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La Comisión de la Verdad no busca venganza, sólo justicia: González Ruiz

Hugo Pacheco León

Chilpancingo

El presidente de la Comisión de la Verdad para la Investigación de las Violaciones a los Derechos Humanos durante la Guerra Sucia, José Enrique González Ruiz, explicó ayer que la comisión nació desde abajo, impulsada por quienes padecieron en carne propia la represión, de sus familiares y grupos sociales, en una exigencia de verdad y de justicia.
Garantizó que el resultado de las investigaciones llevará a sancionar a los perpetradores de la guerra sucia para que no vuelva a ocurrir nunca más en Guerrero y el país, aunque lamentó que no alcanzaron citar a comparecer al general Mario Arturo Acosta Chaparro –asesinado en abril pasado en una calle de la ciudad de México–, señalado en todos los testimonios de las víctimas como responsable de desapariciones, tortura y asesinato de guerrerenses.
González Ruiz, al intervenir en la presentación del primer informe de seis meses de las actividades de la Comisión de la Verdad, añadió que sus investigaciones no tienen el propósito de buscar venganza, ni de culpabilizar a sectores de la sociedad de lo ocurrido en el periodo de la guerra sucia, pero sí tiene el propósito de buscar justicia.
Por ello explicó que colocaron en su lona de promoción del primer informe, la leyenda “En voz de las víctimas la verdad es justicia”, porque conciben la verdad como el inicio de la búsqueda de la justicia, porque sin ella la verdad no es suficiente.
Destacó que desde el momento mismo que empezó la represión en el estado, como en otros puntos del país, “personeros, funcionarios del estado, rompieron todos los marcos legales, decidieron actuar por fuera de la ley, determinaron por su sola voluntad que podían  actuar sin sujetarse a las normas jurídicas y llevar a cabo lo que caracterizamos como una guerra sucia”.
Exaltó que el Congreso del Estado recogió con sensibilidad estos problemas y aprovechó para hacerle un reconocimiento al ex diputado local, coordinador parlamentario del PRD y presidente de la Comisión de Gobierno, Faustino Soto Ramos, por iniciar los trabajos para que existiera la Comisión de la Verdad.
Enseguida hizo otro reconocimiento al luchador social y ex guerrillero Octaviano Santiago Dionicio, por darle impulso a la creación de la Comisión de la Verdad, y dijo que dedicaba el acto a su memoria y a Angelina Reyes Hernández, ambos fallecidos.
Recordó el fallecimiento de la señora María Inés Cabañas Solís, “que perdió en la guerra sucia a su esposo y sus cuatro hijos, de ese tamaño son las tragedias que consisten el trabajo de esta Comisión de la Vedad”.
Indicó que para realizar sus tareas, la Comisión de la Verdad no cuenta más que con la autoridad moral de sus integrantes, porque no se asumen como un órgano del Estado, no piensan formar parte de los aparatos del Estado, sino que son un instrumento de justicia alternativa, que se conoce como transicional en materia de derechos humanos.
Aunque reconoció que la Comisión de la Verdad tiene un carácter híbrido, porque fue creada una parte por el gobierno del estado, por el Congreso del Estado, pero es impulsada por los ciudadanos, que lo hace ser un primer experimento en México como un órgano de justicia transicional, pues es la primera vez que en el país se forma una Comisión de la Verdad.
Acotó que han existido otros órganos transicionales, como la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, que les hizo pensar podía tener resultados satisfactorios, pero lamentablemente no fue así.
Explicó que los organismos transicionales nacen cuando los instrumentos de justicia del estado no funcionan y en 40 años la justicia no ha funcionado para los casos de las víctimas de la guerra sucia.

Memoria viva

Dijo que la memoria sigue viva, así como la necesidad de saber qué pasó en ese periodo y se quiera la verdad, no la verdad anecdótica, no sólo saber qué acontecimientos ocurrieron, sino por qué ocurrieron, cómo fue que se dieron las condiciones para que la guerra sucia se diera en este estado, qué tipo de organización social y política había entonces.
Además saber qué propicio esos fenómenos, quiénes participaron, quiénes estuvieron del lado de las víctimas, quiénes estuvieron del lado de los perpetradores.
Sobre todo dijo que les interesa abordar y rescatar la memoria de quienes lucharon por sus ideales y fueron satanizados, denostados y puestos en la picota y desprecio público, “queremos hacerlos presentes, darles nombre, ponerles cara, que se sepa quiénes son los desaparecidos o quiénes fueron los ejecutados extrajudicialmente, personas con ideales, que arriesgaron todo lo que tenían por buscar una sociedad mejor, este es el tipo de verdad que nos interesa”, recalcó González Ruiz.
“La verdad va acompañada de justicia, porque hay responsables de esto; los hechos no ocurren simplemente por casualidades o por ocurrencias, los hechos suceden porque alguien decide que sucedan, interviene y actúa para que sucedan; hay responsables en el periodo de la guerra sucia, en las mentes de las víctimas, cuando recibimos sus declaraciones, el dolor vuelve aparecer y los nombres de los perpetradores están ahí, no se han ido de la conciencia social de Guerrero, ni las víctimas, ni los victimarios, y nosotros queremos que eso se haga visible”, puntualizó el presidente de la Comisión de la Verdad.
Agregó que en la comisión quieren que los responsables de la guerra sucia sean sancionados, que debe haber reparación del daño para las víctimas de la guerra sucia, que no es sólo entregarles algunos recursos económicos que luego resultan insuficientes y a veces son hasta burlas; debe haber una reivindicación plena de las causas en que participaron las personas que fueron afectadas.
Indicó que se tiene que conocer en Guerrero y el país y en el mundo entero, por qué esas personas lucharon, cuáles fueron las razones que los movieron a exponer todo para lograr sus ideales.
Los familiares no han encontrado la paz ni la serenidad que se necesita para despedir a los seres queridos cuando se van, muchos de ellos ni siquiera saben si se han ido, porque están en calidad de desaparecidos todavía, y en ese sufrimiento constante y permanente, tienen que encontrar una reparación y una restauración, expresó.
“No sólo queremos la verdad, sino la jurídica, porque queremos castigar a los perpetradores, pero la parte de la verdad histórica será vital para rehacer el tejido social, paa que al reformular la memoria colectiva de Guerrero, estén presentes estos hechos, la guerra sucia, que se sepa qué ocurrió, quiénes participaron, cómo participaron y qué parte de responsabilidad compete a cada uno y e vitar que esto vuelva a ocurrir, este es el trabajo que ofrecemos al pueblo de Guerrero”, dijo.
Destacó que la Comisión de la Verdad, por su carácter ciudadano, requiere de alianzas y por eso acuden a la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, al Congreso local, al gobierno del estado.
La Comisión de la Verdad también la integran la defensora de derechos humanos de la Costa Grande, Hilda Navarrete Gorjón; la abogada María del Pilar Noriega García,el ex rector de la UAG Arquímedes Morales Ca-rranza y el luchador social y ex guerrillero Nicomedes Fuentes García.

