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Concluyen científicos que varias estrellas no son satélites sino que se han sumado a la Vía Láctea

Diana Saavedra / Agencia Reforma

Ciudad de México

Muchos son los misterios que aún guarda nuestro cosmos, pues imágenes estudiadas con telescopios como el Hubble, Kepler y Spitzer han revelado cómo estrellas que actualmente se encuentran en nuestra Vía Láctea no pertenecen a ella.
Francisco Mandujano, de la Sociedad Astronómica Nibiru, explicó que objetos como las Nubes de Magallanes orbitaban alrededor de la Vía Láctea, algo que fuera desmentido por la hindú Nitya Kallivayalil, investigadora de la Universidad de Yale.
“Se creían que éstas eran satélites de nuestra galaxia y que andaban dando vueltas alrededor de ella, hasta que Nitya Kallivayalil hizo estudios de radio de la zona entre las dos galaxias y encontró que había más materia esparcida”, comentó en el Auditorio Paris Pishmish del Instituto de Astronomía de la UNAM.
“Tal parece que no giran alrededor de nuestra galaxia, sino que son recién llegadas a la cercanía de ella y ha habido choques de materia que han dado lugar a la formación de nuevas estrellas”.
Dicho trabajo ha sido confirmado por otros astrónomos que han revisado la interacción entre la Gran Nube de Magallanes y la Pequeña Nube de Magallanes respecto a la Vía Láctea.
“Han podido calcular el movimiento que han tenido a lo largo de miles de millones de años”, consideró Mandujano.
Los astrónomos consideran ahora que además de las Magallanes, existe una gran cantidad de estrellas que han sido engullidas lentamente por la Vía Láctea, la cual por su tamaño atrae a pequeños objetos, en comparación con ella, que terminan por incorporarse a la galaxia que hospeda a la Tierra.
Aunque el proceso de alimentación de nuestra galaxia es muy lento, en comparación con lo que dura la vida humana, los estudios en objetos cercanos como Andrómeda, han permitido dilucidar cuál es el comportamiento de ciertos como la galaxia donde vivimos.
Mandujano recordó que de los objetos que se espera se incorporen pronto, en términos astronómicos, a la Vía Láctea se sabe que Andrómeda podría ser engullida en 4 mil 500 millones de años.
Para dar una idea de la distancia actual entre ambos objetos, Mandujano sugirió pensar en una maqueta donde Mercurio esté a 4 centímetros del Sol, la Tierra a 10 centímetros, Plutón a  5 metros, Próxima Centauri a 30 kilómetros, el Centro de la Galaxia a 200 mil kilómetros, y Andrómeda a 21 millones de kilómetros, es decir, más de 70 veces la distancia entre la Luna y la Tierra.

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