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Muere el cantautor argentino Leonardo Favio, figura de la canción en español

Staff / Agencia Reforma

Ciudad de México

Tras varios meses de luchar contra diferentes enfermedades, Leonardo Favio perdió la batalla y falleció este lunes, reportó el diario argentino La Nación.
El cantautor argentino de 74 años estuvo hospitalizado en mayo pasado, y una semana después dejó el nosocomio, pero regresó en septiembre por una neumonía.
La salud del intérprete se mantuvo en el más completo hermetismo.
Tres años le bastaron a Leonardo Favio para convertirse en una de las mayores figuras de la canción en español, y desde entonces nadie lo olvidó. Entre 1969 y 1971 el cantante y compositor conquistó a los públicos de España y Latinoamérica con canciones que ya son clásicas, como Ella ya me olvidó, O quizás simplemente le regale una rosa, Ding, dong, las cosas del amor o Fuiste mía un verano.
Leonardo Favio no era cantante ni deseaba serlo. Su historia comenzó como director de cine, terreno en el cual fue considerado uno de los más importantes cineastas argentinos.
Su filmografía incluye títulos como Gatica, el mono (1993), ganadora del Goya a Mejor Cinta Extranjera, Juan Moreira (1972) y Nazareno Cruz y el lobo (1974). Películas de las que los críticos celebran su emotividad directa y su retrato sin artificios de personajes populares. Su cinta Perón, sinfonía de un sentimiento es un documental de seis horas que repasa la figura de Juan Domingo Perón. También destacó con Crónica de un niño solo (1965) y El romance del Aniceto y la Francisca (1967), consideradas como las mejores de la historia del cine argentino en varias encuestas entre especialistas.
Cuando en 1969 la falta de fondos lo obligó a interrumpir el rodaje de la que era su tercera película, El Dependiente, Favio aceptó la invitación para cantar con su guitarra en un café llamado La Botica del Ángel. En sólo un mes fue contratado por una disquera, y a los tres meses sus canciones, que él definía como “simples” y que no tenían nada qué ver con sus películas, se volvieron himnos de una juventud que lo hizo ídolo en todo el continente.
“Cuando empezaron las giras no podía creerlo. Sabía que mis discos se vendían en Argentina, pero no me imaginé que afuera llenaría estadios y auditorios. Primero fue el Festival de Viña del Mar, en Chile, y luego fuimos subiendo por los países hasta llegar a México y luego España”, dijo en una entrevista hace unos años a Reforma.
En esa época hizo su primera visita a México, donde trabajó en un local de los hermanos Castro.
Aguantó tres años. En 1971, cuando estaba en España, dijo basta, y aunque siguió componiendo y vinculado a la música, abandonó los escenarios para volver al cine. En 1976 filmó la película Soñar, soñar, con el boxeador Carlos Monzón, y ese mismo año debió ir al exilio luego del golpe militar. Vivió en México como refugiado.

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