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Rompen el temor los jóvenes acapulqueños y acuden entusiastas al Corona Music Fest

Abraham Chavelas

La catarsis es la liberación de emociones, la purificación de la mente y cuerpo; catarsis fue lo que experimentaron más de 15 mil  jóvenes que asistieron la tarde del sábado pasado al Corona Music Fest en el jardín sur del Centro de Convenciones de Acapulco, catarsis a través la música y la energía detonada en el slam.
“Estoy muy emocionada, mi mamá no me quería dejar venir por todo lo que está pasando pero al final la convencí”, menciona Lizbeth, una chica de 19 años de la colonia Emiliano Zapata. “Ya no queremos estar encerrados, vamos a salir de nuestras casas aunque no quieran”, anexa su compañero mientras en el escenario se escuchan los primeros redobles de batería a cargo de Los Daniels, la banda encargada de iniciar la fiesta, el público los recibe con euforia y baile.
Los Daniels son una de las bandas noveles más trascendentes de la escena mexicana, y han logrado conquistar la empatía del público acapulqueño en sus diversas visitas al puerto. “Ismael márcame 044 744…” se lee en un  letrero que una de las chicas del público muestra al vocalista de la banda, Ismael Salcedo. Los jóvenes están felices.
“Tenemos una gran responsabilidad en llevar un mensaje positivo al público, es nuestra aportación para contrarrestar todo lo que está ocurriendo en el país”, mencionó Priscila de Quiero Club al preguntarles en conferencia de prensa sobre su posición como músicos ante la ola de violencia que azota a nuestra nación.
La banda de Monterrey ha participado en varias ediciones del Vive Latino, fueron los encargados de abrir el concierto de Depeche Mode en su pasada visita a nuestro país; es uno de esos grupos que te atrapan o simplemente no les entiendes. El público acapulqueño no los entendió.
Mensajes de textos emitidos por los asistentes se proyectaban en las pantallas del lugar, “#lomejordelcmf es que la banda de Acapulco demuestra lo que es convivir con buena vibra”, “y la arrolladora a que horas va a salir?#lomejordelcmfjajaja”.La gente sonríe al leerlos.
“Basta de violencia” grita Castillo, vocalista de Jumbo, e inician su presentación con Alto al fuego, canción alusiva a la situación actual de México.
Los regiomontanos hicieron brincar a los jóvenes y no tan jóvenes con clásicos de su carrera musical como Siento que y Fotografía, el rock regresó al jardín sur, brincos, empujones, festejo.
Desde aquellas legendarias presentaciones de Soda Stéreo en sus inicios, Caifanes o Héroes del Silencio en la terraza del Disco Beach cuando aún no eran tan famosos; el puerto –a pesar de no ser una plaza roquera de gran arraigo y no contar con un amplio sector del público abierto a descubrir nuevas propuestas musicales más allá de lo que los medios masivos le brindan– ha sido el lugar soñado para venir a vacacionar y palomear de muchos rockeros. Enlistar a todos los que alguna vez formaron parte del elenco del Festival Acapulco o algunos otros festivales radiofónicos sería una tarea rebuscada, pero vale la pena nombrar memorables actuaciones de proyectos como Azul Violeta, Café Tacuba, Los Amigos Invisibles, El Tri, Pastilla, Illya Kuryaki, Aterciopelados, La Barranca, Naranja Mecánica, Crista Galli, Las Víctimas del Doctor Cerebro, Kinky, Plastilina Mosh, Julieta Venegas, Los Fabulosos Cadillacs, Panteón Rococó, Jaguares, Zurdok, La Gusana Ciega, Carlos Santana, Cerati y Bunbury.
Esta vez –en Acapulco– el rock tiene un sabor diferente, un significado distinto, más allá de echar desmadre, ha sido necesario, se ha convertido en un medio para sanar heridas, para transmitir un mensaje de paz, para purificar energías. Justamente el año pasado el Corona Music Fest descartó al puerto de la gira por la crítica situación en la que nos encontramos, al enterarse de ello el público manifestó su tristeza, hoy las cosas son distintas, el público celebra cada beat, cada acorde de guitarra, cada “Viva Acapulco cabrones”, agradece la realización del festival, se siente la felicidad.
Sussie 4 provoca el baile masivo, intensidad  tropical a su máxima expresión, poniendo el calor en el escenario.
On time, Sunday y su particular versión de Piel canela de las más ovacionadas.
No hay más que decir al respecto, un gran carnaval sonoro.
“Ya quiero ver a Fobia” expresa Angélica, adolescente empapada en sudor… llega Fobia.
El puerto recibe a una nueva Fobia, en su primer presentación con nuevos integrantes; Cha, Jay de la Cueva e Iñaki decidieron darle prioridad a Moderatto y se integran Federico Fong (La Barranca), Mauricio Clavería (La Ley, Los Concorde), y Darío González (Chetes) para emprender una nueva etapa de la agrupación defeña, quienes están por grabar un nuevo material discográfico en los próximos meses.
“Fobia está con Acapulco, sabemos lo mucho que han sufrido, pero estamos aquí para hacer una revolución sin manos, los queremos”, arenga Leonardo de Lozanne, el público responde con la entrega total.
A pesar de que el slam se intensifica el público aun reserva algo de energía para el cierre de la noche.
“Otro pinchi gobierno de mierda” grita Molotov, la banda se prende, Chinga tu madre, Quítate que ma’sturbas, Frijolero, fueron piezas clave para lograr el baile colectivo, la purga de sentimientos encontrados entre el reclamo popular y la celebración del momento, el clamor de una juventud inconforme con los tiempos que le tocan vivir.
Puto gritan todos, GimmethaPower el clímax.
La bomba Molotov estalla.“The party was plenty full of narcos was plenty full of grass shit and plenty full of guarros. Todos en coches brindados,totototodos tomados y todos bien armados…” Catarsis.

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