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Representan Don Juan Tenorio en el panteón de San Francisco a pesar de trabas

Redacción

 

Ni la lluvia ni las trabas burocráticas impidieron la presentación de la primera parte de la obra de teatro Don Juan Tenorio en el panteón de San Francisco.

Los problemas para montar el clásico de José Zorrilla comenzaron desde temprano, comentó el director de la obra, Salvador Solís, de la compañía de teatro Acatl, cuando llegó el elenco y equipo técnico al lugar.

La encargada, de principio, les impidió la entrada, incluso, “corrían rumores de que nos querían suspender la obra; la teníamos programada a las 7 de la noche, llegamos desde las 4 de la tarde, pero no nos querían dejar pasar; la señora (encargada del panteón) nos dijo que tenía órdenes de un funcionario (respecto) a que iba a haber una misa y que la obra no se podía poner, y que a las 6 ella cerraba el panteón”.

Los teatristas insistieron e incluso ofrecieron adelantar la hora de la obra, “en eso llegó Arturo Zúñiga (cronista de los Barrios Históricos del puerto), que fue quien nos invitó” e intercedió, pero la encargada seguía en su postura.

Después llegó un policía, aduciendo: “dice la señora que no pueden pasar”, a lo contestaron: “ya hay autorización, hay invitados funcionarios. Apareció providencialmente Beto El Delfín Fares, que es fan de Don Juan Tenorio y siempre viene a vernos; él conoce a los funcionarios, le llamó a alguien y le pasaron el teléfono a la señora para que se pusiera la obra”.

Sobre estas dificultades, expresó que son las que tenemos los creadores acapulqueños, pero también falta formación cultural, desarrollo cultural, pero entre todos, poco a poco, podemos obtener lo que nos falta, lo que nos falla”.

En cuanto al montaje, lamentó que no haya condiciones ideales para la puesta de la obra, “no tenemos sillas para el público, los reflectores se pusieron hoy; el año pasado alumbramos con veladoras y con antorchas; no tenemos sonido, tuvimos que hacerlo como en el siglo XVI, sin nada eléctrico, pero la obra se presta para ello”.

Abundó que con ésta “llevamos 128 funciones empezamos en el año 2000”, e invitó al público a ver esta obra el domingo 4 y lunes 5 de noviembre, en el Centro Cultural Acapulco. La entrada es gratuita.

Al terminar la obra, el recién nombrado director de Cultura del Ayuntamiento, Gabriel Brito, aceptó que “hacer cultura, hacer teatro o cualquier arte, implica saltar dificultades” como las de la noche del jueves, y ponderó el esfuerzo de la compañía Acatl por llevar Don Juan Tenorio a terrenos que no son usuales para el arte escénico.

Ante las miradas insistentes de tres policías, los actores pidieron al público salir del cementerio.

 

Entre tumbas

 

Con la noche refrescada por una ligera lluvia, ante unos 40 espectadores vivos y aproximadamente 10 mil muertos, la compañía Acatl presentó Don Juan Tenorio en el panteón municipal.

Los actores aprovecharon espacios entre las tumbas para desarrollar las escenas, usando las lápidas como parte de la decoración. Las lápidas también fueron usadas como asientos.

Uno de los momentos más recordados fue cuando el personaje de Don Juan, interpretado por Salvador Solís, le recita a Doña Inés, personificada por Ámbar Orozco: “Reposa aquí, y un momento/olvida de tu convento/la triste cárcel sombría. /¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,/que en esta apartada orilla/más pura la luna brilla/y se respira mejor?”.

Luego de matar al Comendador y a Don Luis, Don Juan sale de escena y el público, escaso pero participativo, aplaudió por minutos.

Los muertos también aplaudieron, sin duda, sentados en sus tumbas.

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