Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Pérez Aguirre

Decisiones erradas

De nueva cuenta se enseñorea la violencia en las calles y plazas del estado de Guerrero. Pero esta violencia no solo está protagonizada por la famosa “guerra contra la delincuencia” porque si bien es cierto que la mayor contribución a la inestabilidad y el temor ciudadano lo genera la delincuencia, también el gobierno estatal pone una buena parte de esta.
Solamente observemos que de nueva cuenta se empieza a inconformar el magisterio –de todas las tendencias– por los hechos que los afecta en su vivencia, trabajo y entorno, como son las amenazas, agresiones e incluso casos de secuestro. Ya con anterioridad este sector se había manifestado en Acapulco demandando paz, pero la respuesta gubernamental fue de soslayo y agresión.
Esperamos que ante sus demandas de seguridad, no se les agreda de nueva cuenta con la policía, esperamos que como resultado de la inconformidad de la población y las secuelas aun pendientes de juicio a los altos niveles del gobierno estatal por los asesinatos y abusos que este gobierno cometió contra los estudiantes de Ayotzinapa, ahora tenga sensibilidad echando a un lado la arrogancia y la sinrazón y atiendan con prontitud las demandas magisteriales que son de toda la población. No obstante lo anterior se envía una señal que resulta preocupante, los guaruras del gobernante agreden sin ninguna razón.
Todo este escenario realmente resulta poco congruente con los principios de un partido que debería por principio estar siempre atento a las demandas de la población, pero ahora tiene que cargar con la insensibilidad y arcaicas maneras de actuar de una serie de personajes impresentables ahora como de izquierda, incluido el gobernador, quienes se destacaron en sus puestos burocráticos como represores consumados. Habrá que pedirles cuentas a los Chuchos dirigentes del PRD quienes en su momento, guiados mas por un pragmatismo de conveniencia que por una ruta de mejoría y de identificación de la izquierda, optaron por sus ya famosas alianzas, que engendraron en Puebla y Sinaloa un par de gobernantes que nada tienen de demócratas y en Guerrero un gobernante que tiene serios problemas de continuidad por su actitud represora, ambiciosa de totalizar el poder por la vía familiar y con serios problemas en el manejo de recursos.
Esas decisiones de la dirigencia –se comenta en los círculos de dirección de los partidos de la Alianza–, fueron erradas.

[email protected]

468 ad