Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Transmuta el mexicano Martín Rentería a la violencia acapulqueña en un divertido juego

Redacción

 

 

Con una pieza creada especialmente para Acapulco, el artista de performance Martín Rentería se presentó en el cuarto día de actividades del Festival Internacional de Performance Transmuted, que por primera vez sale del Distrito Federal y se celebra en Acapulco.

“La idea es descentralizar el festival, presentar en otras ciudades de la República performances profesionales e ir promoviendo esta actividad, que además es nuestra pasión; es un arte provocativo, creo que vale mucho la pena”, expresó el también curador de este encuentro internacional de arte-acción.

En cuanto a su acto, se distinguió por un gran esfuerzo físico, ya que tuvo que jalar cuatro bolsas llenas de agua con los brazos, con un peso aproximado de 25 kilos por cada lado, ayudado por unas poleas que estaban entre la estructura metálica que soportaba las luces del lugar.

La de la noche del jueves es una pieza que habla del desapego. Pasó ante el público y mostró un muñeco hecho de tela, lo llevó al centro del salón y lo abrió con una navaja automática, y fue sacando objetos que se relacionan con Acapulco, como collares, gogles y cangrejos de plástico, “quise hacer referencias a Acapulco, con las palabras pintadas en los cuerpos de las modelos, los juguetitos, la arena, utilizando elementos de la región, para que generen una conexión con el mismo lugar”.

A sus lados, tenía a dos chicas en bikini, que estaban cubiertas de papel blanco y en sus cuerpos estaba escrita la palabra Acapulco, además de rifles de agua en las manos. Se disparaban mientras reían, para convertirlo en un juego, “en una acción de desprendimiento de todos estos elementos”, las chicas hermosas, sensuales, provocativas, estaban en una batalla, pero de diversión. “Al final es una pieza positiva, mi idea es transmitir un mensaje completamente positivo”.

Abundó que se trata de una reflexión que tiene que ver con “la tradición maravillosa de este lugar paradisiaco, fantástico, un lugar de diversión, de sensualidad, belleza, relajamiento, pero que al mismo tiempo pasa por un momento fuerte, agresivo, de violencia”.

Por eso, en su trabajo le interesa “hablar de nuestra relación como seres humanos y con nuestro entorno físico, la percepción del espacio, y con ello no me refiero sólo a este salón, la calle, el estado, el país o el mundo entero, sino mucho más allá; el performance para mí se ha convertido en la forma de hacer preguntas filosóficas: quiénes somos, qué estamos haciendo aquí, cuál es nuestra misión. Me ha interesado mucho investigar sobre mecánica cuántica, relatividad, física avanzada, y cómo establecer esos conocimientos científicos dentro de preguntas filosóficas sobre la conciencia”

Martín Rentería expresó que el performance “se ha convertido en una especie de vitrina, de foro, de escaparate para mostrar mis reflexiones; al final, el performance es una actividad de mucha búsqueda, de mucha reflexión personal sobre tus inquietudes más íntimas, sociales, religiosas, filosóficas, etcétera, que se van transformando a través de acciones con las que te comunicas con la gente, pero no de una manera verbal, sino a través de energías, de vivencias y experiencias”.

Regresando al tema de la pieza que presentó, inspirada en Acapulco, dijo que “lo que me interesa, de acuerdo con el concepto que yo tengo, es ir poniendo las piezas en la mesa, creo que esto es como un detonador para que cada quien pueda ir creando su propia historia, y es fantástico escuchar las versiones de los espectadores cuando ven las piezas y lo que a cada quien le puedan hacer sentir”.

En el performance existe una comunicación muy directa de sensaciones, sentimientos y al final de cuentas es una manera de crear una vivencia, una experiencia, “nunca será lo mismo ver fotografías o videos de performance, la única manera de verlo es en vivo, porque es una expresión que transmite emociones, experiencias, sensaciones”.

En sus acciones, va poniendo las piezas y las ensambla de determinada forma, para crear una relación con estas piezas y al final comunicar al espectador una serie de símbolos y elementos para que cree su propia historia, pero atajó: “obviamente tengo un concepto claro de qué es lo que voy a hacer”.

468 ad