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Impiden ambientalistas a ejidatarios de Chichihualco seguir con la tala de árboles

Zacarías Cervantes

 

Chilpancingo

 

Los ejidatarios de Chichihualco, cabecera de Leonardo Bravo, reiniciaron la explotación de los bosques en la parte alta por lo que integrantes del grupo ambientalista Protegiendo al Planeta volvieron a impedir que se siga con la explotación forestal hasta que se cumplan con las normas ambientales.

Los ejidatarios cortaban los árboles en las zonas conocidas como Ojo de Agua y El Faisán que se encuentran distantes de Agua de las Tablas, en donde en junio tenían un programa de manejo forestal que les autorizó la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Los ecologistas de Chichihualco denunciaron que desde hace algunos días habitantes de comunidades vecinas a Ojo de Agua y El Faisán les avisaron que los ejidatarios tenían la intención de explotar la madera de la zona.

Fue hasta ayer por la mañana cuando un grupo de 10 ambientalistas, acompañados por el regidor de Ecología Anibal Jacobo Nieto y policías municipales subieron a la zona y encontraron a los trabajadores de una empresa privada que con la autorización de los ejidatarios cortaban árboles.

Los integrantes de la comisión que subió a confirmar el corte de la madera solicitó refuerzos y a las 2 de la tarde se trasladó a la sierra otro grupo de 60 personas para impedir que se sigan cortando árboles.

“Nos avisaron que los compañeros que se fueron por la mañana, tienen retenidos a camiones en los que se están sacando los trozos”, dijo uno de los ambientalistas vía telefónica, además responsabilizó al presidente del Comisariado Ejidal, Faustino Visoso Duque y al secretario, Alfonso Duque Marino, “ellos son los interesados en la venta de la madera”, dijo el ambientalista.

Comentó que desconocen la cantidad de árboles que han cortado y la extensión que llevan puesto que apenas ayer acudieron para constatar la denuncia de los habitantes de las comunidades, pero que el acuerdo que tomaron fue suspender los trabajos como lo hicieron en el mes de junio en el punto conocido como Agua de las Tablas.

El 24 de septiembre el grupo ambientalista, encabezado por Tomás Chávez Ortiz, recibió del secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren) del gobierno del estado, Carlos Toledo Manzur, el premio al mérito civil Nicolás Bravo Rueda 2012, “por su labor en la protección y fomento a la cultura ambiental en Leonardo Bravo”.

Recibieron la medalla el presidente de la Organización, Protegiendo al Planeta, Tomás Chávez Ortiz, así como Jesús Alarcón Alarcón, Margarita García Adame y Jesús Santos de la Cruz.

Los galardonados también impidieron en junio que los mismos ejidatarios de la cabecera municipal explotaran los bosques en la zona conocida como Agua de las Tablas y retuvieron seis camiones cargados de madera en rollo, así como cientos de trozos que quedaron regados por el cerro, una máquina para abrir brechas y dos grúas.

Durante varios días el grupo de ecologistas libraron una lucha en contra de los ejidatarios quienes contaban con un permiso que les otorgó la delegación de la secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Amparados en ese documento, los ejidatarios habían comenzado a explotar los bosques en el punto conocido como Agua de las Tablas, uno de los pulmones de ese municipio y en donde se encuentran los mantos freáticos que alimentan de agua a la cabecera municipal.

Los ecologistas encabezados por Tomás Chávez denunciaron que los ejidatarios estaban permitiendo que una empresa privada aprovechara el bosque pero incumplían con las normas ambientales, y que con el programa de aprovechamiento forestal cortaban árboles que no estaban marcados por el técnico forestal, asimismo estaban derribando los palos en la zona donde se encontraban los manantiales y no se estaba protegiendo la flora que está en torno a los árboles.

Debido a ello impidieron que siguiera el corte de los árboles y retuvieron seis camiones cargados con madera en rollo, una máquina para abrir las brechas y dos grúas para cargar los camiones. También impidieron que sacaran cientos de trozos que quedaron esparcidos por el cerro.

 

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