Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza

Ley de periodistas

El autoengaño sube la
autoestima: Anónimo

El clima de inseguridad se ha agravado en todo el país durante los últimos años, los crímenes de la delincuencia organizada, especialmente aquellos que utilizan métodos violentos han focalizado sus ataques contra grupos rivales y en zonas específicas.
Ante esta situación ningún ciudadano puede sentirse plenamente libre de las amenazas que se esparcen en todo el territorio nacional y que permanecen impunes, lo que se traduce en un sentir generalizado de temor y autocensura que está ya impactando de manera evidente y funcional en nuestra democracia, pilar fundamental del estado de derecho.
El estado de Guerrero no es la excepción a esta situación, los operativos como Guerrero Seguro muestran un evidente entorno de preocupación en torno a la materia no sólo por parte de las autoridades, sino en la propia sociedad.
En el caso del sector de los periodistas, estoy convencido de que por su rol especial en el ejercicio de uno de los principios de la vida democrática, el de la libertad de expresión, o el de hacer público lo público, proveer información a la sociedad para que ejerza su derecho a libertad de expresión de sus ideas, deben contar con una ley que los proteja y asegure el pleno desempeño de su actividad profesional, en el entendido que su misión coadyuva en el ejercicio democratizador de la vida nacional.
Guerrero ocupa desde hace muchos años los primeros lugares en agresiones a la actividad del periodismo, esta casa editorial ha sido agredida, su director mismo, y otros excelentes periodistas han sido asesinados sin que se repare que con esto se está, además de afectar la vida de las personas, se golpea a la misma democracia.
Al pronunciarse respecto a la libertad de expresión, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos protege la emisión, difusión, búsqueda y recepción de información e ideas, es decir, protege tanto al que habla o escribe, como al que difunde; tanto al que busca la información, el periodista por ejemplo, como al que la recibe, el público.
Dicha protección de la expresión deriva de dos derechos principales: el libre desarrollo de la personalidad y la libertad para la deliberación pública de los asuntos públicos, que son los fines de la libertad de expresión.
Se entiende entonces que las salvaguardas especiales que contiene la ley para la libertad de expresión se justifican por su vínculo con la democracia, pues la deliberación política es uno de sus alimentos por lo que se debe proteger.
De aquí que los periodistas requieran de especial protección, y los medios, en tanto empresas y consorcios, deben coadyuvar con esta vocación democrática, en el entendido de que lo que nuestro orden jurídico protege es la expresión, y debe avanzarse en la protección de quienes se dedican profesionalmente a la expresión.
Por ello, en la pasada Primera Asamblea Plenaria de la Conferencia Permanente de Congresos Locales a la que asistimos en Boca del Río en Veracruz, se creó una comisión para promover en todos los estados legislar para proteger la actividad de los periodistas y de los medios de comunicación.
Aquí en Guerrero vamos a empujar a la creación de una ley que no sólo institucionalice en bienestar y los apoyos a los periodistas como es con la Ley para el Bienestar Integral de los Periodistas en el Estado de Guerrero, sino que proteja su actividad y su seguridad como profesionistas del ejercicio de uno de los derechos humanos fundamentales y alimento de los sistemas democráticos como es el de la libertad de expresión.
Sin periodistas y medios suficientemente libres y democráticamente comprometidos, la libertad de expresión se ve limitada, por lo que protegerlos resulta fundamental para un régimen cabalmente democrático, en tanto que los medios se convierten en garantes del derecho al acceso a la información de la población en general, en un actor que incentiva la rendición de cuentas dentro de un gobierno democrático. La libertad de expresión se extiende a las opiniones expuestas en los medios de comunicación, así como a la información que en ellos se propague, sin embargo, en contraposición, el Estado ha fallado en garantizar la protección de los individuos al momento de ejercer su libertad de expresión, sea como productores o sea como consumidores de ideas, opiniones o expresiones habladas o escritas, a través de los medios de comunicación o de manera directa por parte de los periodistas como portadores de información de interés social.
Esta situación se traduce en un obstáculo para el libre ejercicio de los derechos o en un alto costo sobre la seguridad de quienes deciden hacerlo, lo que se traduce en la inhibición de un ejercicio real de la libertad de expresión y con ello de la existencia misma de la democracia.
Cuando en un Estado no existe la capacidad de proteger efectivamente el derecho de libertad de expresión, que en ocasiones es notoriamente violentado en el ejercicio del periodismo, también se vulnera el derecho de las personas al libre acceso a la información y al mismo tiempo la democracia.
Si no se logra garantizar que el ejercicio de la libertad de expresión esté libre de violencia, especialmente para quienes comunican información y transmiten opiniones como parte de su labor profesional, la información a la que la población en general tendrá acceso, estará viciada o incompleta.
Por ello es imposible alcanzar una democracia plena o por lo menos su desarrollo si no se logra que las opiniones sean transmitidas y recibidas en un ambiente de pluralidad y tolerancia, por ello es necesario que el estado proteja a los responsables de difundir la información a través de la cual la población crea su propia opinión, decide y opina sobre los asuntos de interés público, que es en esencia el ejercicio de la democracia.
La necesidad de procurar una protección especial a los periodistas y comunicadores radica no en que se constituyan en el cuarto poder, o en enjuiciadores de los actores públicos, sino en que la información que transmiten es un insumo clave para la democracia.
Vuela vuela palomita: Y ve y dile a quien quiera escucharte perfecto, que cuando hay una marcha en las calles es porque alguna institución está fallando, pero que la gente tome las armas para defenderse es porque lo que está fallando es el régimen completo.

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