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Ofrecen niños mano de obra en el Día de Muertos en los panteones de Zihuatanejo

Brenda Escobar

 

Zihuatanejo

 

En Zihuatanejo, la temporada de Muertos representa una oportunidad de conseguir ingreso económico para niños y adultos que ofrecen su mano de obra y servicios en los principales panteones.

Desde tres días antes, menores de edad de las colonias cercanas a los panteones Agua de Correa y Los Loros se arriman a los camposantos para ofrecer sus servicios de acarreo de agua a los deudos que van a visitar cada año las tumbas de sus familiares fallecidos.

Así, se puede observar a pequeños y adolescentes –la mayoría descalzos-, que cargan con cubetas con agua desde la entrada del panteón hasta donde esté la tumba.

Para Moisés Jacinto, de nueve años de edad y vecino de la colonia La Laja, este año no estuvo bueno, pues ya para el filo del mediodía apenas llevaba 75 pesos, “es que ahora vinieron más niños que el año pasado”, justifica, al tiempo que expresa su confianza en que “a lo mejor en la tardecita viene más gente”.

Como Jacinto, otros adolescentes y personas adultas también ofrecían sus servicios como limpiadores y resanadores de tumbas, “nomás por lavarla cobramos 20 pesos y ya si el servicio es completo de darle una pintadita con cal y pintar las letras de la cruz, son 100 pesos”, comentó Alberto Sanjuan, de 28 años de edad y quien desde que tenía ocho, acude a trabajar al panteón de Agua de Correa desde la víspera de los días de Muertos.

Para los grupos de música norteña, este año tampoco fue bueno, pues mientras unos cobran a 70 pesos una canción, “otros compañeros la cantan hasta en 40 pesos, pero no tan bonito como nosotros”, comentó el integrante de un grupo norteño mientras esperaban clientes en la entrada del panteón de Agua de Correa.

Las flores, principalmente de cempasúchitl son las más llevadas por los deudos a las tumbas de los difuntos y una vez al año, los panteones lucen alegres pues llegan los vivos a convivir con sus muertos, quienes incluso llevan ofrendas que colocan en los sepulcros de los alimentos que gustaban en vida a los fallecidos.

Afuera de los panteones, los vendedores de flores, veladoras, coronas y alimentos, convidan a los recién llegados para que les compren sus productos; un ramo de cempasúchitl o de mano de léon, van de 20 a 30 pesos, según se deje el cliente, adentro, mujeres y niños ofrecen tortas a 15 pesos y agua fresca en bolsas de plástico a siete pesos, “los vivos también comen, patrona”.

En el panteón Los Loros, ubicado a un costado del bulevar Aeropuerto-Zihuatanejo, la estampa es la misma, cientos de visitantes se aglutinan para entrar o salir del camposanto y los agentes de Tránsito se afanan para hacer más fluida la circulación vehicular, según sus estimaciones, unas cuatro mil 500 personas visitaron ayer viernes ambos panteones durante todo el día.

Adentro, debajo de un gran árbol de parota, una familia llevó sillas y alimentos para pasar ahí la mayor parte del día acompañando la tumba de su familiar fallecido, “queremos que nos vea aquí con ella, hoy que le dan permiso de venir de nuevo a la tierra”, más adelante, una mujer abraza a un menor que llora desconsoladamente ante la tumba de su madre y al tiempo que lo consuela, se esfuerza por no llorar también, “ella te cuida desde el cielo, no llores, no llores”.

En Zihuatanejo, es tradicional que en estas fechas, los jóvenes de la comunidad El Coacoyul, ubicada en la zona costera oriente, a unos 10 kilómetros de Zihuatanejo, se organizan para interpretar la danza del Cortés, que representa un enfrentamiento entre Hernán Cortés y los primeros pobladores mexicanos en la época de la Conquista.

En esta danza participan los personajes de Hernán Cortés en un caballo de madera, quien con una espada o vara del mismo material y al ritmo que tocan otros muchachos con latas y palos, azota a los jóvenes que representan a los indígenas y que le son llevados por otro joven vestido de mujer que hace el papel de La Malinche y aunque enfrentan a Cortés, resultan azotados fuertemente.

Los danzantes empiezan en su comunidad desde el 1º de noviembre y el siguiente día recorren las principales calles y avenidas del puerto, por lo que cada año son esperados los vecinos de la ciudad.

Ayer, uno de estos grupos de jóvenes representó la danza del Cortés ante varias tumbas del panteón Los Loros, “aquí están enterrados muchos amigos nuestros que cada año participaban con nosotros en la danza y ya murieron, por eso quisimos venir a danzarles”, dijo uno de los participantes.

De acuerdo al coordinador municipal de Seguridad Pública, Pedro Salinas Solache, el saldo de estos días de Muertos en los panteones fue blanco, “afortunadamente no hubo incidentes qué lamentar”, manifestó el funcionario.

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