Acapulco a los donadores para mantener con vida a su hija. Desafortunadamente no los ha conseguido. Él y Lorena son apoyados por el albergue Amanc pues duermen en ese lugar; aunque han pedido préstamos para comprar sus comidas y pañales para la pequeña.
Al igual que ella, 30 de 90 menores que reciben tratamiento actualmente en el Iecan por diversos tipos de cáncer pueden morir debido a la falta de unidades sanguíneas.
Se informó que el programa federal del Seguro Popular cubre 80 por ciento de los gastos médicos y el resto el instituto, se cuenta con los médicos especialistas, con los equipos y con la infraestructura para salvar la vida de los niños, sin embargo la falta de donadores de sangre y plaquetas los tiene al borde de la muerte.
“Es un sentimiento terrible buscar donadores y que nadie te quiera ayudar”, expresó María Castro Ocampo, madre de la jovencita Valeria Marbán Castro de 16 años.
“No hay nada peor que tener un hijo al borde la muerte”, mencionó Castro Ocampo quien informó que su hija sufre leucemia bifenotípica, es decir, dos tipos de leucemia: linfoblástica y meloide.
Debido a su edad y padecimiento, Valeria no soportaría un tiempo prolongado de quimioterapia, por lo que requiere 30 donadores de sangre en las próximas tres semanas. Su única opción es un trasplante de médula, cuyo costo asciende a un millón y medio de pesos.
“La dificultad es que no hay donadores, hemos buscado incansablemente, apenas llevamos 10 unidades en tres semanas”, dijo y afligida. “Es triste que haya recursos para la curación, pero debido a la falta de donadores los niños mueren”.
Debido a la gravedad del estado de salud de Valeria, quienes la atienden, deben entrar a su habitación cubiertos de pies a cabeza con ropa esterilizada para evitar contaminarla.
El caso de Andrés Castillo Cabrera de 16 años, originario de Quetzalapa, municipio de Azoyú en la región de la Costa Chica, también ha preocupado a los médicos. Con cuatro donadores ha logrado evadir a la muerte al menos en dos ocasiones, pero ayer mismo, sufrió una segunda recaída. Necesita más donadores de sangre y plaquetas tipo B positivo y desde el mes pasado ocupa la cama 114.
La responsable de pediatría oncológica del Iecan, Ana Bertha Ramírez, explicó que actualmente en el hospital son atendidos 90 niños con tratamientos específicos, mientras que otros 233 están en vigilancia, de los cuales la mitad está en riesgo de recaer, y una cuarta parte en peligro de morir, sobre todo los adolescentes, pues requieren mayores unidades sanguíneas.
Destacó hace apenas dos días que “la falta de donadores es una situación muy grave, este es un hospital de concentración y tenemos pacientes de otras regiones del estado y hasta de Oaxaca”.
Explicó que por tratarse de cáncer, se requieren donadores del mismo grupo sanguíneo, lo que complica la situación para los tipos A y B.
El martes pasado, Iecan comenzó una campaña promocional de donación de plaquetas y sangre, aunque son los padres quienes deben luchar contra el tiempo y la falta de conciencia porque es “obligación de los padres llevar a los donadores”.

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