Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Moisés Alcaraz Jiménez *

La intrascendencia de la crítica

 

Los expresidentes del Comité Ejecutivo Estatal y del Consejo Estatal del PRD en la entidad realizaron el pasado domingo el llamado Foro de Discusión y Análisis de las Izquierdas y la Sociedad Civil de Guerrero, donde se trataron temas que se han vuelto lugar común en ese partido además de volverse a escuchar frases hechas a manera de autocrítica que de tan reiterativas se han vuelto parte de la cotidianeidad del PRD y motivo principal de su escasa efectividad para subsanar deficiencias.

De tanto volver a lo mismo en ese partido –sin que del señalamiento de las razones del fracaso se pase a la corrección del rumbo– la crítica ha adquirido un tono de exhibición de ineptitudes, o de cinismo, en el peor de los casos.

Se debe reconocer, no obstante, el esfuerzo de los organizadores de este tipo de foros que no por quedarse en lo reiterativo carecen de valor analítico. Sin embargo, es preciso reconocer también que si de esos espacios de discusión no se toman decisiones oportunas para corregir fallas, deficiencias u omisiones, la autocrítica se vuelve un trabajo inútil que no funciona como retroalimentación del sistema para mejorarlo y garantizar su eficacia.

Durante ese foro se puso acento en lo que ahora es el PRD, en sus limitaciones y desorganización, pero no en lo que se debe hacer para llevar el cambio al partido, institucionalizarlo y hacerlo más competitivo y atractivo a la sociedad civil como una real opción de gobierno.

Se dijo lo que ya todos sabemos: el PRD se ha alejado de los movimientos sociales; se ha apartado de los principios que le dieron vida; los dirigentes de sectas se distribuyen arbitrariamente el poder y han llevado al caos al partido; impera la antidemocracia en la elección de candidatos y dirigentes; hay un fuerte déficit de legalidad interna y de estado de derecho.

Les faltó decir que cuando son gobierno han dejado ir las oportunidades de demostrar a la sociedad que saben gobernar con eficacia y honradez; y también reconocer que cuando gobiernan, muchos de sus militantes no tienen diferencias con los adversarios y han terminado por parecerse en inmoralidades a los del PRI y del PAN, sin que hasta ahora se conozca alguna sanción para los perredistas que también han hecho de las arcas públicas un espacio para el asalto. De establecer algún código de ética para llevar ante la justicia partidaria a los corruptos, nadie se acordó.

Decía líneas arriba que con todo y sus defectos, de estos ejercicios de discusión abierta en los partidos algo bueno puede extraerse. Peor sería el autohalago, la autocomplacencia o la total ausencia de crítica ante situaciones que requieren corrección.

Dentro de esa crítica al PRD en Guerrero, como los comités del partido en otros estados y municipios, no deben perder de vista el plano superior, los grandes problemas nacionales, que requieren analizarse; ni perder de ubicación al verdadero adversario que además de estar al interior –que son las deficiencias propias– se encuentra en el exterior y para enfrentarlo los comités estatales son sólo parte de una lucha que debe integrar al partido en su conjunto y a las izquierdas en general en el ámbito nacional.

El adversario natural de las izquierdas en México y en el mundo, lo es el modelo neoliberal sostenido por la derecha, que ha generado el crecimiento imparable de la pobreza en los países bajo su hegemonía.

Otro fuerte adversario de las izquierdas en México son los poderes fácticos que están integrados por el capital criollo y transnacional, a cuyo frente ya no se encuentran las antiguamente llamadas fuerzas vivas, como banqueros, canacintros, concanacos y caparmexos, sino Televisa y TV Azteca.

La izquierda debe tener claro que en los comicios del pasado julio no los derrotó el PRI, sino el duopolio televisivo, que es una verdadera barrera a la democracia en México y principal impedimento para el surgimiento de una cultura cívica y para el sano desarrollo político del país.

Dentro del modelo neoliberal y el estado acotado por los poderes fácticos la izquierda en México no tiene futuro. Contra ellos la lucha de la izquierda ha sido magra, se observa una total impotencia y marcada incapacidad para hacerles frente con posibilidades de éxito.

La izquierda sigue perdida en su desastre interno mientras la derecha avanza y consolida su proyecto depredador, continúa desmantelando impunemente al estado, fortalece su hegemonía política en todos los espacios y domina sin adversario al frente.

Las izquierdas siguen golpeándose más entre ellas que con el adversario, extraviando el rumbo. Son tiempos de desolación para las fuerzas del progreso. Para el bienestar social se observa un panorama nublado en tanto que, como dice Saramago, las derechas en el planeta siguen construyendo un mundo sólo para los ricos.

 

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*El autor es director estatal de Gobernación

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