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Tom Coughlin y Eli Manning emergen como la pareja ideal en la NFL

Agencias

Indianápolis

Tom Coughlin nunca ha ganado el premio de entrenador del año en la NFL y Eli Manning jamás ha sido el Jugador Más Valioso de la Liga.
Sin embargo, con dos títulos del Súper Tazón en las últimas cinco temporadas, emergen como la combinación más sobresaliente de entrenador y quarterback en la NFL. Y lo mejor puede estar por venir.
Coughlin, de 65 años, y Manning, de 30, han evolucionado con el paso del tiempo y esa mejoría nunca fue más evidente que en la campaña recién concluida. Los Gigantes la coronaron el domingo con una victoria de 21-17 sobre los Patriotas de Nueva Inglaterra, que significó su cuarto título de Super Bowl.
El vínculo entre Coughlin y Manning está a la vista de todos. Se encuentra en una palabra: equipo.
“Él personifica toda mi visión de un jugador”, dijo Coughlin de Manning ayer en una conferencia de prensa. “En términos de la calidad, la manera en que produce, la manera en que se conduce entre sus compañeros, dentro y fuera del terreno de juego”.
Esa actitud se notó en los últimos momentos de varios partidos en esta campaña. Manning dirigió siete veces a los Gigantes (13-7) a victorias en el cuarto periodo y la última fue la más impresionante: una ofensiva de 88 yardas que les entregó el título y que empezó con un pase impecable de 38 yardas.
“Un campeonato es un campeonato”, dijo Manning, quien en la temporada lanzó para 4 mil 933 yardas, la mayor distancia en su carrera y en la historia de la franquicia de Nueva York.
“Cada uno es especial. Cada uno tiene momentos especiales en la temporada… Este año estoy muy feliz por los muchachos que consiguieron un campeonato”.
“Les dimos la oportunidad de, en los siguientes cinco o seis meses, poder decir: ‘Hey, somos los mejores. Somos los campeones’. Es un sentimiento muy bonito”, expresó.
El director ejecutivo de los Gigantes, John Mara, consideró que el secreto del éxito de Manning es su comportamiento tranquilo, mientras que el linebacker Mathias Kiwanuka afirmó que Manning es el quarterback perfecto para el equipo.
“Lo ganamos este año, así que no tengo dudas de que podemos”, dijo Kiwanuka sobre la posibilidad de volver a conseguir el título.
Con Coughlin y Manning a la cabeza, sin duda es posible.
Peyton, orgulloso de Eli

Al menos para los Manning no existe ninguna rivalidad.
En la tradicional conferencia de prensa ofrecida por el Jugador Más Valioso del Súper Tazón (MVP, por sus siglas en inglés), el quarterback de los campeones, Eli, reveló que al hablar con Peyton, éste le dijo que estaba orgullo de él.
“Me dijo que estaba orgulloso de mí, que estaba orgulloso del equipo. Un mariscal como Peyton, que conoce tan bien el juego, me hizo preguntas que otras personas no harían”, dijo Eli, al compartir que su hermano platicó sobre la jugada de anotación que hizo con Víctor Cruz y el pase de la crucial recepción de Mario Manningham.
Aunque visiblemente cansado tras una noche de celebración, Manning se mostró contento por haber disfrutado de su segundo anillo de Súper Tazón de su carrera, ambos logrados ante Tom Brady y los Patriotas de Nueva Inglaterra.
“Tengo un poco de sueño, pero disfrutamos la victoria con amigos, familiares y compañeros de equipo, fue una buena noche”, dijo el ahora ganador de dos premios de MVP en un Súper Tazón.

No piensa en el retiro

Después de guiar a los Gigantes de Nueva York a su segundo campeonato en cinco temporadas, Tom Coughlin aseguró que tiene toda la intención de seguir como entrenador del equipo.
Por ahora, lo imperativo es alistarse para el desfile por la victoria de los Gigantes en el Súper Tazón, que se realizará hoy en el extremo sur de Manhattan.
El técnico de 65 años cree que no hay motivos para pensar en el retiro en este momento.
“Este es mi oficio”’, afirmó Coughlin ayer en la mañana, unas cuantas horas después del triunfo de los Gigantes por 21-17 sobre los Patriotas de Nueva Inglaterra en el Súper Tazón.
“Nunca he considerado en serio esa alternativa. Seguiré entrenando todo el tiempo que pueda”.
Con su segundo título como entrenador, Coughlin puede seguir al frente de los Gigantes durante un buen rato. Recién en julio pasado renovó su contrato, abarcando hasta la próxima temporada, y ahora el equipo podría plantearle otra ampliación tras la cuarta coronación de la franquicia en un “Súper domingo”.
Y es obvio que Coughlin tiene muchas ganas de seguir.
“No soy de irme de pesca, tampoco de jugar golf”, dijo.
“Mi esposa no se aburre de decirme: ‘es mejor que tengas algo que hacer… si te crees que te la vas a pasar aquí (en la casa) sin hacer nada, pues estás loco”.
El director ejecutivo de los Gigantes, John Mara, manifestó que está claro que el equipo desea que Coughlin siga más años.
“Puede que tenga 65, pero tiene la energía de gente mucho más joven”, dijo Mara.
Los Gigantes empacaron sus maletas a primera hora del lunes y emprendieron el viaje a Nueva Jersey. Su gran desfile será en el denominado “Cañón de Héroes” en  Manhattan.

La jugada clave fue la atrapada de Manningham

Para Hakeem Nicks, líder receptor del partido del domingo con 10 atrapadas y 109 yardas, la jugada que definió el rumbo hacia la victoria fue la recepción de su compañero Mario Manningham, en la última ofensiva de los Gigantes.
“La jugada que nos mandó al frente fue la recepción de Manningham. En serio, esa fue la que marcó la diferencia, fue excelente y en un momento crítico”, afirmó Nicks..
Y el mismo Manningham dijo tras el espectacular encuentro que definió al ganador del Súper Tazón que Manning le dio la oportunidad de completar ese envío gracias a un pase perfecto de 38 yardas que ubicó al equipo de Nueva York en el medio campo.
El ala abierta que tuvo cinco recepciones para 73 yardas en la victoria de 21-17 sobre los Patriotas de Nueva Inglaterra afirmó que sus compañeros en la banca “estaban indicando que había sido una atrapada, así que supe que fue buena. Fue un lanzamiento perfecto de Eli. Trabajé la ruta por la parte de afuera y Eli puso el balón en el lugar preciso”, explicó Manningham, quien tuvo el perfeccionismo técnico de fijar los dos pies sobre la grama en una jugada que quedará para la historia de estos partidos.

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