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Quitan los retenes en Olinalá; inicia patrullaje en 6 municipios

Sergio Ferrer

Olinalá

El Consejo Ciudadano de Olinalá y el alcalde de dicho municipio, Eusebio González Rodríguez comunicaron a pobladores que hoy miércoles se reanudan las actividades escolares, se concreta la disolución de los retenes y se confirma la presencia de corporaciones militares de manera indefinida en la cabecera municipal.
Se trata de 60 efectivos del Ejército y 46 de la Secretaría de Marina que estarán de manera indefinida, en el caso de los efectivos de la Marina también cubrirán municipios de La Cañada.
Por la tarde del martes, el alcalde y ciudadanos del Consejo de Olinalá, informaron a los pobladores que se acordó retirar los retenes. Por su parte el presidente municipal anunció la posible visita hoy del gobernador a la cabecera municipal.
Al acudir habitantes al estacionamiento del Ayuntamiento, la subsecretaria de Asuntos Políticos Rossana Mora Patiño, que arribó en avioneta a La Cañada, propuso la celebración de tres reuniones siendo una de carácter cerrado.
Los ciudadanos conminaron al alcalde a trabajar por la población mientras que habitantes señalaron su postura de mantener la idea de la creación de una policía comunitaria y la petición al gobierno estatal de un fiscal especializado para que tome las denuncias que puedan generarse luego de la violencia que desató el crimen organizado en dicho municipio.
En la reunión con alrededor de 30 habitantes, se presentó al teniente de corbeta de Infantería de Marina Salvio Molina Chegue, y al teniente coronel Raúl Galindo del 93 Batallón con sede en Tlapa quienes estarán al mando de las operaciones que se realicen bajo el programa Guerrero Seguro en Olinalá, primer municipio de La Montaña que se incluye en este.
En cuanto a la situación de la depuración y certificación de la Policía Preventiva Municipal, la subsecretaria de Asuntos Políticos, Rossana Mora Patiño ratificó que se efectuará prontamente y sobre casetas de revisión en las entradas de la cabecera reiteró que no necesariamente tendrían que construirse de manera simultánea ni en los seis puntos, porque no era viable sitiar el pueblo, por lo que podrían establecerse con base en un estudio de la Secretaría de Seguridad Pública estatal.
Mora Patiño reiteró que se reiniciarán las clases, así como el retiro de los retenes para que no obstruyan el trabajo de las fuerzas armadas, acordó que no habrá investigación de las armas que se tuvieron en los retenes al ser producto de un reclamo social.
En la reunión primigenia, ciudadanos pidieron  la investigación exhaustiva de la Policía Municipal y su comandante, asimismo que se revise por qué fueron soltados presuntos delincuentes. Otro habitante solicitó capacitación y consejos a los ciudadanos sobre como actuar ante alguna situación de riesgo, tanto en las casas como en las escuelas y sugirió darles técnicas de que hacer si ven un incidente.
Otro ciudadano cuestionó a la funcionaria sobre el respeto a la creación de una policía comunitaria en el pueblo porque les recordó “que las autoridades habían sido rebasadas”.

La Policía Comunitaria dependerá de la municipal dice el gobierno estatal

Mora Patiño contestaría en actitud férrea que la CRAC Policía Comunitaria con sede en San Luis Acatlán se regía bajo usos y costumbres, por lo que el estado la respetaba, pero que entraría en el marco regulatorio de la nueva constitución de Guerrero a fin de que se le validaran “algunos” derechos y dependa de la policía municipal y agregó que no era una cosa simple de hacer.
Después arremetió contra los “teléfonos descompuestos”, en referencia a la prensa aunque no dijo nombres ni medios, señaló que a veces no entendían la duda o no comprendían lo que se dijo, por eso se volvían teléfono descompuesto y solicitó una comunicación directa a través de los representantes del pueblo y el gobierno y no por otras vías de manera indirecta como la prensa escrita.
De este punto no se concretó que diera más detalles al respecto en entrevista, porque cuando llegó el momento de que el alcalde y el Consejo Ciudadano dieran información, la subsecretaria de Asuntos Políticos se fue por una puerta alterna a donde se encontraba la gente sin dar la cara a los ciudadanos.
Otra situación que aclaró Mora Patiño a algunos ciudadanos fue que el pueblo no estaba en posición de sugerirle nada al Ejército o la Marina y que si ellos necesitaban algo que enseñarles se los pedirían.
En la primera reunión. al haber duda sobre la desintegración de los retenes, la subsecretaria aseguró que de no llegar a acuerdos tomarían otro tipo de acciones, que hubieran sido en este caso contra la población que resguardaba los retenes, aunque sólo quedo en amenaza porque se llegó a un consenso en la segunda reunión.
“si no respetan la  negociación vamos a aplicar la ley” se escuchó decir a un funcionario del gobierno del estado.

