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La apertura de una calle al panteón crea un conflicto religioso en Tlamamacán, Apango

Provoca conflicto religioso la apertura de una calle al panteón de Tlamamacán en Apango

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

La apertura de una calle junto al cementerio de la comunidad de Tlamamacán, municipio de Mártir de Cuilapan (con cabecera en Apango) provocó un conflicto entre dos grupos de religiosos en esa localidad; uno de católicos y el otro de la iglesia Universal.
El domingo pasado, el grupo de católicos, encabezados por Brígido Campos, pretendió abrir un acceso al panteón, pero los miembros de la iglesia Universal se opusieron. Argumentaron que en esa área se encuentra su cementerio, sólo que, conforme a su tradición, no colocan cruces, por eso las tumbas no se ven.
Lo anterior originó que los integrantes de los dos grupos religiosos llegaran a las agresiones verbales por y tuvieron que intervenir la presidenta municipal, Felícitas Muñiz Gómez; el subsecretario de Asuntos Religiosos del gobierno del estado, Javier Bataz, y la Comisión  de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum), para evitar violencia entre los grupos antagónicos.
Autoridades municipales de Mártir de Cuilapan, informaron ayer que la queja fue presentada por los miembros de la iglesia Universal, en contra del grupo de católicos.
En su denuncia dijeron que ese grupo, encabezado por Brígido Campos y respaldado por el comisario municipal y los integrantes del comisariado de Bienes Comunales –de quienes no mencionan sus nombres–  quieren abrir por la fuerza una calle a un lado del cementerio en donde tienen enterrados a sus familiares fallecidos.
Explicaron que no se nota que el área es cementerio porque en su religión no acostumbran colocar cruces, como los católicos, pero aseguran que se trata de un área reservada por esa causa, por lo que demandaron a las autoridades municipales, estatales y a la Codehum, su intervención para que les respeten ese terreno.
Aseguraron que les han ofrecido en donación a los católicos otra área para la apertura del acceso a su panteón, pero que quieren tener hasta dos entradas, cuando al suyo (el de los de la iglesia Universal” carece de una entrada y tienen que dar vuelta cuando van a enterrar a sus muertos.
Las autoridades municipales informaron que los católicos, por su parte, argumentan que es falso que donde quieren abrir su calle haya personas enterradas y que los integrantes del grupo inconforme, sólo quiere impedir que se inicien los trabajos “por envidia”, pues ven que son más organizados para realizar las obras que les interesan.
Explicaron a las autoridades municipales y estatales, que necesitan un acceso amplio para entrar con comodidad cuando llevan a sepultar a sus difuntos. Aseguraron que con esa calle se van a beneficiar todos; tanto los católicos, como los de la religión Universal, puesto que también tendrán entrada a su panteón.
El subsecretario de Asuntos Religiosos, Javier Bataz Benítez, en una reunión con los dos grupos el domingo pasado, los llamó a dialogar  y a “poner todos algo de su parte” para resolver el conflicto mediante el acuerdo y sin afectar intereses de uno y otro grupo.
Les dijo que “aquí todos somos hermanos. Además ustedes aquí están, se ven todos los días y necesitan buscar una solución en la que todos queden contentos,  y para eso hay que poner todos algo de nuestra parte para llegar a un buen arreglo”, les habría dicho, según la fuente.
La reunión  sirvió para enfriar los ánimos momentáneamente, pues el conflicto de fondo quedó latente.

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