Acosta Chaparro, el más señalado

A pregunta de un reportero, González Ruiz lamentó que no lograran llamar a comparecer al general Acosta Chaparro, porque es uno de los represores más mencionado por las víctimas y familiares de víctimas.
Luego indicó que se llamará a comparecer a quienes resulten mencionados en las investigaciones y eso no quiere decir que vayan a perseguir a nadie.
En una intervención el ex guerrillero, actual académico de la UAG y víctima de la guerra sucia, Arturo Miranda, felicitó a la Comisión de la Verdad, pero se dijo escéptico porque le preocupa que se hubiera acotado el periodo de 1969 a 1979 y que si hubo crímenes de lesa humanidad, se van a atrever o no a turnar el caso a los organismos internacionales que les compete actuar en estos casos.
González Ruiz reiteró que el periodo de 1969 a 1979 lo decidió el Congreso local y no los comisionados, y también le dijo que claro que saben el procedimiento para llevar a los organismos internacionales el caso de la guerrea sucia en Guerrero, porque ya hay experiencia en la materia.
Luego intervinieron familiares de las víctimas de desaparecidos, preguntando si la Comisión sería un organismo más, como la fiscalía creada por el ex presidente Vicente Fox, que les pidieron sus testimonios, pero a once años nada se sabe de la investigación.
González Ruiz les explicó que deben tener toda la confianza que en dos años, que es el tiempo de funcionamiento de la Comisión de la Verdad, pondrán todo su esfuerzo y capacidades para presentar resultados y entregarlos al Ministerio Público para que éste proceda.
Por su parte, el académico de la UAG y ex guerrillero, Fernando Pineda Ochoa, destacó la importancia de la Comisión, porque así se evitará que en el siglo XXI se vuelva a repetir la historia de represión, desapariciones forzadas e impunidad.
Luego intervino Rogelio Vargas Pineda, que dijo iba con el permiso de la diputada federal Rosario Merlín y dijo ser ahijado de Octaviano Santiago.
Sólo pidió a la Comisión cuidar a quiénes incorporan a sus trabajos, e hizo alusión a “personajes nefastos”, como el caso de un ex presidente municipal del PRD en Acapulco, a quien acusó de saquear al partido y que hasta la taza del baño se llevó cuando terminó su periodo.
Igual dijo del ex regidor Javier Secundino, que “tomó decisiones anticabildo”, y además pidió a los comisionados dar resultados y no sólo “calentar la silla” y que se quieran llevar seis millones de pesos anuales y no hagan nada.
Lo interrumpió el diputado Salazar Mar-chán para pedirle respeto a los comisionados y que si tenía alguna denuncia que la hiciera ante la Comisión de la Verdad. Y sí, Rogelio Vargas terminó su participación.
Entonces González Ruiz se dijo extrañado por la denuncia contra Martín Hernández, el ex dirigente del PRD aludido, porque dijo que fue una propuesta del propio Octaviano.
A su vez Salazar Marchán intervino para anunciar que, de ser necesario, propondrá una reforma al decreto que crea la Comisión de la Verdad para que amplíe su periodo de investigación y abarque casos como la masacre de El Charco.
También intervino la luchadora social Anita Estrada, para darles un voto de confianza a los comisionados y pedirles que no desistan, que sigan con entusiasmo su trabajo, porque ella espera justicia.
Por su parte el secretario técnico de la Red Guerrerense de Organismos Civiles de Derechos Humanos, Manuel Olivares,  les hizo un reconocimiento por su calidad moral para integrar la Comisión de la Verdad.
Luego destacó que la desigualdad y la pobreza es la causa de que la gente se organice y luche, y por eso mismo dijo que la guerra sucia no ha terminado, persiste, además de que tampoco existe un adecuado marco jurídico, porque sigue habiendo desapariciones, siguen las ejecuciones extrajudiciales y sigue reprimiéndose al movimiento social.
Al final de las intervenciones se rindió un minuto de silencio a la memoria de Octaviano Santiago Dionicio.
Acudió como representante del secretario general del Gobierno, el asesor de esa dependencia Saúl López Sollano.
También asistieron el luchador social e impulsor de la Comisión Eloy Cisneros Guillén y la ex secretaria de la Mujer en el gobierno de Zeferino Torreblanca, Rosa María Gómez Saavedra.

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