Lo que dijo el pueblo

De las voces recopiladas en la reunión que congregó a habitantes para saber a qué conclusión llegaron los funcionarios del gobierno, representantes de las fuerzas armadas, Ayuntamiento y Consejo Ciudadano, se reiteró que no hubiera represalias contra los campesinos.
Otra petición fue la investigación a fondo no sólo a la policía municipal, sino también a los funcionarios del Ayuntamiento. Integrantes del Consejo Ciudadano insistieron en que la seguridad era una labor que se seguirán persiguiendo.
En otro punto, un hombre dijo saber que su vida corría peligro porque ha recibido llamadas con amenazas de muerte pero señaló que estaban conscientes de que les había tocado a ellos ser el frente de la lucha a lo que los pobladores respondieron que no estaban solos.
En la tercera reunión que fue abierta, el presidente municipal dijo estar de acuerdo con la investigación a la policía o funcionarios pero reviró que no aceptaría acusaciones infundadas por lo que aprovechó para pedir a ciudadanos que si tenían alguna denuncia tuvieran valor civil para presentarla.
Un hombre tomó el micrófono y dio seis números telefónicos desde los cuales le llamaron para amenazarlo. Antes, en corto, un taxista afirmó al reportero que el crimen organizado les intentaba cobrar una cuota de cinco mil pesos por mes, pero no lo lograron.
Una señora que habita Olinalá desde 1989 señaló que las mujeres también están unidas y dispuestas a enfrentar los problemas de la comunidad y exigió a los funcionarios municipales no sólo cobrar su sueldo sino trabajar lo que fue aplaudido por la población asistente además de reiterarle al presidente se comprometiera por escrito con los ciudadanos.
Otro ciudadano, celebró que “Olinalá se haya levantado en armas porque no se podía más con la criminalidad al no haber respuesta de ninguna de las autoridades”. Se quejó de que en Internet hubo quienes soltaron burlas de los olinaltecos.
Un representante del Consejo Ciudadano, ratificó que para Olinalá el 27 de octubre fue parteaguas de un proceso histórico de la comunidad. Un eco de duda de campesinos es saber que pasará cuando vayan solos o con algún familiar a la milpa o a revisar su ganado.
En las barricadas que por la tarde del martes se desalojaron, el ánimo de la gente no decayó, si bien han confiado en las autoridades para que les proporcionen seguridad, están en alerta ante cualquier posible peligro o venganza del crimen organizado.
Otros comentarios vertidos en una plática informal al reportero fue el consejo al Obispo Garfias que si no es la solución las armas, “que venga a vivir a Olinalá”. Aseguraron que de no haber acudido a las armas los criminales los hubieran masacrado porque ya tenían un plan contra varios habitantes.
Un hombre criticó el abandono en que han tenido el presidente de la República y el gobernador a La Montaña.
Al final del día, el alcalde e integrantes del Consejo Ciudadano, acudieron a las barricadas para informar que se dejaría la seguridad en manos de las fuerzas federales pero que se hacía extensiva la invitación a la unidad en el pueblo.
En el segundo retén visitado, un hombre pidió atender detalles específicos como un control de la gente que en las fiestas se viste de tigre, se informe cuando alguien lleve serenata, se siga con el toque de queda y se proporcione atención a la juventud.
Otro testimonio recopilado en un retén recordó que en Chilapa, cuando venían de regreso a Olinalá hace varias semanas, fueron agredidos por hombres con armas largas, lo cual también ha sido avisado aunque no de manera explicita por habitantes de Tlapa que viajan a Chilpancingo y pasan por dicha población.

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